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Joseph Ratzinger condena el nazismo en la sinagoga de Colonia

Joseph Ratzinger evidenció ayer, durante su visita a la
sinagoga de Colonia, que no sólo quiere estrechar relaciones con los judíos, en
consonancia con la actitud adoptada por Juan Pablo II, sino que desea dar un
salto de gigante en esa dirección. El Papa alemán aprovechó la visita para
subrayar que "en el siglo XX, en el tiempo más oscuro de la historia alemana,
una demencial ideología racista, de matriz neopagana, dio origen al intento,
planeado y realizado sistemáticamente por el régimen, de exterminar el judaísmo
europeo".
La mención al Holocausto era una forma de ajustar también
cuentas con la historia de la propia Iglesia católica, cuya jerarquía, en
particular la alemana, llegó a mostrarse en aquella época complaciente con el
nazismo. El gesto no pasó desapercibido para el presidente del Consejo Central
de los Judíos de Alemania, Paul Spiegel, que se mostró impresionado. "No podemos
decir simplemente que fue una visita de cortesía. Fue mucho más. Es la primera
visita de un Papa, y además alemán, a una sinagoga en Alemania, 60 años después
del Holocausto", explicó.
Tras recordar el genocidio promovido por los nazis, el
Pontífice lanzó una señal de alarma: "Desgraciadamente hoy resurgen nuevos
signos de antisemitismo y aparecen diferentes formas de hostilidad generalizada
hacia los extranjeros".

BUSCAR COINCIDENCIAS
El sucesor de Juan Pablo II tampoco obvió otros pasajes
dolorosos de la relación entre cristianos y hebreos en la ciudad anfitriona de
los actos de la Jornada Mundial de la Juventud. Y, antes de su referencia al
nazismo, citó "la expulsión de los judíos de 1424."
Benedicto XVI destacó después la necesidad de acentuar el
diálogo entre judíos y cristianos, a partir de "una interpretación compartida
sobre cuestiones históricas aún discutidas", algo que ha de permitir avanzar en
la calidad teológica de la relación entre unos y otros.
Según Ratzinger, el diálogo "tiene que ser sincero, sin
ocultar o minimizar las diferencias existentes" y llamó a los judíos a formar un
frente común en "la defensa y la promoción de los derechos humanos, el carácter
sagrado de la vida humana y los valores de la familia, la justicia social y la
paz en el mundo".

APERTURA DE ARCHIVOS
En ese marco, el rabino jefe de la sinagoga, Netanel
Teitelbaum, pidió al Papa "la apertura total de los archivos vaticanos
correspondientes a todo el periodo de la Segunda Guerra Mundial", pues son
muchos los judíos que consideran que hay que esclarecer el papel que desempeñó
el Vaticano antes, durante y después del régimen nazi en Alemania.
El Papa había aludido en su parlamento a la declaración Nostra
Aetate, auspiciada por el Concilio Vaticano II, de la que se cumplen 40 años, en
la que se daba carpetazo al discurso católico antijudío. De esa forma trataba de
que se visualizase que la búsqueda de la confluencia entre ambas confesiones
hace tiempo que emprendió un camino sin retorno.
La declaración vaticana, indicó el jefe de la Iglesia
católica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de
las que han sido objeto los judíos "de cualquier tiempo y por parte de cualquier
persona". Esa manifestación, añadió Ratzinger, "ha abierto unas nuevas
perspectivas en las relaciones judeocristianas en un clima de diálogo y
solidaridad".

MUSULMANES
El Pontífice alemán recordó también a las restantes religiones
precisando que "ante Dios todos los hombres tienen la misma dignidad, sin tener
el cuenta el pueblo, la cultura o la religión a la que pertenecen y por esa
razón la declaración Nostra Aetate también habla con gran consideración de los
musulmanes y de los pertenecientes a otras religiones", precisó.

El Periódico
GONZALO CÁCERES
COLONIA

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