Alessandro Pereira, primo de Jean Charles de Menezes, el brasileño muerto hace un mes en Londres a manos de la policía, entregó ayer, secundado por 150 manifestantes, un escrito en la residencia oficial del primer ministro, Tony Blair, en el número 10 de Downing Street. "Estamos hartos de oír cada vez más mentiras, sólo pedimos justicia", rezaba la carta. Antes de que los manifestantes se concentraran ante la casa de Blair, dos oficiales de justicia de Brasil se reunieron con las máximas autoridades de Scotland Yard. Con motivo de los 30 días tras la muerte de Jean Charles, la familia De Menezes y los miembros de la campaña orquestada en Londres para sufragar los gastos en abogados convocaron una concentración frente a Downing Street para solicitar la destitución del jefe de Scotland Yard, Ian Blair, y una investigación pública del caso. En una tarde de lluvia, acudieron a la cita unas 200 personas, 50 de las cuales eran periodistas. "Queremos saber qué ha pasado con las imágenes del circuito cerrado", se leía en la pancarta que llevaba el brasileño Rafael Lanz, de 32 años. "La policía ha dicho que no hay imágenes de Jean Charles en la plataforma, que las cámaras del metro no la captaron. Qué curioso, ¿no? Estaba toda la ciudad en máxima alerta y qué raro que no hubiese cámaras grabando".
Muchas de las pancartas pedían ayer la dimisión de Ian Blair y protestaban contra la guerra de Irak. Pero el primer ministro expresó el domingo su respaldo hacia el comisario jefe de Scotland Yard.
Antes de que los manifestantes se concentraran ante la sede del primer ministro, dos oficiales de justicia de Brasil se reunieron ayer con las máximas autoridades de Scotland Yard, quienes les expresaron las razones por las que un representante de la policía viajó hacia la residencia de los padres de Jean Charles de Menezes, en Brasil. "Sólo queríamos expresarles personalmente nuestras disculpas y ofrecerles 15.000 libras (22.000 euros) para correr con los gastos del funeral", indicó Scotland Yard en un comunicado. El comisario jefe, Ian Blair, dijo a los dos oficiales que "sería inapropiado" por su parte hablar de los pormenores de la investigación.
Por otra parte, una encuesta de mil entrevistas telefónicas publicada ayer por el diario The Guardian revela que casi tres de cada cuatro británicos renunciarían a ciertas libertades civiles para conseguir mayor seguridad en la lucha contra el terrorismo. El anuncio de las 12 medidas que pretende desarrollar el Gobierno de Tony Blair en los próximos meses suscitó las protestas de numerosas asociaciones musulmanas y grupos de libertades civiles.
Entre las medidas de Blair se preveía la ilegalización del grupo musulmán Hizb ut-Tahrir, que condenó públicamente los atentados del 7 de julio. El portavoz de este grupo en Reino Unido, Inram Waheed, un psiquiatra de 29 años nacido en la ciudad británica de Birmingham, parafraseó a Benjamin Franklin tras el anuncio de Blair: "Cualquiera que pretenda mejorar la seguridad a costa de la libertad, perderá las dos".
Sin embargo, en la encuesta se revela que el 72% de los votantes laboristas está dispuesto a sacrificar sus libertades; los liberales, en menor medida (70%), y los conservadores del partido tory lo harían en un 79%. Y en cuanto a ilegalizar grupos radicales no violentos como Hizb ut-Tahir, el 45% se mostró a favor y el 31% en contra. El diario The Guardian, que se ha mostrado en todo momento contrario a las propuestas de Blair, aclara que la encuesta se elaboró antes de que la sociedad británica conociera el contenido de los documentos secretos que contradicen la versión oficial dada por Scotland Yard sobre la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes.
No obstante, sobre un tema que ha despertado polémica en la prensa como es el de las deportaciones de radicales musulmanes a sus países de origen, los británicos parecen tenerlo muy claro. Cuando se les pregunta si están de acuerdo con devolver a estos ciudadanos a "países donde se practica la tortura", el 62% de los encuestados se muestra a favor y sólo el 19% se opone.
ELPAIS.es FRANCISCO PEREGIL (ENVIADO ESPECIAL) - Londres
Los policías que siguieron al joven brasileño acribillado al ser confundido con un terrorista suicida no creían que éste "supusiera una amenaza". Según fuentes de Scotland Yard citadas ayer por el dominical The Observer, los tres agentes que vigilaban a Jean- Charles De Menezes, que no iban ni armados ni uniformados, no vieron nada que les hiciera pensar que fuera a detonar una bomba, que llevara armas o que actuara de manera sospechosa. Estos policías, que siguieron al brasileño hasta el metro después de verle salir de un edificio donde se creía que vivía uno de los terroristas que intentó atentar en Londres el 21 de julio, sólo tenían la intención de detenerlo. Sin embrago, se les ordenó que cedieran el control a un comando especial de policías armados en cuanto llegaran al lugar de los hechos. Al entrar en el metro, fue cuando ese comando consideró que De Menezes suponía una gran amenaza, y en cuestión de segundos dispararon contra él siete tiros en la cabeza y uno en el hombro. Todavía sigue sin confirmarse si los agentes recibieron en algún momento la orden de disparar de un mando superior o fue una reacción espontánea. The Observer señalaba, además, que por razones todavía no muy claras, los policías que participaron en el tiroteo, no han declarado aún ante la Comisión de Quejas encargada de la investigación. Pero el Gobierno volvió ayer a dar su total apoyo al jefe de Scotland Yard, Ian Blair, ante las demandas de que dimita por ocultar información. Un portavoz de Downing Street dijo que el primer ministro, Tony Blair, que se encuentra de vacaciones, tiene total confianza en la actuación del máximo responsable policial. Ian Blair reveló en una entrevista con el periódico News of the World que no supo que el joven brasileño era inocente hasta 24 horas después de su muerte.
La policía británica sigue sin explicar las causas por las que sus agentes dispararon encarnizadamente a la cabeza del electricista brasileño Jean Charles de Menezes en un vagón del metro de Londres el pasado 22 de julio. Las sospechas fundadas de que la víctima podía formar parte de un grupo terrorista como ha argumentado, durante semanas, la policía británica para excusar su error se han desvanecido completamente. La patraña se ha desvelado gracias a la paciente investigación de los medios de comunicación, que han puesto en evidencia la falta de escrúpulos de Scotland Yard a la hora de ocultar las pruebas de sus atropellos. El responsable de la policía de Londres, Ian Blair, se excusa en que no supo de la precipitación de sus hombres hasta un día más tarde. No es aceptable, dado el tiempo transcurrido hasta que se ha empezado a saber la verdad. No ha dimitido, pero tampoco le han destituido, lo que eleva el caso a la estricta responsabilidad política. Los portavoces del primer ministro, Tony Blair, han mostrado su comprensión por el error policial, es decir, por el ocultamiento de un homicidio al amparo de un falso estado de necesidad. Blair vuelve a amparar una mentira y debería responder por ello.
La localidad bávara de Wunsiedel (Alemania) ha sido el escenario escogido para el primer concierto del tour A todo volumen contra los nazis, una gira que cuenta con las principales figuras del panorama musical alemán y con padrinos de lujo de todos los ámbitos. Nadie quiere perder la oportunidad de apoyar esta serie de conciertos que, desde ayer y hasta el 11 de noviembre, recorrerán varias ciudades alemanas entre las que se encuentran Hamburgo, Colonia, Múnich, Fráncfort y Berlín en señal de protesta contra el aumento de los movimientos de la extrema derecha en el país. Lara Spindler, conocida como T-La, inauguró ayer a primera hora de la tarde la larga gira con un concierto gratuito de hip-hop que duró más de una hora y al que asistieron centenares de ciudadanos de Wunsiedel y los alrededores a pesar de la lluvia que ayer castigó el norte de Baviera. El resto del programa de ayer lo completaron el grupo de rock Empty v, el rapero Nico Suave, Lost AD y los reivindicativos The Chocolate Rockets y los veteranos Extrabreit. La madrina de honor del concierto fue la líder de los verdes, Claudia Roth, que asistió al acto simbólico del lanzamiento de 2.000 globos de colores. La elección de Wunsiedel como punto de partida de la gira no ha sido casual. La ciudad en la que se encuentra la tumba del nazi Rudolf Hess es desde su muerte, en 1987, el escenario de la principal concentración de la extrema derecha alemana y europea. Ayer, los ciudadanos de Wunsiedel vivían su primer 20 de agosto sin manifestación neonazi desde el 2001, año en que se levantó la prohibición que había impedido el peregrinaje neonazi desde 1991. En su lugar, se desarrolló una jornada cargada de programas culturales y manifestaciones pacíficas bajo los lemas de Día de la democracia y Wunsiedel no es marrón sino de colores (marrón es el apelativo informal aplicado a los nazis). El próximo concierto tendrá lugar el 8 de septiembre en Hamburgo y contará con la actuación del grupo de pop más de moda en Alemania, Silbermond, que no pudo estar ayer en Wunsiedel. Las entradas cuestan 19 euros y la recaudación irá destinada a organizaciones que luchan contra la extrema derecha y a la elaboración de un libro-disco que se titulará La chusma marrón y analizará el aumento de la ideología neonazi en Alemania.
Joseph Ratzinger evidenció ayer, durante su visita a la sinagoga de Colonia, que no sólo quiere estrechar relaciones con los judíos, en consonancia con la actitud adoptada por Juan Pablo II, sino que desea dar un salto de gigante en esa dirección. El Papa alemán aprovechó la visita para subrayar que "en el siglo XX, en el tiempo más oscuro de la historia alemana, una demencial ideología racista, de matriz neopagana, dio origen al intento, planeado y realizado sistemáticamente por el régimen, de exterminar el judaísmo europeo". La mención al Holocausto era una forma de ajustar también cuentas con la historia de la propia Iglesia católica, cuya jerarquía, en particular la alemana, llegó a mostrarse en aquella época complaciente con el nazismo. El gesto no pasó desapercibido para el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Paul Spiegel, que se mostró impresionado. "No podemos decir simplemente que fue una visita de cortesía. Fue mucho más. Es la primera visita de un Papa, y además alemán, a una sinagoga en Alemania, 60 años después del Holocausto", explicó. Tras recordar el genocidio promovido por los nazis, el Pontífice lanzó una señal de alarma: "Desgraciadamente hoy resurgen nuevos signos de antisemitismo y aparecen diferentes formas de hostilidad generalizada hacia los extranjeros".
BUSCAR COINCIDENCIAS El sucesor de Juan Pablo II tampoco obvió otros pasajes dolorosos de la relación entre cristianos y hebreos en la ciudad anfitriona de los actos de la Jornada Mundial de la Juventud. Y, antes de su referencia al nazismo, citó "la expulsión de los judíos de 1424." Benedicto XVI destacó después la necesidad de acentuar el diálogo entre judíos y cristianos, a partir de "una interpretación compartida sobre cuestiones históricas aún discutidas", algo que ha de permitir avanzar en la calidad teológica de la relación entre unos y otros. Según Ratzinger, el diálogo "tiene que ser sincero, sin ocultar o minimizar las diferencias existentes" y llamó a los judíos a formar un frente común en "la defensa y la promoción de los derechos humanos, el carácter sagrado de la vida humana y los valores de la familia, la justicia social y la paz en el mundo".
APERTURA DE ARCHIVOS En ese marco, el rabino jefe de la sinagoga, Netanel Teitelbaum, pidió al Papa "la apertura total de los archivos vaticanos correspondientes a todo el periodo de la Segunda Guerra Mundial", pues son muchos los judíos que consideran que hay que esclarecer el papel que desempeñó el Vaticano antes, durante y después del régimen nazi en Alemania. El Papa había aludido en su parlamento a la declaración Nostra Aetate, auspiciada por el Concilio Vaticano II, de la que se cumplen 40 años, en la que se daba carpetazo al discurso católico antijudío. De esa forma trataba de que se visualizase que la búsqueda de la confluencia entre ambas confesiones hace tiempo que emprendió un camino sin retorno. La declaración vaticana, indicó el jefe de la Iglesia católica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de las que han sido objeto los judíos "de cualquier tiempo y por parte de cualquier persona". Esa manifestación, añadió Ratzinger, "ha abierto unas nuevas perspectivas en las relaciones judeocristianas en un clima de diálogo y solidaridad".
MUSULMANES El Pontífice alemán recordó también a las restantes religiones precisando que "ante Dios todos los hombres tienen la misma dignidad, sin tener el cuenta el pueblo, la cultura o la religión a la que pertenecen y por esa razón la declaración Nostra Aetate también habla con gran consideración de los musulmanes y de los pertenecientes a otras religiones", precisó.
En el pueblo de Iandyki, en la región de Astracan (sur de Rusia), la comunidad chechena sufrió serios ataques racistas en los que algunos de sus miembros resultaron heridos y numerosas casas y coches, quemados. El origen de los incidentes es la muerte de un joven kalmuko en enfrentamientos entre miembros de su comunidad y los chechenos. Al igual que los chechenos, los kalmukos - de origen mongol- están asentados principalmente en una república rusa, la de Kalmukia. Las autoridades aseguran que se ha restablecido el orden. Y precisamente en la República de Chechenia, se registró ayer una fuerte explosión en el domicilio del titular de Servicios Comunales, Abu Sukaipov, en la localidad de Avtury, que hirió a seis personas, entre ellas dos niños. El ministro se hallaba en Grozni. Al parecer, un explosivo lanzado desde el exterior hizo estallar una bombona de gas. En otros puntos de Chechenia siguieron registrándose choques cotidianos. - Afp
La ministra de Ambiente, Agricultura y Pesca de Cabo Verde, Magdalena Neves, que se encuentra de visita en Canarias, declaró este jueves que para su Gobierno es una precoupación el control de las aguas, para lo cual adopta medidas para reforzar los medios de que dispone.
El barco de inmigrantes, que fue encontrado a la deriva 23 millas al suroeste de Tenerife, estaba tripulado por dos caboverdianos, que fueron detenidos, y había zarpado seis o siete días antes desde la isla de La Sal, según las primeras informaciones oficiales.
Magdalena Neves indicó que Cabo Verde cuenta con una "enorme zona económica exclusiva" de 750.000 kilómetros cuadrados, de ahí la dificultad de control de las aguas. Ese control tiene que abordarse "de una forma global en toda la Macaronesia y con la colaboración de los países europeos", declaró la ministra. Al respecto, Magdalena Neves señaló que Cabo Verde ha desarrollado conversaciones tanto con España como con Portugal para discutir este tipo de cuestiones.
De las 97 personas que viajaban en el barco a la deriva, veinticuatro fueron hospitalizadas con cuadros leves de deshidratación, pero todas ellas han sido dadas ya de alta y trasladadas al centro para inmigrantes de Hoya Fría, con excepción del bebé de 17 meses.
El niño se encuentra en buen estado y no padece ninguna enfermedad, pero permanece en observación en la unidad de pediatría del Hospital Universitario de Canarias a la espera del resultado de algunos análisis que se le han practicado, informaron fuentes de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.
El barco de inmigrantes, que fue encontrado a la deriva 23 millas al suroeste de Tenerife, estaba tripulado por dos caboverdianos y había salido de la isla de La Sal
Cabo Verde cuenta con una "enorme zona económica exclusiva" de 750.000 kilómetros cuadrados, de ahí la dificultad de control de las aguas
La familia de Jean-Charles de Menezes pide justicia. En un emotivo y duro comunicado, Alessandro Pereira, un primo del joven brasileño abatido a tiros por la policía, denunció ayer las "continuas mentiras" de Scotland Yard y pidió la dimisión de su máximo responsable, Ian Blair.
Ante una foto de su primo, Pereira acusó a la policía, en un inglés rudimentario, de "encubrir" la verdad de lo sucedido. "Durante semanas, hemos tenido que escuchar mentira tras mentira sobre la muerte de Jean-Charles", se lamentó en referencia a las informaciones de que su primo parecía un terrorista suicida, huyó de la policía y vestía una prenda abrigo en verano, todo lo cual ha resultado ser falso.
ENCUBRIMIENTO POLICIAL Junto a la estación de metro de Stockwell, donde un agente secreto disparó siete tiros en la cabeza y uno en el hombro al brasileño de 27 años, Pereira aseguró que la policía sabía que era inocente, pero "permitió el sufrimiento" de su familia.
Tras recordar que su primo "amaba Londres" y que "llegó a esta ciudad lleno de esperanza", acusó de encubrimiento a Ian Blair y pidió repetidamente su dimisión. Dirigiéndose al jefe de Scotland Yard, dijo: "Quiero que piense cómo me sentí cuando tuve que llamar a los padres de Jean-Charles y decirles que su hijo estaba muerto, que fue asesinado de esa manera". Además, Pereira se preguntó si se habían perdido pruebas durante los seis días que se retrasó la puesta en marcha de la investigación, ya que la comisión que dirige las pesquisas reconoció que Scotland Yard había tratado de impedir su puesta en marcha.
Ante esas graves acusaciones, Ian Blair, negó ayer rotundamente que se haya intentado encubrir los hechos y defendió la actuación de sus hombres. También desmintió que en Scotland Yard "se haya dicho algo nunca, o se haya confirmado nada, sobre abrigos y un sospechoso corriendo". Sin embargo, la policía británica nunca se preocupó de desmentir esos testimonios recogidos por la prensa de Londres.
"Yo simplemente dije que había vínculos con la operación antiterrorista y fue porque De Menezes salió de un edifico que estaba bajo vigilancia", explicó el jefe policial.
A pesar de los constantes llamamientos para que dimita, Ian Blair, que cuenta con el apoyo del Gobierno, del alcalde de Londres y de los miembros de la Policía Metropolitana, ha negado esta posibilidad.
DELEGACION DE BRASIL Mientras, las implicaciones del caso están cobrando visos de conflicto diplomático, ya que el Gobierno de Brasil ha anunciado que enviará el próximo lunes a Londres una delegación de expertos legales para investigar las circunstancias de la muerte del ciudadano brasileño.
Si en un principio aceptó las explicaciones de las autoridades británicas, el Gobierno de Brasil se ha mostrado ahora "indignado" tras conocer los documentos filtrados el martes por una cadena de televisión que desmienten la versión oficial.
Pero ayer, el jefe de Scotland Yard sorprendió a los observadores al ofrecer más datos sobre los avances de la investigación en relación a los atentados del 7-J y el 21-J.
En una entrevista en el periódico vespertino Evening Standard , Ian Blair relacionó por primera vez los ataques del 7 y el 21 de julio en Londres. "Aunque no hemos establecido todavía un vinculo directo, por intuición podemos decir que hay muchas similitudes entre la metodología y el equipamiento" de uno y otro, explicó el responsable de la operación antiterrorista.
El electricista brasileño al que la policía británica mató en el metro de Londres el 22 de julio de siete balazos en la cabeza, Jean Charles de Menezes, de 27 años, no llevaba ningún abrigo donde esconder bombas ni corrió cuando le dieron el alto, tal y como la policía había informado. Ni siquiera está claro que le dieran el alto en algún momento. De Menezes vestía una chaqueta vaquera. Aquella mañana caminó tranquilamente hacia la estación de Stockwell, accedió con su billete, y tuvo tiempo de coger un periódico gratuito antes de dirigirse al andén. La información que echa por tierra la versión de la policía procede de unos documentos y fotografías confidenciales de la Comisión Independiente de Investigación de Quejas a la Policía (CIIQ, en inglés), a los que tuvo acceso el martes el canal de televisión ITV. De Menezes, según estos documentos, sólo corrió cuando vio llegar su metro. Entró en el vagón y se sentó. Entonces se produjo algo inaudito: cuando la policía irrumpió en el vagón apuntándole a la cabeza, De Menezes se levantó y uno de los agentes encargado de vigilarle lo agarró del torso, después del brazo y lo inmovilizó. El primer tiro se lo dispararon a 30 centímetros de distancia. Los agentes de la unidad especial SO19 tenían licencia para matar. Y la usaron contra un hombre inmovilizado. De Menezes apenas tuvo tiempo de ver a sus asesinos.
En los documentos se especifica que, además de las siete balas en la cabeza, De Menezes recibió una en el hombro y que se recogieron tres casquillos de tiros fallidos. En teoría, los disparos iban dirigidos a la cabeza para evitar que estallara el artefacto que podía llevar De Menezes pegado al cuerpo. Los periódicos británicos preguntan ahora: si tanto riesgo había de que explotara la bomba, ¿por qué un agente lo agarró del torso? Y una vez agarrado y tras quedar claro que no llevaba bomba, ¿por qué dispararon?
El inmigrante brasileño había sido confundido con Hamdi Adus Isaac, alias Osman Hussain, el terrorista detenido en Italia en relación con los atentados del 21 de julio. La policía recibió información de que uno de los terroristas se encontraba en un bloque de pisos de la calle de Scotia Road, al sur de Londres. Ése era el edificio del que salió De Menezes a las 9.30. Un policía estaba encargado de filmarlo con una cámara de vídeo para comprobar que la cara del sospechoso se correspondía con la del terrorista a quien buscaban. Pero al salir De Menezes, el policía estaba orinando. Y declaró después: "Cuando pasó ante mí miré las fotografías que tenía y transmití que merecería la pena que alguien más le echara un vistazo. Debo señalar que cuando este hombre salía del bloque yo me estaba 'aliviando'. En ese momento no me era posible transmitir mis observaciones y encender la cámara al mismo tiempo".
Fallos en cadena El equipo encargado de vigilarlo no iba armado, con lo cual, no pudo impedir que De Menezes entrara en el autobús. A las 9.50 el autobús llegó a las inmediaciones de la estación de Stockwell y De Menezes caminó tranquilamente hacia ella. Los agentes especiales de la unidad S019 de Scotland Yard, que habían tomado ya el mando de la operación, deberían haber impedido la entrada del sospechoso en el metro. Pero no lo hicieron.
A partir de ahí, todos sus pasos fueron grabados por algunas de las más de cuatro millones de cámaras de circuito cerrado que hay en la ciudad de Londres. A las 9.55 De Menezes se encontraba al pie de un ascensor. Su tren llegaba y echó a correr hacia el vagón. Miró a la izquierda, después a la derecha y se sentó frente a un pasajero que presenció cómo lo mataron. "En unos segundos vi entrar a un hombre por las puertas situada a mi izquierda", declaró el testigo refiriéndose a un policía. "Apuntaba con una pistola negra pequeña hacia la persona que estaba sentada frente a mí. Apuntó hacia el lado derecho de la cabeza del hombre. La pistola se encontraba a 12 pulgadas (30,48 centímetros) de la cabeza del hombre cuando dispararon el primer tiro".
Antes de que se oyera ningún disparo, un policía inmovilizó a De Menezes. Y así lo relató a la comisión que investiga el caso: "Escuché gritos que incluían la palabra policía y entonces me volví hacia el hombre de la cazadora vaquera. Inmediatamente se levantó (del asiento) y avanzó hacia mí y hacia los oficiales. Yo agarré al hombre de la cazadora vaquera sujetándolo con mis dos brazos por su torso, sujetando sus brazos en la espalda. Entonces lo empujé de nuevo en el asiento donde había estado sentado. Entonces escuché un disparo muy cerca de mi oído izquierdo y fui empujado hacia el suelo".
La policía aún no ha dicho nada sobre los documentos filtrados. La familia del electricista brasileña había declarado desde el primer día después de su muerte que Jean Charles no llevaba ningún abrigo. Y dudaba de que saltase el torno para entrar en el metro. Harriet Wistrich, abogada de la familia, indicó que el Gobierno debería plantearse la política de "licencia para matar" implantada tras los atentados terroristas. "Sólo llevaba una chaqueta vaquera. ¿Era necesario dispararle en vez de tratar de enfrentarse a él? No había señal de que estuviera a punto de suicidarse", agregó.
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La presión aumenta sobre Scotland Yard. Los nuevos datos de la investigación sobre la muerte del brasileño Jean-Charles de Menezes, abatido a tiros por la policía tras ser confundido con un terrorista, han reabierto el debate en el Reino Unido sobre la política de "tirar a matar" aprobada tras los atentados del 7 y el 21 de julio. Según los documentos oficiales filtrados a la televisión británica ITV, De Menezes estaba sentado tranquilamente en un vagón del metro de Londres cuando un agente le redujo y otro le disparó ocho tiros a bocajarro, siete de ellos en la cabeza. La versión oficial se ha revelado falsa. El grupo de respaldo a la familia del joven suramericano señaló ayer que la muerte de De Menezes tiene ahora visos de ejecución ilegal e hizo un llamamiento a la policía para que renuncie a la política de tirar a matar. "Es evidente que nos han dicho mentiras y verdades a medias sobre la muerte de Jean-Charles", manifestó un portavoz del grupo. "La mayoría de la gente de Londres está de acuerdo en que no hay más remedio que acabar con esta práctica antes de que otro inocente se convierta en su nueva víctima", agregó. Ni el Gobierno ni los responsables policiales quisieron hacer ayer comentarios sobre los nuevos datos, insistiendo en que esperarán a que concluya la investigación de la Comisión de Quejas de la Policía (CIIQ) puesta en marcha tras el incidente.
SILENCIO DE LOS PARTIDOS Tampoco hubo reacciones por parte de los partidos políticos británicos. Sin embargo, algunos medios criticaron duramente al jefe de la policía de Londres, Ian Blair, encargado de la investigación de los atentados y una figura incuestionable hasta ahora. El mismo día del incidente, Blair justificó a los agentes asegurando que el joven se había comportado de una manera sospechosa y que por eso había sido confundido con un terrorista. Pero según los detalles divulgados ahora, De Menezes no hizo nada que pudiera haber despertado sospechas o temor entre los policías. Los familiares de De Menezes acusan a Blair de haber falseado la información y haber retrasado la puesta en marcha de las investigaciones. El antiguo jefe de la policía de Londres, John O'Connor, dijo que la información es "catastrófica" para Blair.
PRESIÓN A DOWNING STREET La abogada de la familia del brasileño, Harriet Wistrich, denunció que el jefe de Scotland Yard presionó a Downing Street para que se llevara a cabo una inspección interna previa, cuando lo normal en estos casos es que una comisión independiente empiece a investigar sin dilaciones. Según lo revelado el martes por la cadena ITV, justo antes de morir De Menezes entró en la estación de Stockwell, en el sur de Londres, con un billete, se paró a coger un diario gratuito y no saltó las barreras ni huyó por las escaleras, como los medios de comunicación dijeron al principio. De acuerdo con un testigo, el joven entró tranquilamente en un vagón y se sentó. Más tarde aparecieron los agentes; miraron al brasileño y le gritaron: "¡Policía!" Cuando De Menezes hizo el gesto de levantarse, un agente lo inmovilizó y otro le disparó a la cabeza.
MALESTAR POR LA FILTRACIÓN Ayer, la CIIQ divulgó un comunicado en el que expresó su malestar por la filtración de la información. La comisión señala que no sabe de dónde salieron los documentos publicados y que considera "realmente angustioso" que la familia de De Menezes haya recibido información sobre su muerte a través de la televisión.
El jefe de Scotland Yard, Ian Blair, intentó que la Comisión Independiente de Investigación de Quejas de la Policía (CIIQ, en inglés) no investigara la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes, de 27 años, al que la policía mató el 22 de julio en el metro de Londres. Tras reconocer el error, Blair declaró el 23 de julio que De Menezes vestía un abrigo abultado, que huyó de la policía cuando le dieron el alto y que su comportamiento era sospechoso. Los documentos filtrados esta semana al canal ITV desmienten esas declaraciones. La misma mañana en que murió el electricista brasileño, Ian Blair escribió a sus superiores en el Ministerio del Interior para que la comisión independiente no interviniera. Cinco días tardó la comisión en tomar oficialmente el caso. Ese tiempo, según los abogados de la familia del brasileño, era vital para recabar pruebas que "pueden haberse perdido".
Ahora, todas las miradas se ciernen sobre Blair y sobre una mujer a quien muchos compañeros consideran una de las profesionales más capacitadas en Scotland Yard. Se llama Cressida Dick, tiene 45 años y era la jefa que coordinaba la operación del 22 de julio que acabó con la vida del brasileño. Cressida Dick coordinaba esa mañana a todos sus hombres desde las oficinas centrales de Scotland Yard. Varios periódicos han publicado declaraciones de policías que aseguran haberle oído que se siente "devastada" por la muerte de un inocente. Las mismas fuentes anónimas afirman que ella no dio la orden de que mataran al sospechoso, sino de que lo detuvieran. La comisión independiente, a cuyas órdenes trabajan 84 investigadores, asegura que tardará entre tres y seis meses en emitir sus conclusiones.
El presidente de la comisión, John Wadham, reconoció ayer que la Policía Metropolitana se resistió a que la comisión tomara las riendas del caso. "Pero al final logramos superar ese obstáculo. Fue una victoria muy importante para nuestra independencia. La disputa nos ha causado algún retraso en la investigación, pero hemos trabajado duro para recuperar el terreno perdido. Cuando alcancemos las conclusiones podremos decirle a la familia exactamente qué ocurrió".
Ayer se filtraron más detalles sobre una investigación supuestamente secreta. La pista que llevó a la policía hacia el número 21 de la calle Scotia Road, al sur de Londres donde vivía De Menezes, fue una tarjeta como socio de un gimnasio a nombre de Osman Husein, el terrorista detenido en Italia en relación a los atentados fallidos del 21 de julio. A las 6.04 varios policías vestidos de paisano llegaron al edificio para vigilarlo. Uno de los agentes, cuyo nombre codificado era el de Tango 10, era el encargado de filmar con una minicámara de vídeo a todos los vecinos para comparar sus caras con las imágenes que se tenían de Osman Husein.
A las 9.33 salió De Menezes del bloque, pero Tango 10 se encontraba orinando en ese momento, con lo cual no pudo filmarlo. El brasileño subió a un autobús y un segundo equipo de vigilancia tomó el relevo. Ayer se supo que De Menezes bajó a las 9.47 de un autobús y volvió a subir a las 9.49. Se desconoce la causa. A las 10.02 bajó del autobús y se dirigió a la estación de metro vigilado por varios policías. En ese momento, Dick ordenó que se impidiera al sospechoso entrar en el metro. De Menezes sólo corrió cuando llegó el tren. Pero aún no está claro si huía de la policía o no. En el vagón viajaba Mark Whitby, un inspector de higiene, de 47 años, quien declaró: "Corrió hacia el tren perseguido por tres agentes. Uno de ellos llevaba una pistola negra. Cuando entró le miré la cara. El miró a la izquierda y a la derecha, pero parecía un conejo acorralado. Estaba absolutamente aterrorizado".
ELPAIS.es FRANCISCO PEREGIL (ENVIADO ESPECIAL) - Londres
Una patrullera de la Marina Real marroquí apresó frente a las costas de Alhucemas (norte de Marruecos) una patera con 60 emigrantes irregulares a bordo, entre ellos 12 menores de edad, informaron hoy fuentes oficiales.
Los detenidos, todos de nacionalidad marroquí, fueron entregados a la Gendarmería Real antes de pasar a disposición judicial para ser inculpados del delito de emigración clandestina, añadieron las fuentes.
En esta misma provincia, la Marina Real marroquí detuvo el pasado 9 de agosto a bordo de otra patera a 57 emigrantes ilegales, entre ellos 4 menores de edad.
Durante la primera semana de agosto, las fuerzas de seguridad marroquíes detuvieron en diferentes zonas del país a 262 personas que intentaban emigrar de forma irregular.
De ese total, 67 eran marroquíes y 195 de diferentes países del Africa subsahariana.
Los detenidos se hallaban principalmente en ciudades de la costa atlántica marroquí, del Sahara Occidental y de la costa mediterránea, desde donde parten las pateras con destino a las costas andaluzas y canarias de España.
Los itinerarios varían y las paradas en los puertos también. Depende del número de inmigrantes que los traficantes de seres humanos son capaces de reunir en un lugar determinado. Según fuentes oficiales españolas, algún lugar cercano al puerto de El Aaiún (capital administrativa del Sahara Occidental) es una parada obligatoria para recoger a las decenas de personas que esperan escondidas en los sebjas (los matorrales del desierto) a que la mafia les traslade a la costa atlántica. La confluencia de rutas de inmigración clandestina en El Aaiún también es confirmada por los servicios secretos marroquíes, quienes desde el verano pasado alertan ante las micromafias, a veces compuestas de varios miembros de una familia, involucradas en este trágico negocio.
Desde Senegal, cruzando Mauritania, desde Mali, a través de Argelia y Marruecos, o desde Nigeria, a través de Mali y Mauritania, vía Níger, o atravesando desde el sur Argelia y accediendo al norte de Marruecos a través de la frontera de Uxda; éstos son algunos de los trayectos reconocidos por las autoridades españolas y marroquíes. Pero las mafias no descansan, y ante el interés de la UE por que el Magreb se convierta en el gendarme de Europa en cuestión de inmigración, responden con nuevas rutas, mucho más peligrosas para los desesperados y vulnerables inmigrantes que huyen de la pobreza, el hambre o de un conflicto bélico.
La vigilancia se refuerza durante los meses de verano en el Estrecho, no solamente por la inmigración clandestina, sino también por cuestiones de seguridad en la lucha antiterrorista y, ante el blindaje del norte de Marruecos, los traficantes optan por descender más de 1.500 kilómetros, desde Tánger a El Aaiún, para dar salida a la mercancía.
Desde Marruecos se ha pedido a la UE y a España que en la lucha contra la inmigración clandestina se incluya a países de tránsito como Argelia, pero la incapacidad occidental de plantear el problema globalmente no ha permitido tomar medidas eficaces.
Como muestra de esta relación bilateral que los países europeos mantienen con sus vecinos del sur del Mediterráneo, el presidente italiano, Silvio Berlusconi, negoció personalmente con el líder libio Moammar El Gaddafi en febrero la puesta en marcha de aviones que repatriaran a los inmigrantes que llegaban a la isla de Lampedusa desde territorio libio. El lunes entró en vigor en el país magrebí una ley de inmigración que termina con la política de puertas abiertas a África del líder de la revolución. A partir de ahora, los dos millones (de los seis millones de habitantes del país) de subsaharianos, que acampaban durante años en Trípoli, donde trabajaban sin papeles y llevaban una vida normal hasta reunir dinero para pagar a la mafia y emigrar a Europa, serán perseguidos y repatriados. Libia, que toleró la entrada de subsaharianos, asiáticos y árabes para hacer frente al rápido crecimiento del país a principios de los setenta, se pliega ahora a los requisitos europeos para no ser excluida de los intereses occidentales en la zona.
LA VANGUARDIA DIGITAL CARLA FIBLA - 17/08/2005 Rabat. Corresponsal
Los sueños de más de un centenar de ecuatorianos de alcanzar la costa de EE. UU. quedaron sepultados bajo una ola que hizo zozobrar la embarcación en la que viajaban el pasado viernes. De las 103 personas que viajaban en la nave - con capacidad para un máximo de quince- y que naufragó en aguas colombianas, 94 habrían quedado atrapados en la bodega, mientras que los nueve restantes, siete hombres y dos mujeres, fueron hallados a la deriva.
Los supervivientes - que pasaron dos días aferrados a una boya- han podido contar su historia a la prensa al llegar al puerto de Manta (Ecuador), con sus rostros, brazos, pecho y espalda quemados por el sol, aunque su estado de salud general es "aceptable".
Es el caso de las dos chicas que aparecen en la imagen: Rosa Carmen Cuzco - en el centro-, de 15 años, y Wilma Celestina Castro - a la izquierda-, de 25 años, que reciben atención especial por las quemaduras, mientras que los restantes seis supervivientes han sido llevados ante la Policía de migración y la fiscalía.
Nuevos detalles de la investigación sobre la muerte del ciudadano brasileño erróneamente abatido por la policía en el metro de Londres contradicen las informaciones difundidas en un principio y afirman que el fallecido estaba tranquilamente sentado en el metro cuando fue matado por los agentes antiterroristas. El brasileño Jean Charles De Menezes entró a la estación de Stockwell (sur de Londres) con un billete e incluso se detuvo a coger un periódico gratuito, según revelan los nuevos datos que la cadena ITV ha obtenido de la Comisión Independiente de Quejas a la Policía (CIIQ) y que ha difundido ayer. Inicialmente se informó de que De Menezes saltó las barreras de la estación y huyó por las escaleras, desoyendo las advertencias de la policía, la cual acabó por dispararle ocho tiros, siete de ellos en la cabeza, el pasado 22 de julio. También se dijo que el fallecido llevaba un abrigo sospechosamente abultado e inusual en verano. Sin embargo, los datos difundidos por la cadena ITV indican que De Menezes llevaba una simple chaqueta vaquera. El brasileño, de 27 años y electricista de profesión, fue confundido con un supuesto terrorista relacionado con los atentados de la capital británica.
Los documentos filtrados señalan además que la operación pudo haber fallado porque un agente encargado de la vigilancia se fue al aseo justo en el momento en el que De Menezes abandonó el edificio. La policía y el ministerio del Interior británicos se han abstenido de hacer comentarios sobre el asunto hasta que la Comisión concluya su investigación.
Scotland Yard, en el punto de mira
Estos nuevos datos han despertado una polémica en torno a Scotland Yard y cuestionan más que nunca la política de "tirar a matar", justificada por los servicios de seguridad británicos como parte de su lucha antiterrorista en caso de que esté en peligro la población. Según esta medida, sólo se puede disparar en la cabeza debido a que el terrorista en cuestión podría ir cargado de explosivos en el resto del cuerpo.
La abogada de la familia del brasileño fallecido, Harriet Wistrich, declaró que las fuerzas del orden no tenían razones para pensar que se trataba de un terrorista suicida. "Fue desafortunado que viviera en un edificio que estaba siendo vigilado y que fuera un poco moreno", indicó.
Un grupo que apoya a la familia de De Menezes ha considerado el incidente como una "ejecución judicial" y ha pedido a la policía que suspenda su política de "tirar a matar". "La revelación de estos datos puede resultar catastrófica para (Ian) Blair", dijo el ex comandante de la policía londinense John O'Connor en alusión al jefe de Scotland Yard. "Esto pone le pone en un compromiso muy grande", añadió.
Las organizaciones nacionalistas rusas están llamando a pasar de la propaganda al terror contra los que no son rusos y organizando grupos paramilitares. Cuentan ya con unos 15.000 combatientes adultos y hasta 50.000 adolescentes. Así lo denunciaron ayer activistas de derechos humanos durante la presentación del informe sobre xenofobia correspondiente al primer semestre de este año.
El informe, realizado por la Oficina de Derechos Humanos de Moscú en el marco de un proyecto apoyado por la UE, constata que en el periodo analizado la xenofobia fue alta y 10 personas murieron. Además, más de 200 resultaron heridas en delitos relacionados con el odio étnico.
No es de extrañar, dados los ánimos contra los inmigrantes que reinan en Rusia: el 60% de la población es partidaria de limitar la inmigración porque teme que empeore la situación criminal y que quiten empleos a los habitantes locales. Una encuesta publicada ayer mostraba que uno de cada cuatro ciudadanos está a favor de prohibir a los no rusos ocupar cargos estatales de responsabilidad, y uno de cada tres, de deportar a caucásicos y chinos de las tierras ancestrales rusas; el 31% desearía limitar el derecho de los no rusos a vivir en Rusia. Lo que más preocupa a Alla Gerber, presidenta de la fundación Holocausto, es que las organizaciones ultranacionalistas, como la Unión Eslava, llamen ahora a pasar de las palabras a los hechos. Los fascistas locales comenzaron a crear grupos paramilitares el pasado invierno y ya han atacado viviendas de gitanos.
"Si me deportan 100 veces, 100 veces lo volveré a intentar. Algún día llegaré". Así de claro habla Pedro Antonio, un salvadoreño de 24 años, panadero, que ha sido detenido en México en dos ocasiones y devuelto a su país de origen. "Tengo la confianza absoluta en Dios. Esta vez lo conseguiré". Su objetivo es llegar a Los Ángeles, cueste lo que cueste. Allí tiene a una tía y dos primos. "Tengo todo el tiempo del mundo. No hay prisa, porque Estados Unidos no se mueve de donde está". Decenas de miles de migrantes centroamericanos (salvadoreños, guatemaltecos, hondureños, nicaragüenses) piensan y actúan como Pedro Antonio, en su intento de llegar a "los Estados" para hacer realidad el "sueño americano".
En los primeros seis meses de este año, 115.343 extranjeros indocumentados han sido expulsados de México, según el Instituto Nacional de Migración. Casi la mitad fueron detenidos en el Estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala y principal puerta de entrada a México desde el sur. Para llegar a su destino final, la geografía les obliga a recorrer como mínimo 3.000 kilómetros por territorio mexicano, de la frontera sur a la frontera norte, en una carrera de obstáculos que puede incluir la deportación y la muerte.
Antes de entrar en México, muchos centroamericanos hacen una parada en la Casa del Migrante de la ciudad guatemalteca de Tecun Uman, junto a la línea divisoria marcada por el río Suchiate. Allí aguarda Pedro Antonio junto a un numeroso grupo de compatriotas. Como Vilma, salvadoreña, de 38 años, que ha dejado a sus tres hijos para tratar de llegar a Nueva York y trabajar "de lo que sea"; Rubén Antonio, hondureño, de 19 años, que vivió seis meses en Miami hasta que fue deportado a Tegucigalpa; o Erica Liliana, también hondureña, de 20 años, madre de un hijo, detenida en Agua Caliente (Sonora) y repatriada hace tres días. El equipaje de todos ellos es mínimo, dos pantalones y dos camisas como mucho, y casi nada de dinero. "Para qué, si luego lo matan a uno y lo dejan por ahí tirado", dice Vilma.
Los migrantes son objeto de extorsión, asaltos y agresiones de diversa índole. La acusación más frecuente apunta a las pandillas o maras, que actúan en Centroamérica y México, pero hay otros bandidos, asaltantes de caminos, aprovechados y policías que ven en los migrantes un posible botín. "Todos los cuerpos policiales se atribuyen el derecho de interceptar a los migrantes, cuando sólo pueden hacerlo la Policía Federal Preventiva y la Policía de Migración", precisa el padre Ademar Barilli, un brasileñoque dirige la Casa del Migrante desde hace 11 años.
Rubén, un joven guatemalteco, tuvo que pagar 800 quetzales (84 euros) a la policía de su país. Ya en territorio mexicano, los soldados de un puesto de control le exigieron 200 dólares (160 euros). El conductor del triciclo que le transportó en Ciudad Hidalgo le cobró tres veces la tarifa habitual y al llegar a la estación de tren, la Policía Sectorial le quitó el dinero que le quedaba. El centro que dirige el padre Barilli proporciona información de rutas, medicinas, comida, aseo y ropa. Desde enero ha alojado a 11.000 personas. Pueden quedarse hasta tres días, pero no suelen permanecer más de uno. El 75% de los que intentan cruzar la frontera ilegalmente tiene familiares en EE UU, explica el director de la Casa del Migrante. "Creo que más del 50% consigue su objetivo. Estados Unidos sigue siendo el sueño, porque allí se gana en una hora lo que aquí en un día".
Quienes llegan a Tecun Uman cruzan la frontera hasta Ciudad Hidalgo (México) en rudimentarias balsas a través del río Suchiate, ante la mirada impasible de soldados guatemaltecos y mexicanos apostados en las dos orillas. Esas mismas balsas son el medio de transporte del contrabando hormiga de gran cantidad de productos. El paso legal de la frontera es por el puente internacional sobre el Suchiate. Allí la vigilancia no es mejor. Salí de México en balsa y regresé por el puente sin pasaporte. Ningún soldado ni funcionario de migración me pidió los documentos.
Casi ninguno de los migrantes admite haber contratado a un pollero o un coyote, como se denominan en la jerga a los guías en el cruce ilegal de las fronteras. Pero cuesta creer que puedan llegar a Estados Unidos sin la ayuda de un conocedor de las rutas y de los puestos de vigilancia. El tráfico clandestino de migrantes es un negocio rentable para los polleros, que pueden cobrar hasta 8.000 dólares (unos 6.400 euros) por un pase con garantías. El precio da derecho a tres intentos. Si fracasan en todos ellos, el pollero se queda con el dinero y el migrante sin derecho a reclamación. Es poco común que la víctima de un engaño denuncie al coyote o pollero en cuestión. "Suele ser el vecino que ha ayudado a cruzar la frontera al hermano, al primo o al amigo. Es el coyote del pueblo, que todo el mundo conoce. Hay un pacto de silencio entre el coyote y el migrante", señala Gabriela Coutiño, portavoz del Instituto Nacional de Migración (INM) en la ciudad de Tapachula, la ciudad más importante de la frontera de Chiapas. "Esta es una delegación operativa a la que llegan cada día decenas de detenidos. No tenemos tiempo de hacer estudios. En ocho horas se les deporta a sus países de origen, dentro del Programa de Repatriación Segura y Ordenada. La mayoría de detenciones de centroamericanos en México se producen en Chiapas".
México tiene convenios migratorios con Guatemala, El Salvador y Nicaragua para garantizar la repatriación de los deportados en condiciones humanitarias. "Honduras no ha firmado el convenio porque las autoridades no quieren a los emigrantes de vuelta. Desde el exterior pueden enviar remesas y en su propio país serán unos desempleados más", opina un funcionario mexicano.
"Un migrante sin papeles no es un delincuente. Quien delinque es quien trafica con ellos y abusa de su ignorancia", afirma Manuel Balcázar, de la Unidad de Prevención del Delito del Gobierno de Chiapas. "Somos un mismo pueblo dividido por una frontera". Balcázar recuerda que la inmigración centroamericana nunca había sido una amenaza para México -"convivimos con ella desde hace más de un siglo"-, y distingue tres tipos de migrantes que llegan a territorio mexicano: "Los que van en tránsito hacia EE UU, los que vienen en busca de trabajo aquí, y los delincuentes".
Las posibilidades de quienes se quedan en México son muy limitadas: empleadas domésticas (en su mayoría guatemaltecas del departamento fronterizo de San Marcos), prostitutas (hondureñas mayoritariamente), niños de la calle (llamados canguritos) que venden cualquier cosa, y trabajadores agrícolas, que son los únicos que poseen algún tipo de documento migratorio expedido por las autoridades mexicanas. Las vendedoras en los mercados (canasteras) cruzan la frontera cada día, por el río Suchiate o por el puente Talismán.
El fenómeno migratorio rebasa la infraestructura del Gobierno mexicano. Cada día son más los que intentan cruzar la frontera mexicana para llegar a la frontera norte con Estados Unidos. Lo intentan tres, cuatro, cinco veces. "La ley mexicana dice que la reincidencia se castigará con pena de cárcel. Pero, ¿cómo vamos a meter en prisión a esa pobre gente? No tenemos suficientes cárceles", enfatiza Coutiño.
En los últimos tiempos ha empezado a producirse un fenómeno nuevo en Chiapas. Antes era un Estado sin apenas migración interna. Ahora, autobuses repletos de gente salen todos los miércoles de numerosos municipios chiapanecos y comunidades indígenas en dirección a Tijuana y otras ciudades de la frontera Norte. Son los llamados tijuaneros, que transportan cada semana unas 1.200 personas rumbo a Estados Unidos para trabajar en los campos de caña de azúcar, café, mango y plátano de los Estados del sur. Es un viaje de tres días que cuesta el equivalente a 88 euros. La caída de los precios internacionales del café, principal cultivo de Chiapas, es una de las causas del éxodo.
En los andenes de la estación de Tapachula, ocultos entre los vagones, en las casuchas vecinas y en los alrededores, hay decenas de migrantes que aguardan pacientemente la salida del tren de carga. Para dos jóvenes hondureñas de San Pedro Sula es su segundo intento. La primera vez tardaron 13 días para atravesar México a bordo de ocho trenes distintos. Lograron llegar a EE UU, pero fueron detenidas en Tejas por entrada ilegal, después de pagar 1.500 dólares al coyote que las abandonó, y devueltas a su país con la prohibición de ingresar en EE UU durante cinco años. Están dispuestas a correr el riesgo para llegar a Houston. ¿Y si las vuelven a detener? "Que sea lo que Dios quiera".
Historia de Lily
Lily tenía 18 años cuando llegó a México procedente de Honduras. Había vivido lo suyo en el mundo de las pandillas hasta que no aguantó más y emigró. Su destino era EE UU, donde viven sus padres, pero han pasado cuatro años y el sueño americano quedó en Tapachula, a una hora de la frontera.
Lily se enamoró de un mexicano que la encaminó por la senda que transitan tantas centroamericanas que se quedan en los pueblos de la frontera sur. Al poco tiempo estaba bailando en un table dance (bares de top-less) para unos tipos que no conocía. El alcohol y la droga hicieron estragos y Lily quedó atrapada en las redes de la prostitución de la mano del mexicano que la sedujo. Hasta que apareció un cliente con el que acabó casándose.
La joven hondureña dejó la prostitución. Ha vuelto a estudiar y está a punto de conseguir trabajo. Pero tiene miedo. El canalla se resiste a perderla y se dedica a intimidar a la pareja. Lily sabe que detrás de las amenazas hay un narcotraficante capaz de cualquier cosa. Puede que haya llegado la hora de cambiar de residencia. "Tapachula siempre fue una ciudad maldita para mí. Aquí caí en la droga y la prostitución", dice.
Los table dance han proliferado en la ciudad, donde la mayoría de camareras, menores y sin papeles, se dedican al comercio sexual. Las autoridades y la policía lo saben perfectamente, entre otras cosas porque son clientes asiduos. Ello no impide que de vez en cuando la Policía de Migración realice redadas que acaban con varias jóvenes deportadas a sus países.
Según cálculos de la Iglesia católica, en Tapachula hay más de mil indígenas centroamericanas de entre 12 y 25 años que trabajan como empleadas domésticas, camareras o ayudantes de cocina en restaurantes. Perciben de 300 a 500 pesos mensuales (menos de 38 euros), cantidades inferiores al salario mínimo en Chiapas, y sufren las mismas humillaciones que padecen los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
El viaje que cuatro inmigrantes planearon para conseguir una vida mejor acabó en el interior oscuro de un contenedor de Rotterdam. La policía holandesa descubrió ayer los cuerpos sin vida de cuatro hombres cuyas identidades se desconocían en el interior de un contenedor cuyo punto de partida fue Marruecos y que acabó el viaje en Holanda.
Los fallecidos, que podrían ser de origen marroquí, "probablemente se introdujeron en el contenedor en Casablanca", ciudad en la que atracó el buque antes de dirigirse a un puerto español. Es probable, según las primeras investigaciones, que los inmigrantes quisieran desembarcar en algún puerto del sur de España, pero al final no pudieron salir del habitáculo en el que acabaron muriendo. El contenedor, al final, les llevó hasta Rotterdam.
Los cuatro fallecidos habían preparado el viaje y "llevaban consigo comida, bebidas y algunos utensilios", explicó el portavoz, quien añadió: "El contenedor estuvo algunos días en España, donde las altas temperaturas registradas pudieron ser fatales para los cuatro hombres". Los cadáveres fueron encontrados en el interior del habitáculo cuando fue abierto por la compañía propietaria.
El ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, anunció vuelos chárter conjuntos con España y Alemania para expulsar inmigrantes. 'Hay otros vuelos previstos y los efectuamos más allá de las barreras políticas, puesto que lo hemos hecho con el Gobierno socialista inglés y tengo una petición en el mismo sentido del Gobierno socialista español y del Gobierno socialista alemán', dijo.
Sarkozy hizo esas declaraciones a la salida de la reunión de un Consejo de Ministros al ser preguntado por un vuelo conjunto franco-británico que salió rumbo a Kabul con una cuarentena de afganos que estaban en situación irregular en Francia y el Reino Unido.
'Hay otros vuelos previstos y los efectuamos más allá de las barreras políticas, puesto que lo hemos hecho con el Gobierno socialista inglés y tengo una petición en el mismo sentido del Gobierno socialista español y del Gobierno socialista alemán', dijo el también presidente de la conservadora y gobernante UMP.
El vuelo a Kabul era el primero de esta naturaleza desde la pasada cumbre de ministros de Interior del G-5 (Francia, España, Reino Unido, Alemania e Italia) de principios de julio en Evian (este de Francia), donde se decidió reforzar la cooperación en la expulsión de clandestinos a sus países de origen.
Sarkozy subrayó que 'los diferentes países miembros de Europa son Estados de derecho y es normal que en un Estado de Derecho se haga cumplir las normas'.
'Los que tienen documentos pueden quedarse en Francia, los que no los tienen y están en situación ilegal serán acompañados a sus países de origen. Eso es lo que hemos decidido con nuestros colegas europeos', añadió Sarkozy.
El vuelo conjunto causó en Francia las protestas de diversas asociaciones de defensa de los derechos humanos y de partidos políticos, que había pedido 'encarecidamente' a las autoridades de París y Londres que renunciasen al mismo.
La estricta aplicación de la ley de emigración en Rumania ha provocado una conmoción en los accesos por carretera al país. Conforme a una ordenanza de urgencia gubernamental, desde el 1 de agosto los agentes fronterizos comenzaron a retirar el pasaporte a quienes, partiendo de Rumania como turistas, superaran los tres meses de ausencia y no tuvieran un contrato de trabajo o documentación legal que acreditara que está en trámite su permiso de residencia en el país de acogida. El Gobierno rumano asegura que con la medida da cumplimiento a una ley de 2003.
En una semana, más de 3.500 rumanos han perdido sus documentos de viaje en los puestos fronterizos de la zona oeste: tras unos meses de trabajo en negro, volvían de vacaciones a su país. La noticia ha provocado la desbandada al otro lado de la frontera y la mayoría ha preferido emprender el viaje de vuelta a la marginalidad antes que entrar en Rumania y quedarse sin pasaporte.
El Ejecutivo rumano apoya su decisión en los últimos datos recogidos en la frontera: desde el mes de enero, más de 1.800.000 personas han sido devueltas a sus localidades por no cumplir los requisitos legales para emprender viaje al extranjero. También hace referencia a los episodios de tensión vividos en la frontera franco-española, donde se impidió el acceso a más de 18.000 rumanos que pretendían entrar a España en autobús durante el primer cuatrimestre del año.
Cuando faltan dos meses para la publicación del informe que puede confirmar la adhesión de Rumania a la UE en enero de 2007, las autoridades se enfrentan a un serio problema de imagen: "El principal tema recurrente en cualquier reunión bilateral o multilateral es la migración ilegal: no existe colega de la UE con el que me haya reunido que no aluda directa o indirectamente a este asunto", aseguraba en julio el ministro del Interior rumano, Vasile Blaga. "Hacemos cumplir la ley", declaró hace unos días. La oposición le acusa de poner en riesgo los 2.000 millones de euros anuales que son transferidos al país por sus emigrantes.
A la alta política se une la mala imagen y la marginalidad de los ilegales en sus países de destino. "Tenemos que terminar con la imagen nefasta de Rumania que estamos dando en el extranjero", aseveraba el portavoz de la Policía de Fronteras. En función de la reincidencia en el incumplimiento del plazo legal de estancia en el extranjero, la retirada del pasaporte se mantendrá por uno, tres o cinco años.
En los puestos fronterizos, además de las protestas por la rigidez de la norma, cobraba presencia el drama humano. Muchos de los que han perdido el pasaporte se lamentaban por los objetos personales que han dejado en los países en los que trabajaban de forma ilegal; otros, familias rotas por la necesidad, emprendían el viaje de vuelta entre lágrimas. "Llevo cinco meses sin ver a mis hijos, traigo muchos regalos para ellos y ahora tengo que volver sin verles porque necesitan el dinero que gano", se lamentaba Daniela, una trabajadora sin papeles en el campo español. "No soy un delincuente", aseguraba Cosmin, obligado a permanecer en Rumania, mostrando sus manos curtidas; "trabajo en lo que puedo para mantener a mi familia".
En España, el Observatorio Permanente de la Inmigración cifraba en 85.518 los rumanos con papeles en abril, antes del proceso de regularización. Tras la medida, se ha dado de alta en la Seguridad Social a 45.421 rumanos más. Según el último estudio de la misión en Rumania de la Organización Internacional para la Migración, España ocupa el segundo lugar de preferencia en el índice de destinos potenciales de los emigrantes rumanos. Italia, primer país en la lista, es preferido por el 30% de los encuestados.