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No hay papeles para Ceuta

Un lunes cualquiera, entre las siete y las nueve de la mañana.
Es hora punta en la frontera de El Tarajal. El paso que separa Ceuta de
Marruecos está abarrotado. Cientos de personas se apretujan en la cola, formando
una masa compacta que avanza poco a poco. Los policías nacionales y los guardias
civiles a duras penas consiguen que el orden se mantenga. Se conforman con que
la cosa no se desborde. Es lógico. Las mañanas son momentos muy difíciles en la
frontera, pues la mayoría de los 15.000 marroquís que diariamente cruzan El
Tarajal para entrar en el enclave español pasan a esa hora.
Unos van a Ceuta a comprar mercancías. Otros se desplazan a la
ciudad autónoma a trabajar. Ambos grupos se distinguen muy fácilmente. Los
primeros, nada más pasar, tuercen a la izquierda y toman el camino que lleva al
Polígono, donde se abastecerán de productos que más tarde revenderán de
contrabando en Marruecos. Los segundos, en cambio, siguen recto, a pie o en
autobuses, hacia la ciudad, donde les esperan sus empleos.

Bolsa de indocumentados
Muchas son mujeres que en Ceuta trabajan como empleadas de
hogar. Los hombres están sobre todo en el sector de la construcción, en los
comercios y en la hostelería. Casi ninguno tiene papeles, pese a que muchos de
ellos llevan varios años trabajando allí. Según Eloy Verdugo, secretario de
Acción Sindical de UGT en Ceuta, en la ciudad autónoma trabajan "entre 3.000 y
4.000 marroquís en situación irregular".
Hay lugares en la ciudad donde sólo trabajan los
indocumentados. "En el polígono no hay ni un trabajador que tenga papeles", dice
un miembro de las fuerzas de seguridad mientras pasea entre las enormes naves y
almacenes donde un vaivén de mozos cargan y descargan cajas con todos los
productos imaginables destinados luego al contrabando en Marruecos.
"Lo mismo pasa con los albañiles y, sobre todo, con las
empleadas de hogar", explica este agente, que asegura: "No hay casa en Ceuta
que, por 200 euros al mes, no tenga trabajando como mujer de la limpieza a una
marroquí".
Pese a esta importante bolsa de indocumentados, es como si la
regularización extraordinaria se hubiera olvidado de esta localidad. Un mes
después de que se abriera el plazo, Ceuta es la ciudad española donde se han
registrado menos solicitudes de regularización. Sólo tres. Un número que roza el
absurdo si se tiene en cuenta que, desde que el 7 de febrero empezó el proceso,
en España se estima que se han tramitado ya 200.000 solicitudes y que se va a un
ritmo de 10.000 diarias.
"Tres expedientes es una cifra tan ridícula que da la
impresión de que aquí pasa algo raro", reconocen fuentes de la Delegación del
Gobierno, que para paliar esa impresión aseguran: "Bueno, al menos 325 personas
han pedido información"..
Muchos de los irregulares que trabajan en Ceuta se interesaron
por el proceso de regularización. Ése fue el caso de Huria, una empleada de
hogar a la que la familia para la que trabaja disuadió desde un principio. "Yo
quise regularizarme, pero no he podido hacerlo porque no me dieron el
empadronamiento y la familia que me emplea no ha querido ayudarme a
conseguirlo", explica Huria. "Cuando insistí, me dijeron que Ceuta y Melilla
estaban fuera de las regularizaciones, que aquí no se iban a dar papeles y que
eso era de Algeciras para arriba".
Su caso muestra el temor de muchas familias y empresarios a
que la regularización dispare los salarios de los inmigrantes y se acabe así el
beneficio de disponer de abundante mano de obra barata por residir al lado de
Marruecos, un país lleno de jóvenes desesperados por trabajar.
Salma, otra empleada de hogar, dice contundente, con el
marcado acento andaluz que le ha quedado tras seis años trabajando en la misma
casa: "El Gobierno no nos da papeles porque dice que ya hay muchos moros en
Ceuta".
A ninguna de las dos les falta razón. "La causa de que no haya
regularizaciones está en que el Ayuntamiento de Ceuta se niega a empadronar a
los inmigrantes que trabajan en la ciudad; y sin empadronamiento no se pueden
regularizar", explica el responsable de UGT.
¿Por qué Ceuta, a diferencia de la mayoría de municipios, no
empadrona a los inmigrantes? "Nosotros nos limitamos a aplicar la ley", aseguran
fuentes del ayuntamiento, que añaden: "No rechazamos las solicitudes de
empadronamiento. Las estudiamos y si no se aprueban es porque esos solicitantes
no residen en Ceuta".
El consistorio ceutí se acoge al argumento de que la mayoría
de inmigrantes que trabajan en Ceuta regresan cada noche a dormir a Marruecos.
Como mucho, están en la ciudad de lunes a viernes. Sin embargo, tras esa
negativa a empadronarles, lo que en realidad se esconde es el temor de las
autoridades a una invasión de marroquís.

Precedente peligroso
Ceuta tiembla cada vez que en Madrid se anuncia una
regularización. La del 2000, en la que 1.800 marroquís lograron papeles al no
exigirse empadronamiento, fue, a ojos de las autoridades, un precedente
peligroso. Con la actual, las fuerzas de seguridad estimaron que, si se hacía
manga ancha, la población musulmana en la ciudad podía dispararse un 20%.
Ese miedo, que comparte la población cristiana, lleva a un
político local a advertir: "Si abrimos la mano, medio Tetuán acabará viviendo en
Ceuta".

El Periódico
mi.16 mar. 2005
ANTONIO BAQUERO
CEUTA / ENVIADO ESPECIAL

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