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Melilla, campo de batalla

"Nosotros somos militares, somos verdaderos militares. Porque
venimos andando hasta aquí, recorremos las montañas varias veces por donde están
las serpientes, todos los peligros.

Nos esforzamos hasta llegar aquí, somos como militares". Así hablaba
a La Vanguardia Musa, un joven de Costa de Marfil, el domingo por la tarde en el
monte Marihuari, junto al perímetro fronterizo de Melilla. Musa fue uno de los
500 subsaharianos que, entre las cinco y las seis de la mañana de anteayer,
intentaron acceder a Melilla en un asalto organizado con características
militares. Apenas 18 horas después, los hechos se repetían casi al milímetro:
otro medio millar de inmigrantes se abalanzó contra la valla.

Y si el lunes 85 desesperados consiguieron pasar a la ciudad
autónoma, con un balance de 12 heridos, anoche otros 200 inmigrantes sin papeles
les siguieron los pasos. Al cierre de esta edición, aún se desconocía a qué
precio, aunque las ambulancias no daban abasto para trasladar heridos. Tanto en
un caso como en otro los asaltos fueron protagonizados por sin papeles en grupos
de hasta 100 personas a lo largo de los 12 kilómetros de la doble valla que les
separaba de Europa. Fueron asaltos organizados, más allá de la iniciativa de un
puñado de compatriotas en apuros.

En los conciliábulos de entre seis y diez personas que se paseaban
por la zona la madrugada del lunes, en las horas previas al asalto, figuraban
mezclados inmigrantes de varias nacionalidades. "Nos hemos unido; nuestra única
salida es organizarnos e intentar entrar todos a la vez", apuntaba Yusef,
agotado ante los sucesivos intentos de las últimas semanas y la presión a la que
someten a los inmigrantes las fuerzas auxiliares marroquíes. "Hemos llamado a
los malienses, los senegaleses,... todas las nacionalidades, para ser el mayor
número posible de gente. Estamos preparados para dirigirnos hacia Melilla. Es la
única manera de cansarles y de lograr que entre mucha gente. Estamos muy
cansados".

A las 21 horas del lunes la Guardia Civil desplegó un gran
dispositivo entre Río Nano y los Pinares de Rostrogordo (en los apenas 2
kilómetros del perímetro en los que aún no se ha elevado la valla de 3 a 6
metros). Por ahí se produjo parte de la avalancha, que los inmigrantes
completaron junto a la aduana de Beni Enzar. Por allí, también, se repitió la
avalancha de anoche, sin que los agentes, que volvieron a emplear material anti
disturbios, pudiera frenar las sucesivas oleadas.

La historia fue un calco de lo que había ocurrido la víspera, cuando
grupos de hasta 100 personas asaltaron por turnos la valla, tanto por el tramo
del bosque de Marihuari como por la recién estrenada valla de seis metros. Los
agentes, que utilizaron material antidisturbios, intervinieron 270 escaleras
artesanales abandonadas o arrebatadas a los inmigrantes durante la acción.
Finalmente, en el primer intento lograron entrar 70 hombres, 10 mujeres y 5
menores. En el segundo, ayer, la cifra fue muy superior: unos 200.

A todos se les abrirá un expediente de expulsión que supondrá en la
práctica que no podrán ser devueltos a Marruecos y que deberán ser acogidos en
el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) hasta que sean trasladados
a la Península. El problema es que el CETI, con una capacidad para 480 personas,
alberga a 750, a pesar de los traslados semanales a Andalucía. Con el registro y
el expediente de expulsión, los extranjeros pueden pedir plaza en el CETI. Ayer,
sin embargo, tuvieron que dormir a la intemperie, en los alrededores del centro,
a la espera de plaza.

Los subsaharianos, con la orden de expulsión en la mano, tienen la
esperanza de seguir los mismos pasos que sus compatriotas que, después de varios
meses en Melilla, han logrado un salvoconducto para viajar a Málaga o Almería
con el compromiso de volver a sus países de origen.

El último asalto masivo se produjo en varios puntos de la valla, en
especial en la zona donde aún no ha sido elevada a seis metros. La avalancha se
saldó inicialmente con un balance de nueves heridos, seis agentes y tres
inmigrantes. Esta madrugada, sin embargo, esa cifra ya amenazaba con quedarse
muy corta, a tenor de las idas y venidas de ambulancias con subsaharianos
heridos, algunos con fracturas importantes y otras lesiones ocasionadas en la
caída. Los inmigrantes se intentaron aprovechar del desconcierto de la Guardia
Civil, cuyos agentes parecieron sorprendidos porque los inmigrantes eligieran la
misma zona para dar el salto e hiciera caso omiso a la presencia policial.

El Gobierno de la ciudad autónoma de Melilla exigió ayer, antes de
que trascendiera que la valla iba a sufrir una nueva acometida, la "máxima
celeridad" para acabar con las avalanchas porque estos hechos "han pasado de ser
un fenómeno a ser un problema de seguridad para Melilla". En opinión del
Ejecutivo autonómico, fue el gobierno socialista de Zapatero el que "con su
papeles para todos provocó un efecto llamada cuyas consecuencias sufrimos todos
los melillenses".

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) pidió también al
Ejecutivo que aumente los medios materiales y el número de agentes encargados de
la vigilancia de la valla fronteriza, además de exigir la colaboración de
Marruecos para evitar nuevas entradas masivas.

Ante los reiterados intentos de entrada en Melilla, la AUGC
considera necesario el "inmediato" refuerzo de las dotaciones y de los medios
materiales e instalaciones para salvaguardar la integridad de los agentes que
vigilan la valla fronteriza y que "corren serio peligro".

La asociación subraya que del mismo modo que "es responsabilidad del
Gobierno" garantizar que las fuerzas y cuerpos de seguridad respetan
escrupulosamente los derechos y libertades de los ciudadanos, también lo es
garantizar la seguridad de los trabajadores de la Policía y de la Guardia Civil
durante el ejercicio de sus funciones, "máxime si éstas se desarrollan en las
dificilísimas condiciones que se reproducen cotidianamente en Melilla y Ceuta,
donde hay que recurrir con habitualidad al empleo de medios antidisturbios".

LA VANGUARDIA DIGITAL
CARLA FIBLA - 28/09/2005
Corresponsal. MELILLA / NADOR

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