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El Plan Canarias destina 70 millones a blindar las islas frente a las pateras

El 37% de los 190 millones con que está dotado el Plan de
Inmigración para Canarias, que firmaron hace una semana el ministro de Trabajo,
Jesús Caldera, y el presidente del Gobierno autónomo, Adán Martín, está
destinado a la compra de material para luchar contra la inmigración ilegal por
medio de pateras. Un avión, un helicóptero, una patrullera, cuatro lanchas
rápidas y la ampliación del Sistema Integral de Vigilancia Electrónica (SIVE) a
Lanzarote y Gran Canaria son algunas de las novedades que entrarán en
funcionamiento antes de 2008.
En este momento, el SIVE sólo cuenta con cuatro estaciones
fijas en la isla de Fuerteventura. Están compuestas por una combinación de
radares de alta sensibilidad y cámaras térmicas, que rastrean el mar y remiten
la información en tiempo real a un centro de mando de la Guardia Civil.

El éxito de ese dispositivo en la interceptación de las
pateras que salen desde las costas de Marruecos y del Sáhara Occidental hacia
Canarias ha provocado cambios en la ruta de esas embarcaciones. Las continuas
detenciones de sus patrones han llevado a las redes de inmigración clandestina a
adoptar estrategias distintas para las lanchas cargadas de subsaharianos y para
las ocupadas por marroquíes.

Los traficantes entregan el timón de las primeras a sus
ocupantes, junto con una brújula que les marca el rumbo hacia Fuerteventura. En
caso de que consigan alcanzar su objetivo, los subsaharianos serán encerrados en
un centro de internamiento durante el máximo de 40 días que establece la ley.
Dado que, en la mayoría de los casos, no pueden ser repatriados porque sus
países no los reconocen como ciudadanos, acaban siendo puestos en libertad en la
Península, con una orden de expulsión imposible de cumplir.

Pero la nula experiencia de los subsaharianos al timón acaba a
veces en tragedia: empujadas por los vientos y las corrientes, las pateras se
desvían de su ruta y, en el mejor de los casos, sus supervivientes son
localizados por casualidad a muchas millas al sur del archipiélago.

La ruta de los marroquíes
En cuanto a las lanchas ocupadas por marroquíes, han variado
su ruta. Para evitar un apresamiento que supondría la inmediata repatriación de
sus ocupantes, en virtud de los acuerdos migratorios vigentes entre España y
Marruecos, y la condena de los patrones a penas de hasta seis años de cárcel,
ahora zarpan de Cabo Bojador o de Dajla (antigua Villa Cisneros), al sur de El
Aaiún, rodean la isla de Fuerteventura y atracan de noche en las playas del sur
de Gran Canaria, donde sus ocupantes se esfuman. La Guardia Civil se entera de
sus llegadas al día siguiente, cuando encuentra las pateras varadas.

Para afrontar estos nuevos retos de la inmigración
clandestina, el Plan Canarias ha previsto un amplio dispositivo de control de
las aguas que rodean el archipiélago.

El Ministerio del Interior ampliará el SIVE a las islas de
Lanzarote y Gran Canaria. En la primera instalará dos estaciones fijas de
vigilancia, con su correspondiente centro de mando (la inversión prevista es de
6,3 millones). En la segunda desplegará cuatro estaciones fijas (presupuestadas
en 7,7 millones) y una móvil (un millón). La Guardia Civil cree que de este modo
quedarán blindadas las islas orientales en 2008.

En previsión de que las pateras elijan rutas más largas y
peligrosas para eludir los nuevos controles, con el consiguiente riesgo de
naufragio, el Ministerio de Fomento aportará un avión de ala fija fabricado por
la empresa CASA y equipado con tecnología de última generación, capaz de
detectar las lanchas hasta a 800 millas náuticas de su base, en el aeropuerto de
Gando, al norte de Gran Canaria. El aparato está valorado en 28 millones.

Fomento también llevará a Canarias un helicóptero (11
millones) y cuatro lanchas rápidas de salvamento marítimo, valoradas en 5
millones de euros.

ELPAIS.es
TOMÁS BÁRBULO - Madrid

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