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Comienzan juicios contra inmigrantes acusados de ser los guias de las pateras

La Crónica de Guillermo Ortega. A Salah Boulanour y a Nordinng Echevaki, varios componentes de la multitudinaria expedición capturada por la Guardia Civil, 73 inmigrantes en total, les señalaron como responsables de la 'excursión'. Superaron el miedo a que su delación les trajese penosas consecuencias a su vuelta a Marruecos porque tenían claro que, de no haber llegado la patrullera, su embarcación se hubiera ido a pique.
Pero Salah Boulanour y Nordinng Echevaki refutaron
esas acusaciones y, en el juicio celebrado ayer en la sección algecireña de la
Audiencia, insistieron en declararse inocentes. ¿Quién llevaba entonces la
atestada zodiac que fue capturada el pasado 2 de abril?, les preguntó el fiscal,
que pide para cada uno de ellos ocho años de prisión. La respuesta fue ésta: era
un tipo que, al ver llegar a los agentes, se lanzó al agua vestido de
submarinista y provisto, además, de bombonas. Así, el hombre habría intentado
alcanzar la costa española o la marroquí.

"Es un bulo, la excusa que están dando
últimamente", coincidían, al término de la vista, un policía y un guardia civil.
Aseguraban que ni estando muy preparado es fácil conseguirlo. La patera fue
abordada a más de cuatro millas náuticas al sur de Tarifa, una distancia casi
insalvable para el más avezado submarinista. "Como mucho podría hacer dos
millas; luego tendría que deshacerse de las bombonas y tratar de seguir nadando.
No puede ser; mienten", sentencian.

La conversación continúa por los mismos
derroteros, mencionando algunas de las técnicas utilizadas por los 'pateros'
para quedar impunes. La más habitual es la de hacerse pasar por un inmigrante
más. Les cogen, les devuelven a Marruecos y, en cuanto pueden, vuelven en otra
patera. "Los hay que han venido cinco veces, ya los conocemos y es muy raro que
sean inmigrantes", explican.

Si, pese a eso, los presuntos 'pateros' son
detenidos, recurren a excusas como la del buzo intrépido que desafía las bajas
temperaturas y las corrientes del Estrecho. Todo sea por evitar la cárcel, algo
que a veces logran.

Hablando, hablando, policía y guardia civil
rememoran algunas anécdotas jugosas. "Antes, lo que hacían era mandar a seis o
siete pateras a la vez, porque así alguna llegaría a la costa", recordó uno.
"Ahora están empezando a controlar en Marruecos", opuso el otro.

En Marruecos y en España, donde cada vez hay más
acuerdos de extradición con países subsaharianos. "Ahora estamos devolviendo a
muchos más y por eso ya no van tan tranquilos como antes, porque saben que,
salvo por circunstancias especiales, también serán expulsados", ilustraron.

Minutos más tarde, el que entraba en la sala era
Ismael Riffi Bekoui, al que pedían ocho años por pilotar otra embarcación, con
36 inmigrantes irregulares. También se declaró inocente.

Europa Sur

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