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Jawad y Mohamed salvan la vida de una familia ecuatoriana

Jawad y Mohamed estaban, el pasado domingo por la tarde,
mirando un partido de fútbol en las pistas de atletismo de Manlleu cuando
llegó una mujer pidiendo auxilio. Un coche con cinco ocupantes acababa de
caer al canal industrial. Jawad y Mohamed no lo pensaron dos veces.
Corrieron, se quitaron la ropa y se tiraron al agua para rescatar a tres de
las víctimas, dos mujeres y un niño, que habían quedado atrapados en el
coche. Así fue como Jawad Judar, de 26 años, y Mohamed Buaza, de 32,
arriesgaron sus vidas para salvar otras.
Eran las cinco de la tarde cuando un Ford Orion en que
iban cinco ecuatorianos, dos parejas y el hijo de una de ellas, cayó al
canal. Según la Policía Local, el coche se precipitó al agua porque se
arrimó demasiado al borde para dejar pasar a otro vehículo que venía en
sentido contrario, junto al puente de la Cantina. El accidente fue
presenciado por numerosas personas que paseaban junto al río Ter.
"Si no hubiera sido por los dos hombres que se tiraron
al agua, estaríamos hablando de una tragedia". Así describe el sargento de
la Policía Local Jesús Calvo la actuación de Jawad y Mohamed. "Tuvieron una
actitud heroica --añade-- porque la corriente es fuerte y lanzarse es
peligroso". El canal de Manlleu tiene 1,80 metros de profundidad y en el
fondo hay lodos.
Según el relato policial, tras caer al canal, los dos
hombres que iban en los asientos delanteros pudieron salir por la ventana,
y las dos mujeres y el niño quedaron atrapados detrás. Jawad y Mohamed se
zambulleron y sacaron primero a una de las mujeres y luego al niño. Se
percataron de que aún quedaba una quinta persona, a la que también
rescataron. Cuando los bomberos llegaron, sacaron a los cinco ecuatorianos
y a los dos marroquís del agua. Mohamed tuvo que agarrarse a unas ramas
para que no se lo llevara la corriente.

Cortes en todo el cuerpo
Jawad y Mohamed aseguran que se tiraron sin pensar
mientras varias personas miraban. "La verdad es que no tuvimos miedo",
afirman. Desde que se tiraron al agua hasta que llegaron los bomberos
pasaron unos minutos que se les hicieron "muy largos". Ahora, con marcas y
cortes en todo el cuerpo, pero con la sonrisa en los labios, dicen: "Damos
gracias a Dios. Si han vivido todos, estamos contentos".

El Periódico
SERGI SOLÀ
MANLLEU

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