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Ultras y racismo en Madrid

La semana pasada, el funeral de un español asesinado por un
muchacho dominicano desembocó en una algarada racista en el barrio madrileño de
Villaverde. Decenas de jóvenes, espoleados por grupos de extrema derecha, se
dedicaron a golpear inmigrantes sin que la policía detuviese a un solo agresor.
La sensibilidad ultra, la misma que se movilizó por la estatua de Franco o atacó
a Santiago Carrillo, vuelve a salir a la calle alimentada por la proliferación
de discursos mediáticos apocalípticos sobre la inmigración, la inseguridad y la
unidad de España.
Estos mimbres no son suficientes aún para convertir a la
ultraderecha en una alternativa política específica como en otros países
europeos, pero sí para envenenar la convivencia. Por eso son rechazables tanto
la convergencia ideológica hacia ella de algunos sectores de la derecha
parlamentaria como la pasividad policial en los incidentes de Villaverde, o la
exhibición de una pancarta incitando a la venganza, el día siguiente, durante un
rato, en el estadio del Real Madrid. La actitud inicial del delegado del
Gobierno en Madrid, que restó importancia a los hechos y calificó de "normal" la
noche de la razia racista, es irresponsable e intolerable.

El Periódico
ma.10 may. 2005

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