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Berga exige justicia

Con dolor y ansias de justicia. Berga celebró ayer los últimos
actos de la Patum consternada por la muerte de Josep Maria Isanta Caselles, de
22 años, después de ser apaleado y apuñalado por un grupo de jóvenes en la
madrugada del sábado. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y dos
consellers presidieron la jornada y tuvieron que aguantar abucheos y silbidos de
los vecinos.
Maragall asistió a la misa tradicional del día final del
festejo acompañado de la consellera de Cultura, Caterina Mieras, y el de
Justícia, Josep Maria Vallés, además de las autoridades locales y representantes
de los diversos cuerpos policiales. Todos fueron abucheados cuando salieron de
la iglesia y se dirigieron al balcón del ayuntamiento para seguir la Patum.
Una gran mayoría de las personas presentes en la plaza
gritaron consignas en contra de los Mossos d'Esquadra, a quienes se ha criticado
por tardar demasiado en acudir al lugar del homicidio. También se pudieron leer
pancartas en las que estaba escrito Mossos, ¿dónde estabais?.
Una vez que se inició la representación de la Patum, ésta
estuvo llena de símbolos y gestos. Algunas de las comparsas hicieron visible su
dolor e indignación cambiando algunos rituales. Por ejemplo, el Àliga no saludó
a las autoridades. En medio de los distintos bailes también se pudieron escuchar
en más de una ocasión gritos de "justicia, justicia".
La Patum acabó con la presencia de la comparsa de los Nans
Nous, a la que pertenecía el joven fallecido, en medio de la plaza. Se
realizaron tres minutos de silencio y se leyó de un manifiesto en contra de la
violencia, seguido de un largo aplauso.

11 ADULTOS Y 6 MENORES
Una vez finalizada la primera Patum de la dos del día, la de
Lluïment, las autoridades se retiraron del balcón tras recibir una nueva pitada.
En el interior del ayuntamiento, el president Maragall, pidió a los habitantes
de Berga que tengan "confianza en la justicia" y se mostró convencido de que
esta "cumplirá con su deber". La visita del president a Berga ya estaba
planificada antes del crimen.
Los Mossos d'Esquadra continuaban anoche tomando declaración a
los 11 adultos detenidos que hoy pasarán a disposición judicial. Los siete
menores arrestados fueron trasladados a lo largo del día a la Fiscalía de
Menores de Barcelona. De ellos, una joven, de 17 años, quedó en libertad después
de que el juez determinara que no participó en los altercados.
En cuanto al relato de los incidentes, los Mossos mantienen
que Isanta fue asesinado en el transcurso de una gran pelea originada por un
grupo de jóvenes que se acercó a la zona del concierto, con actitud chulesca y
provocadora.
El joven intervino para ayudar a su hermano y fue derribado
por los agresores, que le dieron patadas y puñetazos en el suelo. En ese momento
recibió tres puñaladas, una en el corazón. El joven, que consiguió levantarse y
caminar unos metros, dijo: "Creo que me han pinchado" y se acercó la mano al
corazón.
Los Mossos d'Esquadra insistieron ayer en que la pelea no tuvo
un móvil racista o ideológico. "No es una bronca entre españolistas e
independentistas, o entre fascistas y antisistema, sino que es un conflicto que
viene de lejos y que ya ha provocado altercados entre los que son de Berga de
muchas generaciones atrás, y otros que ya viven hace tiempo, muchos hijos de
inmigrantes, y que intentan imponer, de muy mala manera, que también son del
pueblo", explicó un responsable policial.

FICHADOS
El grupo, que en ningún caso puede considerarse una banda
compacta, estaba liderado esa madrugada, por Santiago S. P, de 33 años, con
numerosos antecedentes por tráfico de drogas, atentado contra la autoridad y
hurtos. Otro de los detenidos, Juan P., fue detenido en agosto del 2003 por
provocar un incendio forestal en Alicante, y tiene otra larga lista de
antecedentes.

El Periódico
JOSEP MARIA SARRI / BERGA
MAYKA NAVARRO / BARCELONA

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