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España y Colombia acuerdan garantizar las pensiones a los emigrantes de ambos países

El ministro español de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, y el
ministro colombiano de Protección Social, Diego Palacio, firmaron el martes en
Bogotá un convenio bilateral de Seguridad Social que garantiza a los
trabajadores españoles que emigraron a Colombia y a los nacionales de aquel país
que se desplazaron a España sus derechos en materia de pensiones contributivas.

Según informó el martes el Ministerio dirigido por Caldera, este convenio
beneficia especialmente a los emigrantes españoles en Colombia que cotizaron a
la Seguridad Social española antes de salir de España y no tienen derecho a
pensión debido al poco tiempo cotizado, gracias a un sistema de totalización de
periodos de seguro.

El colectivo de españoles residentes en Colombia se eleva a 9.602
personas, según datos a noviembre de 2004, mientras que el número de pensiones
que la Seguridad Social española abona en dicho país asciende a 309, con datos a
1 de julio de este año.

En cuanto al número potencial de ciudadanos colombianos que se
beneficiarán con la firma de este convenio, el Ministerio de Trabajo estima que
superará las 100.000 personas, ya que, a mes de marzo, cerca de 145.000
emigrantes colombianos trabajaban en España y 42.706 se normalizaron gracias al
último proceso de regularización.

ELPAIS.es
EUROPA PRESS - Madrid

Los niños invisibles calcinados en París

París no quiere a los pobres, sobre todo cuando son extranjeros.
París está celosa de su prestigio y belleza. Ante todo, es una capital, un
escaparate de la cultura francesa, que es una cultura del lujo y las cosas
bellas de la vida. Sólo acepta a los inmigrantes si son basureros o albañiles.
El extranjero que trabaja en París tiene que residir fuera. No hay una ley, pero
la exclusión se efectúa por medio del dinero. París será la ciudad de la gente
que tenga los medios para vivir en ella. A los demás se los empuja hacia los
suburbios, hacia la periferia de la vida, hacia los territorios de la miseria y
la soledad, espacios patógenos donde se desarrollan la delincuencia y el odio.
Quien alentó esta opción por su política no fue otro que Jacques Chirac cuando
era alcalde de París. Hacía falta ponerse del lado de los agentes inmobiliarios
y los demás hombres de negocios. Las víctimas no cuentan, puesto que no son más
que inmigrantes, gente pacífica que se contenta con poco.

Algunos se apiñan, no en los barrios elegantes, sino en aquellos
distritos que eran populares, como el XVIII o el IX. Allí subsisten vetustos
inmuebles cuyos propietarios sólo esperan una cosa, desocuparlos para
restaurarlos y revenderlos al precio actual. ¿Cómo conseguir que se vayan las
familias africanas, los inmigrantes legales o clandestinos? Se ha dicho que
algunos incendios no fueron accidentes. Nunca se ha probado, pero todo indica
que el fuego conviene a los agentes inmobiliarios.

Entre abril y agosto del 2005, 35 personas han muerto en esta clase
de incendios. Cada vez, los primeros que han muerto calcinados han sido niños.
París no quiere a los hijos de los inmigrantes. Los ignora. En el incendio del
inmueble ocupado por familias africanas, una madre pudo salvar a un hijo y
arrojó al otro por una ventana de la quinta planta. El niño arrojado no ha
sobrevivido. Y la madre, ¿conseguirá sobrevivir a este gesto? ¿Qué fantasmas
poblarán sus noches? ¿Qué sombras se abatirán sobre sus insomnios para hacerla
sufrir más? Una madre que sacrifica a uno de sus hijos esperando salvarlo está
condenada al dolor. En la religión islámica, se dice que son ángeles que irán al
Paraíso. Para aquellos que creen en Dios, es un consuelo, para los demás es una
herida infinita.

Siempre se podrá reprochar a los africanos que tienen demasiados
hijos, pero es una realidad que hay que afrontar: Francia no puede seguir
viviendo como si los millones de trabajadores venidos de fuera no fueran hombres
y mujeres con derecho a una vida digna. El problema no es nuevo. En 1985, los
incendios que asolaron algunas vetustas viviendas de los distritos XII y XVIII
causaron la muerte de nueve inmigrantes. Veinte años después, no se ha hecho
nada al respecto o, más bien, se ha hecho todo lo posible para desalojar a los
pobres con el fin de recuperar los inmuebles antiguos y convertirlos en
apartamentos con encanto que se venden a precios exorbitantes. El encanto de
París se edifica sobre cuerpos calcinados, sobre los esqueletos de niños
reducidos a cenizas. Se ha limpiado París: rara vez se ven inmigrantes. Los
inmigrantes causan temor, son gente extraña y extranjera. Después de cada
incendio, el alcalde se dirige al lugar, habla de su consternación y promete
cambios.

Para que no se quemen más niños en París, la solución es simple: una
nueva política de inmigración que se funde en el respeto, la dignidad y la
igualdad. ¡Palabras hueras, que no quieren decir nada en una capital donde el
precio del metro cuadrado de la vivienda vale en algunos barrios entre diez y
quince mil euros!

Mientras, los africanos no tienen más remedio que irse, lejos de los
barrios parisinos, recrear la aldea con su asamblea bajo el árbol y sus
numerosos niños; estar en otra parte quiere decir lejos, en una tierra que no
existe o sólo existe en los limbos de la nostalgia.

Si hoy se queman niños en la capital de la Ilustración, no es
casualidad, no es una fatalidad, es la consecuencia de una política que ve bien
a los inmigrantes con la condición de que sean invisibles, ligeros, ligeros como
transparencias que no hacen daño a la mirada.

LA VANGUARDIA DIGITAL
TAHAR BEN JELLOUN, escritor. Premio Goncourt 1987

Negros y pobres, no les importamos nada

El emblema del pequeño pelícano rodeado de cuatro estrellas blancas
descuella sobre el puente Gran Nueva Orleans, la única vía de acceso por tierra
al lado oriental de la ciudad arrebatada por la violencia del Katrina. Cruzando
el Mississippi, entre las columnas de vehículos militares y los coches del FBI,
se llega al terreno donde, hasta la mañana del viernes, se atrincheraban las
bandas armadas y ahora reina el orden impuesto por el general Blum, comandante
de la Guardia Nacional. Los signos de los enfrentamientos se sobreponen a las
devastaciones del Katrina. Los pick-up de las bandas, abandonados y marcados por
los golpes, acampan en las calles repletas de escombros.

Vestidos, cristales rotos y charcos, es todo lo que se puede ver.
Además de algunas mujeres que vagan con sus hijos y botellas de agua dentro los
carros robados en los supermercados, las únicas personas en las calles son los
soldados, los policías y los agentes del FBI. Al lado del Centro de
Convenciones, la Piazza Italiana tiene un aspecto fantasmagórico. Pocos metros
más allá, bajo una bandada de helicópteros, se levanta el Superdome, escenario y
símbolo de las heridas provocadas por el huracán.

El estadio está protegido por la Guardia Nacional como si fuera una
ciudadela. Decenas de militares vigilan las entradas armados con M-16. El
capitán Andrew Lindren, apenas un treintañero, ha creado con sus agentes un
pasillo de salida. A través de él, las más de cuatro mil personas que aún se
encuentran en el estadio pueden llegar a los autobuses que periódicamente vienen
a recogerlos para evacuarlos hacia los centros de acogida en Texas, Alabama,
Mississippi y otras localidades de Luisiana. "No hemos entrado en el Superdome y
no lo haremos, esperamos que que salgan los refugiados", explica el capitán. La
razón es que el general Blum no quiere que haya una crisis con los civiles.
Entre los refugiados del Superdome la tensión es todavía alta. Se estima que
entre 200 y 300 personas no quieren dejar Nueva Orleans de ningún modo y que
entre ellos se esconden aquellos que el capitán Lindren define como "algunas
docenas de malos bichos". Criminales comunes o buscados por los actos violentos
que se cometieron en la ciudad en los últimos días que, al llegar al Guardia
Nacional, se largaron mezclándose con los que huyeron. "Sabemos quiénes son. No
conseguirán escapar. Cuando todos los civiles hayan dejado voluntariamente el
Superdome nos ocuparemos de ellos", dice el capitán dando a entender que la
rendición de cuentas con los "malos bichos" sólo es cuestión de tiempo.

Los militares, de todas formas, no tienen prisa. La prudencia se
explica por la irritación que se huele en el aire y que transforma el Superdome
en una suerte de olla a presión que puede estallar en cualquier momento. Sólo
hace falta hablar con los refugiados que están a la espera de subir en los
autobuses para darse cuenta de la situación. "Yo estoy aquí, mis hijos están en
Mississippi, mis padres no sé dónde", dice un hombre de unos cincuenta años que
asegura llamarse Alton. "Estos blancos, gente del gobierno federal, llegaron
tarde, nos dividieron y nos trataron como basura", añade.

Salta a la vista que dentro y fuera del Superdome la totalidad de
los civiles son afroamericanos de todas las edades, que tienen en común el hecho
de ser pobres. Mujeres vestidas de harapos, jóvenes que llevan bolsos de la
compra como pantalones, hombres mayores que duermen en el medio de cajas y
basura. "Cuando pasó lo de la gran inundación en Asia - afirma con rabia
Katherine, una joven que dice haber perdido en los escombros uno de sus dos
pequeños- el Gobierno envió decenas de toneladas de ayuda en sólo 48 horas. Aquí
todos somos estadounidenses pero han tardado cuatro días en llegar. ¿Y sabes por
qué? Nos consideran como si fuéramos el fondo del barril, negros y pobres, la
hez. No les importamos nada". Un hombre mayor escucha, asiente y añade: "Si
después de cuatro días se han movido es sólo porque los políticos negros como
nosotros en Washington han presionado al Gobierno".

Por lo que cuentan, resulta que todos han sido cogidos desprevenidos
por el huracán. "Katrina pasó por aquí el sábado, la lluvia cayó violentamente,
pero después siguió adelante. El domingo el tiempo era feo, como suele ser en
esta temporada, y por la tarde, de repente, nos invadió el agua, hasta unos seis
o siete metros de altura. Hay quien vio tiburones, fue el caos. Muchos murieron
mientras dormían la siesta", recuerda un joven que luce una camiseta del equipo
de fútbol americano de los Saints.

Los desesperados del Superdome señalan como responsables de las
devastaciones al destino - ésta es la patria del vudú-, la pobreza, que les
impidió tener un coche para huir a tiempo, y el presidente George W. Bush, que
envió a Iraq a los agentes de la Guardia Nacional de Luisiana, quienes
normalmente controlan la resistencia de los diques del lago Pontchartrain
después de los huracanes. "Esta vez ellos no estaban y el domingo por la mañana
fueron los bomberos los que hicieron la inspección y no se enteraron de que a la
altura de la calle 17 el dique estaba a punto de derrumbarse", explica un hombre
que no quiere dar su nombre pero afirma ser un ex militar.

Todo ésto no significa que los refugiados sean partidarios de los
demócratas. En la explanada del Superdome es casi imposible encontrar alguien
que haya ido alguna vez a las urnas. Lo que prevalece es un sentimiento de
marginación, resignación, desconfianza hacia todo. "Estas personas no se fían de
nadie y además se desprecian a sí mismos", resume un joven afroamericano de
Austin (Texas), que está aquí para mantener el orden, vestido con el uniforme de
la Guardia Nacional. Los helicópteros que sobrevuelan el Superdome llevan
toneladas de agua, comida y provisiones. Después de la llegada de los agentes
del general Blum la situación en la ciudad parece más tranquila y el reparto de
ayudas se hace de forma rápida. Desde la orilla occidental del Mississippi
llegan camiones de la Bell South para restaurar la electricidad. Se construyen
puentes artificiales y los barcos de socorro recuperan, junto a los autobuses, a
quienes aún se encuentran en las zonas inundadas.

Los ingenieros del Ejército de Tierra y los bomberos de Nueva
Orleans han tomado el control de Canal Street - la vía principal del centro
comercial de la ciudad- tras haber restablecido todos los diques derrumbados.
Ahora las aguas del lago Pontchartrain ya no vierten en la ciudad y el próximo
paso será lo que activará las aspiradoras para secar las calles. Tardarán entre
48 y 60 días y nadie puede prever el estado en el que se encontrarán las miles
de viviendas inundadas.

El clima es más distendido desde que se recuperó la seguridad y se
evacuó el Superdome. También la refinería de la Shell, a la entrada de Nueva
Orleans, ha vuelto a funcionar. Sin embargo, ésto no significa que lo peor haya
terminado: por las calles del barrio francés siguen circulando los pick-up de
las bandas aunque, a diferencia de lo que pasaba veinticuatro horas antes, ya no
enseñan las armas. La lucha entre los ladrones y los policías radica en la
interceptación de los coches robados. También el coche donde iba este cronista
ha sido parado y controlado por la policía que, una vez segura de que no era
robado, lo requisó para llevar depósitos de agua a un centro de acogida de
refugiados a orillas del Mississippi.

LA VANGUARDIA DIGITAL
MAURIZIO MOLINARI - 05/09/2005
Nueva Orleans. Enviado especial

Arde la cara oculta de París

Para muchos africanos que malviven en el centro de la ciudad, el carácter
casual de los incendios es más que dudosoEra imposible no ver a Sidibé Fofala.
En el barrio del Marais, a apenas cincuenta metros del Museo Picasso y a menos
de doscientos de la bella y elegante plaza de los Vosges, Sidibé era una
excepción. Por su ropa coloreada, por su piel negra, por su pobreza. Vivía en la
Rue del Roi-Doré, una calle en la que el metro cuadrado se valora entre 7.000 y
8.000 euros. Pero ella, en el número 8, no tenía agua corriente, como tampoco
tenía electricidad ni gas. Bueno, lo de la electricidad había quedado resuelto
gracias a la habilidad de Falikou, que había conectado un cable quién sabe dónde
y se cuidaba de restablecer la luz cada vez que se iba, en medio de grandes
chisporroteos.

No era el único que sabía hacerlo entre las doce familias que malvivían,
desde hacía seis años, en la ruina vertical que era la casa de la Rue del
Roi-Doré. Siete personas -entre ellas cuatro niños. Y Sidibé, con los dos
mellizos que llevaba en el vientre- murieron el 30 de agosto en el incendio del
inmueble. Las llamas prendieron por causa desconocida, si estimamos que la
miseria no figura entre los combustibles conocidos.

Cuatro noches antes, en el bulevar de Vincent Auriol, otras 17 personas
-14 niños entre ellas- morían abrasadas en circunstancias parecidas. En ese
inmueble habitaban un total de 130 personas. Y el 15 de abril, cerca de la
Ópera, en la Rue de Provence, en un hotelucho miserable, el fuego también
terminaba con la precaria existencia de otros 24 emigrantes subsaharianos.

Edificios condenados

Hoy, en el pasaje de la Brie, a cuatro pasos de la refulgente sede del
Partido Comunista Francés (PCF), concebida por el arquitecto Oscar Niemeyer,
encontramos otro edificio que se diría condenado a idéntico destino que los de
Roi-Doré, Vincent Auriol o Provence. La fachada se aguanta en unas vigas que
buscan apoyo en los muros de la casa de enfrente. Hay ventanas clausuradas con
ladrillos. El propietario intenta echar a los okupas, pero éstos vuelven una y
otra vez.

"Es esto o la calle. No te dan a elegir", cuenta Sissoko, mauritano que
trabaja como guardián de noche. Vive solo y se da por satisfecho con sus 10
metros cuadrados. "Además, estoy al lado de la puerta de salida. Después de lo
ocurrido estos últimos días, eso es lo más importante". En un cuarto o quinto
piso, cuando las llamas prenden por el hueco de la escalera, la única
escapatoria es lanzarse al vacío.

Para muchos africanos que viven en París, el carácter casual de los
incendios es más que dudoso. No hay pruebas, sólo discursos desafortunados, del
ultraderechista Le Pen o del ministro del Interior, Sarkozy, coincidiendo en que
"las primeras víctimas de la inmigración clandestina son los propios
inmigrantes". Pero ni Sissoko, ni Falikou ni Sidibé eran o son clandestinos.
Llevan o llevaban años en Francia. Trabajando o acompañando a su marido, pagando
impuestos, alquileres, tasas o permisos. Sólo en París hay 976 inmuebles
considerados "insalubres".

La cifra la facilita el actual equipo municipal, dirigido por el
socialista Delanoë. Antes, cuando los alcaldes eran Jacques Chirac o Jean
Tiberi, sólo 17 edificios habían merecido el calificativo de "insalubres".
"Tenemos un plan de inversión de 152 millones de euros en seis años destinados
exclusivamente a rehabilitar ese tipo de viviendas. El Estado dedica siete
millones de euros cada año", explica Jean-Yves Mano, concejal responsable de la
política de vivienda. No añade que ese mismo Estado adeuda a la ciudad de París
110 millones de euros relativos a la política de alojamiento social.

El turista que se pasea por las grandes avenidas arboladas de París, que
visita sus monumentos de piedra bien tallada o la arquitectura más o menos
kitsch impulsada por los últimos presidentes megalómanos, nunca se asoma a las
callejuelas del XX arrondissement (barrio), y sólo por casualidad a las del
XVIII, quizá porque se equivoca de dirección al bajar de esa cumbre de la
arquitectura pastelera que es la basílica del Sacré Coeur, o a las del XIX. No
sabe cómo se vive en la Rue de Tánger, junto a la mezquita Ed Dawa, en la plaza
del Maroc.

"Nuestros abuelos cavaron los túneles del metro de París, nuestros padres
murieron en el frente defendiendo la bandera francesa y a nosotros nos tratan
como animales", explica un senegalés que responde con cansancio a las preguntas
de los periodistas. "Ustedes son como los políticos: ahora, porque ha habido
muertos, se interesan por nosotros. Luego nos olvidarán. Y la cuestión no está
en por qué se ha producido el incendio, sino en cuándo se producirá el próximo".

La arquitectura de muchos edificios de la ciudad no es precisamente una
barrera contra el fuego. La estructura es de madera, la caja de la escalera lo
es íntegramente y en el caso de los 976 inmuebles hay fisuras, instalación
eléctrica deficiente o inexistente, conducciones de agua de plomo o ausentes,
amén de ratones, humedades y suciedad.

De los 976 edificios calificados como "insalubres", la mitad los gestiona
la SIMAP (Sociedad Inmobiliaria de Economía Mixta de la Villa de París), que
procede a su lenta rehabilitación. Del resto, 200 son hoteles de quinta
categoría, y 353, propiedades privadas.

En un filme estrenado recientemente -De battre mon coeur s'est arrêté, de
Jacques Audiard- se mostraba cómo unos matones aprovechaban la noche para
expulsar a golpes a los okupas de edificios que acababan de ser adquiridos por
un intermediario que, para revenderlos, necesitaba que todos los pisos
estuvieran vacíos. De inmigrantes.

Guerra de cifras

¿CUÁNTOS PISOS hay deshabitados en París? 12.500 dice el Ayuntamiento.
40.000 responden las asociaciones como DAL (Derecho al Alojamiento).

Lo que sí se sabe es que sigue vigente una ley del año 1945 que permite,
"en caso de urgencia", requisar apartamentos que lleven tiempo deshabitados. El
Gobierno socialista de Jospin intentó servirse de dicha ley, pero a los
propietarios les basta con anunciar la intención de hacer obras de reforma para
paralizar la requisa. Otra ley, la SRU (Solidaridad y Renovación Urbana), votada
durante el mandato de Jospin, obliga a los ayuntamientos a tener, dentro de su
término municipal, un 20% de viviendas sociales.

En la actualidad, 742 ayuntamientos no sólo incumplen la ley, sino que,
durante los últimos cinco años, no han hecho el menor esfuerzo para acercarse al
porcentaje fijado por la ley. Al frente de todos esos ayuntamientos, Neuilly, en
los alrededores de París, alcaldía controlada por el ministro del Interior,
Nicolas Sarkozy, que, a raíz del incendio del bulevar Vincent Auriol, declaraba
que "un montón de gente, parte de la cual carece de papeles, se amontona en
París, que no dispone de lugares donde acogerla". Sarkozy defendía el
comunitarismo a la británica -tras los atentados terroristas de Londres ha
dejado de hacerlo- y esta vez le ha faltado tiempo para ordenar a la Prefectura
de París "un listado de todos los inmuebles insalubres", olvidándose que existe
desde el año 2001, y, de cara a las cámaras, también ha enviado a la policía a
desalojar unos okupas. Eso sí, se trataba de okupas artistas, parisienses de
pura cepa, que podían reinstalarse en la casa familiar o con amigos, que no iban
a convertirse en sin papeles a los que hay que enviar, en avión a cuenta del
Estado, hacia su país de origen.

ELPAIS.es
OCTAVI MARTÍ

El "tsunami" negro

Están cada vez más agotados, hambrientos, sucios e indignados. Y son negros, casi todos, como el pequeño en camiseta roja a quien le cae una lágrima desde sus grandes y tristes ojos, la obesa mujer desesperada a cuya falda se aferra un pequeño, o el hombre con el pelo revuelto que desde el Centro de Convenciones agita el puño hacia las cámaras de televisión.
También son negros casi todos los saqueadores que
vacían desde hace días las tiendas de la capital del jazz, así como aquellos que
en Biloxi revuelven en los contenedores de basura en busca de algo comestible,
"como los animales", tal como señaló un comentarista de televisión.

No hubo que esperar mucho para escuchar las
primeras reacciones a estas palabras. "¿Lo habría formulado de la misma manera
si hubieran sido blancos?", se preguntaba indignado un prominente comentarista
de radio. Él es negro. Un congresista criticó públicamente el hecho de que los
que han perdido sus casas en Luisiana y Mississippi sean calificados como
refugiados, "como si se tratara de Sri Lanka. Son conciudadanos, son
contribuyentes, son gente que trabaja duramente". También el diputado es negro.

En la cadena CNN, un crítico hace referencia a dos
fotos publicadas en periódicos que muestran a unas personas cargadas de bolsas
de plástico. Unos son blancos y el pie de foto dice que los afectados han
encontrado comida. Los otros son negros y "han saqueado". "Si esto no es
racista, entonces no sé lo qué es", dice el crítico, de raza negra.

Negro o blanco, rico o pobre, tras largos días de
imágenes de penalidades y la creciente crítica a la lenta reacción de
Washington, un nuevo elemento se ha introducido en el debate público: la
cuestión de la raza y de la clase social.

El tema ha adquirido tanta relevancia que algunos
empiezan a temer que, tras las inundaciones y la devastación, el Katrina también
provoque una división social, y eso precisamente en unos momentos en que se
necesita más que nunca la unidad de la nación. "A nivel político va a tener que
producirse un debate, pero con prudencia", advertía este sábado un diario de
Detroit.

Pero bajo la superficie hace tiempo que hierven
los ánimos. En vista de que la ayuda no llegaba, las víctimas del huracán
empezaron a preguntarse si el agua, la comida y un techo bajo el que cobijarse
habrían llegado más rápido si se tratara de blancos. "Sencillamente, nosotros no
contamos tanto para Washington", afirmó la afroamericana Loretta Creel desde
Nueva Orleans a CNN. Y The Washington Post cita a la agotada Bernardette
Washington diciendo: "Parece como si los negros estuviéramos malditos".

Los congresistas negros no han ido tan lejos como
para acusar de racismo a las autoridades encargadas del envío de ayuda. Pero
indirectamente sí lo hicieron. No se puede permitir que "la diferencia entre
aquellos que viven y los que mueren estribe únicamente en la pobreza, la edad o
el color de la piel", dijo el parlamentario Elijah Cummings.

Congresistas blancos rechazan la acusación de
racismo, aunque también reconocen que si bien no se trata de blancos y negros,
sí de ricos o pobres, y son los negros los que la mayor parte de las veces son
los más pobres, y negros son la mayoría de la gente que vive en la zona
catastrófica. Mucha gente, dice también Ray Nagin, el alcalde -negro- de Nueva
Orleans, se habría salvado si hubiera podido huir. Pero para ello se necesitaba
un coche.

Las estadísticas hablan por sí solas. En Nueva
Orleans viven 1,4 millones de personas, más del 67 por ciento son negros y el 30
por ciento de ellos vive por debajo del umbral de la pobreza. El distrito de
Lower Nineth Ward resultó especialmente afectado por el Katrina. Allí, la cuarta
parte de las familias vive con menos de 10.000 dólares al año, y la mitad con
menos de 20.000. Más del 50 por ciento está desempleado. El barrio fue
construido sobre una antigua zona pantanosa. El agua llega mal, por lo que esta
región fue habitada relativamente tarde. Los que llegaron eran sobre todo negros
pobres, porque para los demás la zona no tenía atractivo alguno. Allí también
vive la mayoría de las 125.000 personas que no pudieron huir porque carecían de
automóvil.

La catástrofe "nos ha afectado especialmente
porque antes no se preocuparon lo suficiente por nosotros", afirma Brian
Charles.

El gobierno estadounidense va a enviar ahora a uno
de los suyos, una mujer negra, a la zona, para mostrar solidaridad. Se trata de
la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Pero a Rice se la ve siempre con
trajes elegantes y con mucho estilo. ¿Una de los suyos? "No", afirma Charles.

Huelva Información
GRABRIELLE CHWALLEK

La policía desaloja en París dos inmuebles ruinosos ocupados por más de cien inmigrantes africanos

La Policía parisiense evacuó dos inmuebles en estado ruinoso
que eran ocupados ilegalmente por más de cien inmigrantes africanos. La
Prefectura cumple así los avisos del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy,
quien prometió "cerrar todas las casas ocupadas para evitar dramas" como el
incendio que el pasado 29 de agosto acabó con la vida de siete personas.

Los edificios, situados en los distritos XIX y XIV, al norte y
al sur de la capital, respectivamente, albergaban cada uno en su interior unos
70 'sin techo', la mayoría proveniente de África subsahariana.

La Prefectura de París declaró que ambas estructuras
"comportaban riesgos para sus ocupantes" por su precario estado, y que existe
"una decisión judicial" que obligaba a "poner fin" a la ocupación ilegal de
ambos inmuebles. Las autoridades comunicaron que "todos los expulsados serán
transportados en familia a alojamientos decentes".

RESISTENCIA AL DESALOJO

En ambos casos, los inmigrantes han opuesto resistencia a su
desalojo, pero la presencia policial ha conseguido expulsarlos de los dos
edificios. Los inmigrantes, algunos con permiso de residencia, han protestado
por el hecho de que la actuación policial se haga el día de la vuelta escolar,
pues muchos de sus hijos se aprestaban a acudir a sus centros educativos.

El Ayuntamiento de París, dirigido por socialistas y verdes,
se ha opuesto a esta política de expulsiones exigida desde el Ministerio del
Interior. El responsable municipal del distrito XIV, Pierre Castagnou, calificó
lo ocurrido de "operación espectacular forzada con fines mediáticos". "Se da
prioridad a la fuerza, pero no se arregla forzosamente un problema social",
reprochó.

Dos incendios en edificios insalubres, los pasados 26 y 29 de
agosto, provocaron la muerte de 17 y siete inmigrantes respectivamente. Sucesos
que provocaron una conmoción nacional y obligaron a las autoridades a
reaccionar. El primer ministro, Dominique de Villepin, anunció ayer que se
construirán 5.000 viviendas sociales en los próximos 18 meses, para acabar con
la penuria de alojamientos para los más necesitados.

Jean Baptiste Eyraud, presidente de la asociación Derecho a un
Alojamiento (DAL), la más activa en la defensa del derecho de los inmigrantes
con papeles a acceder a una vivienda, criticó el "encarnizamiento" de las
autoridades y calificó lo ocurrido como "una dura respuesta del Gobierno a la
falta de casas". El DAL y otras organizaciones han convocado una manifestación,
el próximo sábado en París, en solidaridad con los inmigrantes 'sin techo'.

Madridpress.com

El juez cree que el incendio de París con 17 muertos fue intencionado

El juez que instruye el caso del incendio ocurrido hace una semana en
París y que causó la muerte de 17 inmigrantes africanos, 14 de ellos menores de
edad, ordenó ayer la apertura de una investigación por "destrucción
intencionada" de un bien inmueble. El juez ya había descartado la hipótesis de
un cortocircuito accidental, pero hasta ahora ningún dato permitía pensar que
las llamas que se desencadenaron en plena noche fueran intencionadas. Tres días
más tarde, en pleno corazón del barrio del Marais, ardía otro inmueble también
ocupado por inmigrantes. Murieron otras siete personas.

ELPAIS.es
OCTAVI MARTÍ - París

La Gendarmería marroquí detiene en una redada a 89 subsaharianos

Al menos 89 inmigrantes subsaharianos que se ocultaban en las
inmediaciones de la frontera con Melilla, donde esperaban para intentar cruzar
la valla hacia suelo español, fueron detenidos ayer por la Gendarmería Real
marroquí. La operación se produjo tres días después de la avalancha, tras la
cual se halló el cuerpo de un joven camerunés en un tramo cercano del perímetro
fronterizo. La redada se dejó notar en la carretera que une Farhana con
Mariuari, donde en la tarde de ayer apenas se veían inmigrantes, cuando lo
normal es que decenas de ellos busquen comida por la zona.

La batida se llevó a cabo durante la mañana de ayer, cuando efectivos de
la Gendarmería y de la Mezhanía (fuerzas auxiliares) se dirigieron en varios
vehículos a las inmediaciones de la frontera con Melilla, según la Guardia
Civil. "Había un helicóptero y muchos coches", relató en conversación telefónica
el camerunés Alfonse. Calcula que al menos 25 de sus compatriotas han sido
detenidos en la zona boscosa de Mariguari, junto con otros de Malí, Costa de
Marfil o Senegal.

Lo normal es que, tras pasar por los juzgados de Nador, sean trasladados a
Oujda, en la frontera argelina, a 159 kilómetros de Melilla. Muchos de ellos
vuelven casi inmediatamente para seguir esperando su oportunidad de entrar en
España. Alfonse, de 29 años, lo vivió en 2003. En el trayecto, asegura que le
golpearon duramente y le rompieron las manos. Tardó tres meses en regresar,
ocultándose durante el camino.

"Como animales"

Ayer no se dejó coger. "No quiero que me vuelvan a llevar. La policía
marroquí nos trata como animales, no sé si porque somos negros", afirmó. También
escaparon Franklin, de 24 años, y Viktor, de 26, ambos cameruneses. En la tarde
de ayer, eran los únicos subsaharianos que caminaban por la cuneta de la
carretera entre Farhana y Mariguari. Pese a reconocer que tenían miedo, salieron
en busca de comida.

Los tres participaron en la avalancha del pasado domingo. Alfonse dice que
saltó la primera de las dos vallas, pero volvió atrás al ver los golpes que los
guardias civiles propinaban a los que pisaban Melilla. Por su parte, Franklin y
Viktor, que no llegaron a saltar, aseguran haber visto dos muertos, y no uno,
como reconoce la versión oficial. Uno de ellos habría cruzado ya malherido una
de las puertas del perímetro fronterizo a Marruecos, obligado por los agentes,
para morir junto a la valla. El otro habría muerto en suelo español, y le
habrían trasladado al lado marroquí. La confusión en torno al número de
fallecidos continúa, ya que varios inmigrantes y miembros de ONG insisten en que
en la morgue del hospital de Nador hay dos cadáveres.

ELPAIS.es
CECILIA JAN - Melilla

Un nuevo incendio en París eleva a 24 los inmigrantes muertos en apenas cuatro días

Como si se repitiera el mismo guión, la noche del lunes un nuevo incendio
en un viejo edificio del barrio del Marais, en el centro de París, en el que
malvivían inmigrantes de Costa de Marfil, se llevó la vida de siete personas,
entre ellas un niño de seis años, sólo cuatro días después de que las llamas
acabaran con la vida de 17 personas, entre las que había 14 niños y una mujer
embarazada también de origen africano, en otro distrito de la capital. En los
últimos cuatro meses han muerto 48 personas, todas inmigrantes, en incendios en
viejos edificios.

Esas muertes ponen en evidencia la extrema miseria que se esconde detrás
de algunas fachadas aparentemente burguesas de la capital francesa. La de ayer
era una tragedia anunciada, incluso prevista. El edificio de cinco pisos situado
en el número 8 de la Rue du Roi-Doré, a escasos metros de la elegante Place des
Vosges, estaba abandonado desde hace más de una década y llevaba unos seis años
ocupado por una veintena de familias de Costa de Marfil, buena parte de las
cuales, de inmigrantes irregulares. En estado ruinoso, la finca no tenía agua
corriente y la electricidad llegaba de forma ilegal, por medio de una conexión
improvisada. Las primeras investigaciones de la policía apuntan a que el origen
del fuego estuvo en el sistema eléctrico.

El Ayuntamiento parisiense había detectado hace tiempo la situación de
este edificio y el peligro que corrían sus inquilinos, e inició los
procedimientos para hacerse con el control de la finca. La gran paradoja es que
lo había conseguido recientemente y estaba previsto que las obras de
rehabilitación comenzaran la semana próxima. Demasiado tarde. La noche del
lunes, en menos de 10 minutos, el edificio ardió como una tea.

El fuego se inició en torno a las 22.30 del lunes en el rellano del primer
piso y subió por el hueco de la escalera, toda ella de madera, que actuó como
una chimenea. Al igual que hace cuatro días, para muchos, la única manera de
escapar del fuego era saltar al vacío por la ventana. Lo hicieron dos hombres,
que resultaron heridos. Una mujer lanzó a su hijo de seis años, que murió poco
después de llegar al hospital. Todos los ocupantes del quinto piso murieron.
Además, 13 personas resultaron heridas de diversa consideración, dos de las
cuales se encontraban ayer en estado grave.

Los bomberos acudieron con gran rapidez, pero no consiguieron extinguir el
fuego hasta cerca de las dos de la madrugada. Entre los heridos leves figuran
cinco de los 130 bomberos que trabajaron en la extinción del fuego.

El alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, acudió inmediatamente
al lugar de la tragedia. "Hay un gravísimo problema de edificios insalubres en
París", reconoció. Según Delanoë, al inicio de su mandato se registraron cerca
de mil inmuebles en París en condiciones similares a las del edificio incendiado
ayer, o a las del bulevar Vincent Auriol, en el que el pasado viernes murieron
17 personas, y al que se quemó a finales de abril en las cercanías de la Ópera,
con un saldo de 24 muertos.

Pierre Aidenbaum, alcalde del tercer distrito de la capital, al que
pertenecía el edificio siniestrado, culpó al Gobierno conservador de la
situación. "Hace dos años que informé a la Prefectura
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"Las ratas se paseaban por los pasillos"

"Era el infierno", explica una joven de Costa de Marfil que había vivido
hace dos años en el edificio del Marais incendiado. "Los techos se caían, los
hilos eléctricos colgaban por todas partes; las ratas se paseaban por los
pasillos y la comida siempre estaba llena de cucarachas". En el edificio no
había agua corriente, por lo que era necesario ir a buscarla a la calle, tanto
para asearse como para cocinar. "Los blancos ricos del barrio nos miran mal",
añade.

El año pasado una cadena de televisión realizó un reportaje en este
inmueble para mostrar las condiciones inhumanas en las que vivían sus ocupantes.
Uno de ellos pedía al camarógrafo que no mostrara su cara: "Si mi patrón ve por
televisión en qué condiciones vivo, me despedirá".

La Sociedad Inmobiliaria de Economía Mixta de la Ciudad de París (SIEMP),
el organismo municipal que se encarga de la rehabilitación del edificio,
consiguió comprar el edificio hace seis meses, pero los trabajos de
rehabilitación no empezaron porque había que realojar a la gente, lo que, a su
vez, no era posible porque se trataba, en buena parte, de inmigrantes en
situación irregular, y la ley no lo autoriza.

El proceso es largo. Primero las autoridades tienen que localizar al
propietario, que a veces es desconocido. El siguiente paso es obligarle a
realizar mínimos arreglos. Si no lo hace, el Ayuntamiento tiene derecho a
comprarlo.

Según el presidente de la SIEMP, René Dutrey, el edificio de la rue du
Roi-Doré forma parte de los "423 edificios más insalubres" de París. "No es una
cuestión de dinero sino de oferta de alojamientos", explicó Dutrey. "Si no damos
ofertas de alojamientos, estaremos obligados a recoger a gente que muere quemada
en los inmuebles", añadió.

J. M. MARTÍ FONT - París
EL PAÍS

Dos muertos y trece heridos en el incendio de otro edificio ocupado por africanos en París

Un nuevo incendio en un inmueble de París ocupado por inmigrantes
africanos ha dejado al menos siete muertos, entre ellos un niño, y 15 heridos,
tres en estado grave, según el último balance facilitado por los bomberos de la
capital francesa. De momento se desconoce el origen del fuego, según ha afirmado
un portavoz de los bomberos.

Un niño de seis años ha perdido la vida como consecuencia de las heridas
sufridas al caer desde un cuarto piso. Los cuerpos sin vida de seis adultos han
aparecido esta madrugada en el inmueble calcinado.

El incendio se declaró alrededor de las 22.00 de ayer y quedó controlado
una hora después. Más de cien bomberos han trabajado en las labores de
extinción.

El edificio siniestrado era viejo y acogía a inmigrantes africanos que
vivían en condiciones precarias. Se trata del segundo incendio de estas
características en cuatro días. El pasado viernes, un inmueble ocupado por
inmigrantes en el centro de París acabó con la vida de 14 niños y tres adultos.

El incendio del pasado viernes

Los supervivientes del incendio del pasado viernes, trasladados
temporalmente a un gimnasio parisino, exigen un realojamiento definitivo. El
Ayuntamiento les ha prometido un "determinado número" de apartamentos en la
capital, según publica el diario Le Monde. La policía no ha podido identificar
aún las causas del siniestro, si bien ha descartado que el fuego fuese provocado
por un cortocircuito accidental o por la presencia de hidrocarburo.

ELPAIS.es
AGENCIAS - París

El alcalde de Londres contra las leyes antiterroristas de Blair

El alcalde de Londres, el laborista Ken Livingstone, encabeza
la campaña contra las nuevas medidas antiterroristas del Gobierno de Tony Blair.
Un grupo formado por miembros de varios partidos, asociaciones religiosas y de
derechos civiles firmaron ayer un comunicado en el que pidieron un "mayor
consenso" para poner en marcha la nueva legislación dell primer ministro
laborista tras los atentados de Londres.
Esta heterogénea coalición consideró que las nuevas
iniciativas son "precipitadas" y que suponen una rendición a los terroristas.
Además, advirtió de que algunas de las medidas pueden suponer la
"criminalización" y la "exclusión" de una parte de la sociedad musulmana que
vive en el país.

EVITAR MÁS ATENTADOS
El pasado día 5, Blair anunció, alegando que "las reglas del
juego han cambiado", una batería de medidas con las que pretende luchar contra
el extremismo islámico y evitar atentados como los del 7 y 21 de julio en
Londres. Entre los planes del Gobierno está prohibir grupos radicales y expulsar
del país a aquellos que justifiquen el terrorismo.
El carismático y rebelde alcalde de Londres, conocido como Ken
el Rojo, criticó la ambigüedad de algunas de las medidas que, según explicó,
"hubieran significado prohibir la entrada a este país de Nelson Mandela y de sus
simpatizantes durante los tiempos del apartheid". "Nuestras vidas, derechos y
libertades son muy valiosos y no vamos a renunciar a ellos", sostuvo el
comunicado de este grupo de presión que, a modo de consigna, aseguró:
"Permanecemos unidos en el rechazo a ser derrotados por aquellos que buscan el
asesinato indiscriminado de personas de todas las creencias y razas en nuestro
país".
Entre los miembros de esta plataforma, que tiene previsto
celebrar una manifestación en Londres en otoño, se encuentran la cuñada de
Blair, la periodista Lauren Booth; el responsable de Interior del Partido
Liberal Demócrata, Mark Oaten, y el presidente del Consejo Musulmán del Reino
Unido, Iqbal Sacrine.
La presentación de la campaña contra las medidas
antiterroristas coincidió ayer con nuevas revelaciones sobre la muerte de
Jean-Charles de Menezes a manos de la policía. Según recogió el diario The
Guardian, una testigo declaró ante la comisión que investiga la muerte del joven
brasileño, que éste recibió 11 disparos en 30 segundos.

El Periódico
RAMÓN ABARCA
LONDRES

Una testigo afirma que la policía disparó 11 tiros a Menezes durante medio minuto

Los policías que mataron a Jean Charles de Menezes, de 27 años, la mañana
del 22 de julio le estuvieron disparando durante 30 segundos, según declaró una
periodista que viajaba en el vagón a miembros de la comisión independiente (IPCC
en inglés) que investiga la muerte del brasileño. La periodista Sue Thomason,
colaboradora de distintos medios, declaró que los disparos fueron efectuados en
intervalos de tres segundos, según consta en un documento de la comisión al que
ha tenido acceso el diario The Guardian.

Cuando oyó el primer tiro, Thomason huyó del vagón porque pensaba que se
trataba de terroristas que atentaban contra los viajeros. Pero en su huida por
los pasillos de la estación de Stockwell tuvo la frialdad suficiente como para
contar el número de tiros que oía. La periodista declaró ante los funcionarios
de la comisión que la interrogaron que había oído "10 u 11 disparos", cosa que
aún no se había publicado en esa fecha. Al principio se pensaba que De Menezes
había recibido siete balazos en la cabeza. Después trascendió que le propinaron
uno más en el hombro y tres resultaron fallidos.

También se supo que uno de los agentes secretos que lo vigilaban lo agarró
por el torso y un brazo justo antes de que lo mataran. Otro testigo declaró que
una de las pistolas se encontraba sólo a 30 centímetros de la cabeza del
electricista brasileño. De ser cierto todo lo revelado, Menezes murió
inmovilizado y tiroteado durante 30 segundos.

La periodista envió un mensaje por Internet a la comisión independiente
quejándose de que los dos investigadores que la habían entrevistado le enseñaron
un mapa de la estación de Stockwell en el que los lugares clave donde sucedieron
los hechos estaban trastocados. "Si la gente que investiga un asunto tan serio
ni siquiera tiene el plano de la estación correcto para marcar dónde se
encontraban los entrevistados, ¿entonces qué posibilidades tiene el resto del
caso?", se preguntaba la periodista en el mensaje que envió a la comisión
independiente.

Expulsión de Reino Unido

Por otra parte, Ken Livingstone, alcalde de Londres y destacado miembro
del sector más izquierdista del partido gobernante, presentó ayer una campaña
contra las medidas que el primer ministro, Tony Blair, pretende poner en marcha
en los próximos meses para combatir el terrorismo. La campaña, promovida por 30
políticos e intelectuales progresistas, pretende convocar manifestaciones
durante el próximo otoño para intentar que el Gobierno negocie con otros
sectores de la sociedad su estrategia en la lucha contra el terrorismo.

Entre las medidas que ha anunciado el Gobierno destaca la de expulsar o
excluir la entrada en Reino Unido a todos los que "fomenten, justifiquen o
ensalcen" la violencia terrorista, ya sea mediante un discurso, un panfleto, una
entrevista televisada o publicada en una página de Internet. La lista de
"comportamientos inaceptables" que provocarán la expulsión ha sido publicada
esta semana.

La lista ha provocado las críticas de organizaciones internacionales
proderechos humanos y del propio relator especial sobre tortura para la ONU,
Manfred Nowak, quien no se fía de las garantías civiles de países como Jordania,
donde Reino Unido deportará a varios ciudadanos. "El hecho de que

[el Gobierno británico] esté buscando garantías demuestra que el país que
pretende deportar percibe un serio riesgo de que el deportado sea objeto de
tortura o maltrato al llegar al país de destino", declaró el relator especial de
la ONU. A esas declaraciones respondió el ministro del Interior, Charles Clarke,
diciendo que la ONU haría bien en preocuparse no sólo por los derechos humanos
de los radicales y atender a los derechos de las posibles víctimas de atentados.

Ken el rojo, como se conoce en Reino Unido al alcalde de Londres, insistió
ayer en que las propuestas del Gobierno "hubieran significado prohibir la
entrada" en Reino Unido a Nelson Mandela y sus simpatizantes en tiempos del
apartheid. En un comunicado que emitió ayer el grupo que encabeza Livingstone
indicó que las propuestas del Gobierno pueden provocar "la criminalización o
exclusión de gente cuya cooperación es indispensable para la policía en su lucha
contra el terrorismo".

ELPAIS.es
FRANCISCO PEREGIL (ENVIADO ESPECIAL) - Londres

El Gobierno de Haití llama a su representante diplomático tras el asesinato de tres inmigrantes haitianos en la República Dominicana

El Gobierno de Haití convocó a su representante diplomático
ante la República Dominicana después de que tres inmigrantes haitianos fueron
asesinados a golpes y quemados en una agresión que agravó las tensiones entre
estos vecinos caribeños.

Los inmigrantes Pierre Willy, Dominique Gilberto y Paul Cinius
fueron atacados el pasado 16 de agosto en un pequeño barrio situado al sur de
Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, donde trabajaban en una
fábrica de muebles, informó la Policía dominicana.

De acuerdo con la oficina del fiscal general, los tres
hombres, entre los 19 y los 22 años de edad, habían bebido alcohol con un grupo
de dominicanos en una tienda cercana. Esa misma noche, los dominicanos fueron a
la casa donde estaban los haitianos y exigieron dinero a uno de ellos.

Al negarse a entregar el dinero, los dominicanos atacaron a
los hombres, les golpearon, les rociaron con un líquido inflamable y les
prendieron fuego, informó la Fiscalía en un comunicado. Los hombres murieron
después a consecuencia de las quemaduras en un hospital de Santo Domingo.

En respuesta a los asesinatos, el Gobierno provisional de
Haití llamó a su representante diplomático en la República Dominicana "a
consultas", señaló un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Haití,
Jean Daniel Lafontant.

"El Gobierno provisional de Haití condena enérgicamente estos
actos criminales y deplora que estos hechos ocurran en un momento en el que se
efectúan grandes esfuerzos para mejorar las relaciones entre los dos países",
señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores a través de un comunicado.

Madridpress.com

Condenado un líder neonazi alemán por llamar a la violencia

Un tribunal de la ciudad de Stralsund, en el noreste de Alemania, condenó
ayer por incitación a la violencia a cuatro meses de cárcel con libertad
condicional a Udo Voigt, de 53 años, presidente del ultraderechista y con
elementos neonazis Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD).

Según el tribunal, Voigt, un antiguo oficial del Ejército Federal alemán,
apeló en un mitin electoral en 1998 a combatir con las armas contra los
políticos del sistema.

En primera instancia, otro tribunal había absuelto por falta de pruebas a
Voigt. La Fiscalía recurrió y ahora en la segunda instancia el dirigente del NPD
salió condenado. Sus abogados anunciaron que recurrirán la sentencia ante un
tribunal superior.

El NPD es uno de los grupos de ultraderecha más fuertes de Alemania y
cuenta en sus filas con elementos neonazis. Voigt rechaza que se defina al NPD
como neonazi. Se encuentra el NPD inmerso en la llamada estrategia de lucha por
las tres columnas: por la calle, por las cabezas y por los parlamentos. En las
elecciones del 19 de septiembre del año pasado, el NPD consiguió un 9,2% y entró
con 12 diputados en el Parlamento del Estado federado de Sajonia.

Este éxito electoral conmocionó Alemania, pero desde entonces el NPD no ha
conseguido repetirlo. En las elecciones federales, el NPD no tiene la menor
posibilidad de acercarse al 5% necesario para contar con representación
parlamentaria en el Bundestag en Berlín.

El discurso de Voigt que le ha costado la condena en segunda instancia lo
pronunció ante unos 50 asistentes a un mitin en las elecciones al Parlamento de
Mecklenburgo-Pomerania occidental. Voigt dijo en aquella ocasión que cuando él
tenía 14 años durante la guerra fría estaba dispuesto a tomar las armas para
defender Alemania y "eso espero de vosotros".

ELPAIS.es
J. C. - Berlín

Mueren 17 personas y 30 resultan heridas en un incendio en un edificio de París

Al menos 17 personas han muerto, entre ellas seis niños, y una treintena
ha resultado herida en el incendio declarado esta noche en un edificio del
centro de París. La mayoría de las víctimas, procedentes de África, habían sido
alojadas en el inmueble por asociaciones caritativas, según la policía. El
ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, ha pedido una lista de
"edificios en peligro".

Por la noche, Sarkozy se trasladó hasta el lugar del siniestro, un vetusto
inmueble en la esquina entre el boulevard Vincent-Auriol y la calle
Edmond-Flamand, del distrito XIII. Poco después anunció haber encargado al
prefecto de París una relación de "todos los edificios que pueden presentar una
situación de peligro en términos de incendio y de hacinamiento". Asimismo,
señaló que va a estudiar con el Ayuntamiento el cierre de ese tipo de inmuebles
y el realojo de sus ocupantes.

Hay que "evitar estos dramas absolutamente", dijo Sarkozy, aunque
admitiendo la "dificultad" para impedir este tipo de siniestros ya que hay
"mucha gente, algunos que no tienen papeles, que se amontona en París y no hay
condiciones para alojarlos". Tanto el presidente de Francia, Jacques Chirac,
como el primer ministro, Dominique de Villepin, han manifestado su compasión y
su simpatía por las víctimas y sus familiares. "Esta catástrofe horrorosa enluta
a Francia entera", declaró Chirac.

Condiciones precarias

El edificio, datado en 1920, acogía en sus siete pisos a unas 130
personas, de las que un centenar eran niños, procedentes en su mayoría de Mali,
Senegal, Costa de Marfil y Gambia. Testigos han declarado haber visto en el
edificio ratas y ratones y han asegurado que las escaleras, de madera, eran muy
inestables y se movían. Las organizaciones en defensa de los inmigrantes han
denunciado las condiciones precaraias en las que viven los inmigrantes en la
región parisina.

El presidente de la entidad France Euro Habitat, Jacques Oudot, vinculada
a una de las asociaciones benéficas que alojaban a las familias del edificio
incendiado, ha explicado que estaban previstas obras de acondicionamiento, pero
que no habían podido llevarlas a cabo todavía debido a que nadie quería alojar a
sus ocupantes durante los trabajos de remodelación. "La opción para esas
familias era eso o la calle", dijo Oudot, quien insistió en que todos eran
inquilinos de pleno derecho.

Difícil escapatoria

En las tareas de extinción del fuego, que se inició alrededor de la
medianoche y que está totalmente bajo control, participaron 210 bomberos.
Después se procedió al realojamiento del resto de residentes del edificio,
indicó un portavoz de los Bomberos.

Al parecer, el fuego se inició en el hueco de la escalera entre la tercera
y la sexta planta del inmueble, lo que impidió la huida de muchos ocupantes en
los pisos superiores, según señaló un portavoz de los bomberos. Muchos de los
muertos perecieron por asfixia.

Respecto a las causas, los bomberos insisten en que todavía se desconocen.
Diversas fuentes han aludido al elevado número de personas que vivían en cada
piso y que, por lo exiguo del espacio, algunos cocinaban en los dormitorios.
También han destacado la abundancia de cables eléctricos en malas condiciones y
sin proteger que había en las viviendas.

Segundo siniestro

El pasado 15 de abril fallecieron 23 personas y otras 31 resultaron
heridas en el incendio de un hotel en el noveno distrito de París, el
París-Opera, que estaba subalquilado por la Alcaldía de la capital para realojar
a inmigrantes y familias en estado de necesidad. Entre las víctimas del fuego se
encontraban ciudadanos de nacionalidad francesa, senegalesa, portuguesa,
marfileña, estadounidense, ucraniana y tunecina.

ELPAIS.es

Diputados de todos los partidos piden una investigación pública de la muerte de Menezes

Las sospechas de encubrimiento para tapar los detalles de la muerte
de Charles de Menezes han disminuido la confianza ciudadana en Scotland Yard y
han creado una crisis política que incluso podría salpicar al Gobierno de Tony
Blair. Diputados de todos los partidos y comentaristas políticos se han unido a
la familia del electricista brasileño para exigir una investigación pública,
además de la cabeza del jefe de la policía metropolitana, sir Ian Blair.

Un mes después de la segunda ola de atentados terroristas en
Londres, ya no se habla de los culpables, los posibles cerebros de la operación
o las hipotéticas conexiones con Al Qaeda, pero sí de la muerte de un inocente
transeúnte que iba al trabajo, y a quien un agente de la brigada antiterrorista
con el gatillo demasiado ligero acribilló de siete balazos en la cabeza y otro
en el hombro -tres más no dieron en el blanco- cuando se encontraba inmovilizado
por un compañero en el vagón de un metro.

La comisión independiente que se ocupa del caso anunció ayer que
espera tener concluido su informe para Navidad, y que sólo entonces recomendará
medidas disciplinarias internas o el inicio de un procedimiento criminal contra
el autor de los disparos, y tal vez sus superiores. El Gobierno Blair dio en su
día autoridad a Scotland Yard para "disparar a matar" cuando lo considerase
oportuno, pero cada vez hay más voces que exigen un debate parlamentario y la
autorización expresa de la Cámara de los Comunes para que la política siga
vigente.

Antes de irse de vacaciones a Barbados, Tony Blair dejó abiertas las
puertas a la posibilidad de convocar anticipadamente a los diputados para
acelerar la tramitación de las nuevas medidas antiterroristas que propuso de
modo un tanto apresurado -algunas de ellas son legalmente inviables-, para
aprovechar el miedo tras los atentados en su cruzada de ley y orden, además de
neutralizar cualquier posible crítica de que no había respondido con celeridad a
la amenaza integrista. Ahora es posible que tenga que reunir al Parlamento en el
otoño para tratar el caso Menezes, la desconfianza en Scotland Yard y las
demandas de que sus responsables dimitan.

La policía se negó ayer a hacer comentario alguno sobre las
especulaciones de que las cintas de las cámaras en circuito cerrado de la
estación de Stockwell, que deberían haber grabado la ejecución a sangre fría de
Charles de Menezes el 22 de julio pasado, se encuentran misteriosamente vacías.
La compañía privada que se encarga del mantenimiento del metro de Londres ha
dicho que los artefactos se hallaban operativos, y le parece "increíble" que
todos dejasen de funcionar por arte de magia la mañana de autos.

El jefe de la policía metropolitana, sir Ian Blair, consiguió
bloquear durante tres días el acceso de los investigadores de la comisión
independiente -algo así como el departamento de asuntos internos de Scotland
Yard- a Stockwell y el vagón de metro donde se produjo el homicidio de Charles
de Menezes. Esta circunstancia, unida a la coincidencia de las cintas borradas,
ha alimentado las acusaciones de un encubrimiento y ha puesto en la picota al
comisario sir Ian Blair.

Aunque tanto el primer ministro, Tony Blair, como el ministro de
Interior, Charles Clarke, le han expresado públicamente su apoyo, el jefe de la
policía se encuentra bajo tales presiones que el pasado domingo optó por
conceder una entrevista al periódico News of the World en la que aseguraba no
haber sido informado por sus subordinados de que la víctima de la estación de
Stockwell era un inocente hasta la mañana siguiente al suceso. Estas
declaraciones han creado la impresión de un Scotland Yard confundido y
desbordado por los acontecimientos, con departamentos enfrentados entre sí y
disidentes que se encargan de filtrar secretos a la prensa.

LA VANGUARDIA DIGITAL
RAFAEL RAMOS - 24/08/2005
Corresponsal. LONDRES

Amnistía Internacional afirma que las nuevas medidas de Londres atacan los derechos humanos

La organización Amnistía Internacional (AI) aseguró este miércoles que las nuevas medidas impulsadas por el Gobierno británico para expulsar a los extranjeros que inciten el terrorismo violan los derechos humanos y las obligaciones internacionales del Reino Unido.

El ministro británico del Interior, Charles Clarke, dio a
conocer una lista de "comportamientos inaceptables" que justificarán la
deportación de esos individuos a su país de origen en nombre de la lucha
antiterrorista.

Sin embargo, para AI, la definición de "comportamiento
inaceptable" es tan "vaga y amplia" que la nueva legislación "puede llevar a
mayores injusticias y a socavar la protección de los derechos humanos en el
Reino Unido". "En vez de reforzar la seguridad, esas medidas alienarán todavía
más los sectores vulnerables de la sociedad", declaró en un comunicado Halya
Gowan, subdirectora de la sección de Europa y Asia Central de AI, con sede en
Londres.

Los defensores de los derechos humanos temen que en virtud de
las nuevas medidas se deporte a extranjeros a países donde se practica la
tortura y los malos tratos.

Amnistía Internacional señaló que "el derecho de no estar
sujeto a torturas ni de ser enviado a un país donde existe ese riesgo, debe
aplicarse a todo el mundo, independientemente del delito que haya cometido". Si
el Reino Unido sospecha de alguien, "su deber es acusarlo y someterlo a un
juicio justo" que cumpla con el derecho internacional, según el comunicado de la
organización.

Por su parte, el Gobierno británico ha asegurado que negocia
con países norteafricanos y de Oriente Medio unos "memorandos de entendimiento"
que garanticen que los sospechosos repatriados serán tratados con todas las
garantías. Según la lista divulgada por Londres, podrán ser deportados los
extranjeros que "inciten, fomenten o glorifiquen el terrorismo para defender sus
creencias" o "busquen persuadir a otros para cometer actos terroristas".

HERALDO.ES
EFE. Londres

Desaparecen 31 balseros cubanos en el estrecho de Florida

El estrecho de Florida es de nuevo escenario de una tragedia
cubana. Ayer 31 personas permanecían desaparecidas tras el naufragio de la
lancha en la que trataban de llegar a EE UU. El desastre ocurrió a 30 millas de
la costa norte de Matanzas, al este de La Habana. Sólo tres supervivientes han
sido rescatados por un buque mercante que los encontró en alta mar enfundados en
chalecos salvavidas y los llevó de regreso a Cuba.

Aunque en Cuba no se ha informado públicamente del suceso, el Servicio de
Guardacostas de EE UU dijo que el domingo por la noche recibió un fax de las
autoridades de la isla en el que comunicaban el naufragio de la embarcación y el
rescate de tres sobrevivientes. Los datos suministrados por La Habana sirvieron
para orientar las labores de rastreo, en las que ayer participaban varios barcos
y aeronaves norteamericanas.

Según los relatos de los socorridos, quienes se hallan hospitalizados en
Cuba en estado grave, la lancha, de 9 metros de eslora, zozobró el martes de la
semana pasada, apenas 30 minutos después de salir del norte de la provincia de
Matanzas. Los tres náufragos, un hombre y dos mujeres, fueron rescatados cinco
días después por el barco Melfi Habana, con bandera de Antigua y Barbuda.

El Servicio de Guardacostas de EE UU informó de que, de acuerdo con los
testimonios aportados por La Habana, al producirse el naufragio 14 personas
quedaron aferradas a la embarcación mientras veían que los 20 pasajeros
restantes eran arrastrados por la corriente. Los tres rescatados tenían chalecos
salvavidas y pudieron permanecer flotando hasta ser auxiliados, con signos de
deshidratación y graves quemaduras.

La guardia costera norteamericana considera que se trata de un caso de
tráfico de emigrantes. La lancha rápida, con matrícula de Florida, fue hallada
el lunes vacía y a la deriva. Fue remolcada hasta Cayo Hueso, Florida, para
iniciar las investigaciones sobre el suceso. Al parecer, los contrabandistas
pueden haber perecido en el naufragio.

Hasta el momento, el Gobierno cubano no ha comunicado los nombres de los
rescatados ni la prensa oficial ha mencionado el incidente. De no hallarse más
sobrevivientes, ésta sería la peor tragedia de balseros cubanos en el estrecho
de Florida de la última década.

ELPAIS.es
MAURICIO VINCENT - La Habana

Londres publica una lista de motivos que 'justifican' la deportación de extranjeros

"Fomentar, justificar o glorificar la violencia terrorista", "intentar
provocar actos terroristas" o "fomentar el odio que pueda desencadenar la
violencia entre distintas comunidades del Reino Unido" serán comportamientos
"inaceptables" que justifiquen la expulsión o denegación de entrada al país de
aquéllos que de esta forma supongan una amenaza a la seguridad nacional. Así lo
ha dado a conocer hoy el ministro británico del Interior, Charles Clarke, al
publicar la lista de actitudes que explicarán una de las nuevas y más
controvertidas medidas antiterroristas anunciadas recientemente por el Gobierno
tras los atentados de julio.

Clarke ha insistido en que la intención del Gobierno no es la de "ahogar
la libertad de expresión o el debate legítimo sobre las religiones u otros
temas". No obstante, esta ley apunta directamente a numerosos imanes radicales y
a extremistas religiosos instalados desde hace años en Londres.

Para llevar a cabo deportaciones, las autoridades británicas se enfrentan
a un problema legal. La ley de Inmigración británica de 1971 autoriza a deportar
extranjeros que constituyen una amenaza a la seguridad nacional. Sin embargo,
Reino Unido es signatario de la Convención Europea de los Derechos Humanos,
incorporada a la legislación en 1998, y de la Convención Internacional contra la
Tortura, incorporada en 1988. Ambas prohíben cualquier deportación si existe el
riesgo de que las personas sean torturadas en sus países de origen.

Para prevenir esto, el Reino Unido está intentando concluir acuerdos con
diversos países para garantizar que los deportados serán tratados correctamente.
El pasado 11 de agosto, Clarke hizo uso de sus poderes cuando los servicios de
inmigración arrestaron a 10 extranjeros que "constituían una amenaza a la
seguridad nacional", entre ellos Abu Qatada, el jefe espiritual de Al Qaeda en
Europa.

Esta mañana, en una entrevista concedida a la radio de la BBC, el alcalde
de Londres Ken Kivingstone mostró su preocupación ante un texto "demasiado
rígido" que corre el riesto de prohibir toda libertad de expresión y todo
derecho de crítica.

ELPAIS.es

Sentenciado a cadena perpetua el ultraderechista asesino de los JJOO de Atlanta

ERIC RUDOLPH , el estadounidense de 38 años autor del atentado
que causó la muerte de una persona e hirió a 111 en los Juegos Olímpicos de
Atlanta, celebrados en 1996, fue condenado ayer, nuevamente, a cadena perpetua
sin opción de excarcelación. La sentencia anterior fue por la muerte de un
policía en ataques a clínicas antiabortistas. AFP

El Periódico de Aragón