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Las agresiones contra musulmanes se multiplican en Londres tras el 7-J

Desde el pasado 7 de julio, en que murieron 56 personas en
Londres a causa de los atentados, la policía ha registrado 273 incidentes de
índole religiosa, la mayoría contra musulmanes, incluyendo ataques físicos y
daños contra la propiedad, indicó ayer Scotland Yard. A pesar de que decenas de
agentes protegen las mezquitas y más guardias que nunca patrullan las calles y
estaciones, los ataques en el último mes han sido mucho más numerosos que en el
mismo periodo de 2004, cuando sólo se produjeron 40 "incidentes" similares.
En los tres días posteriores al 7 de julio, la policía de
Londres registró 68 denuncias por agresiones a causa de "odio religioso",
mientras que en el mismo periodo del año anterior no se produjo ninguna.

"Ha habido un pequeño incremento de delitos relacionados con
la religión tras el 7 y el 21 de julio", indicó un portavoz de Scotland Yard.
"Pero ese aumento se puede deber a que la policía ha mejorado sus métodos
estadísticos y ha desglosado los delitos raciales y los religiosos", añadió.

Desde el 6 de julio al 1 de agosto del año pasado los
incidentes en Londres, tanto por odio racial como religioso, se situaron en
1.324 frente a los 1.432 en el mismo periodo de este año. Los incidentes por
razones de fe (no sólo islamofobia) ascendieron de 41 a 273.

"Los delitos por cuestiones de religión se elevaron durante
los días posteriores al 7 y 21 de julio, pero ya no se han vuelto a registrar
las mismas cotas que tras el 7 de julio", indicó ayer un portavoz de Scotland
Yard. "Queremos recalcar que no ha habido asesinatos, ni intentos de asesinatos,
ni desórdenes, ni daños muy graves" desde los primeros atentados en Londres,
añadió.

"Estamos trabajando estrechamente con los líderes de
comunidades étnicas y religiosas. El incremento de las denuncias puede ser visto
también como un reflejo de que las diversas comunidades de Londres tienen la
suficiente confianza en la policía como para tomar en serio esos incidentes",
señaló la citada fuente.

La mayoría de las denuncias, según Scotland Yard, se
produjeron tras "agresiones verbales, daños físicos y otros hechos no
violentos". Ninguna de esas agresiones fueron letales, pero la policía reconoce
el "efecto desproporcionado que puede ocasionar en las víctimas", indicó la
citada fuente. "Nosotros animamos a cualquiera que sufra o presencie cualquier
tipo de agresión xenófoba a que nos llame. Todas las denuncias serán
investigadas por agentes especializados en la materia y supervisada por un
representante de la comunidad".

La publicación de estas cifras llega cuando aún se hacen eco
los periódicos en sus primeras páginas del crimen de Anthony Walker, un
estudiante de 18 años muerto en la noche del viernes al sábado de un hachazo en
la cabeza en Liverpool cuando acompañaba a su novia a la estación.

La causa, según la policía, sólo es racial. Era negro. Dos
hombres blancos, de 17 y 20 años, se entregaron ayer a la policía en el
aeropuerto de Liverpool, al que llegaron desde Amsterdam, como sospechosos del
asesinato. Uno de ellos, el más joven, es hermano del jugador del Manchester
City Joey Barton, quien emitió un mensaje por televisión pidiéndole a su hermano
que se entregase.

Por otra parte, un hombre de 23 años, Ismael Abdurahman ha
sido el primer inculpado formalmente por la policía por los atentados del 21 de
julio. Abdurahman, residente de Kennington en el sur de Londres, tendrá que
comparecer hoy ante la justicia. La policía lo acusa de haber retenido "entre
los días 23 y 28" informaciones clave para detener o perseguir a terroristas que
perpetraron los atentados.

La policía ha detenido hasta el momento a 37 personas
relacionadas con los ataques terroristas, de las cuales 23 fueron puestas en
libertad sin cargos y 14 permanecen aún bajo custodia.

ELPAIS.es
FRANCISCO PEREGIL (ENVIADO ESPECIAL) - Londres

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