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Fallece Simon Wiesenthal, el austríaco que dedicó su vida a perseguir nazis

El «cazanazis» austríaco de origen judío Simon Wisenthal, que dedicó toda su vida a buscar y facilitar la captura de criminales de guerra del nazismo, falleció hoy, martes, en su domicilio de Viena a los 96 años de edad, confirmó una portavoz del «Dokumentationszentrum» que dirigía.
Wiesenthal se retiró hace dos años y medio de la
vida pública tras dar prácticamente por concluida la misión de su vida al
considerar que, aunque quedaran criminales de guerra nazis con vida, serían tan
ancianos que difícilmente podrían ser llevados ante un tribunal.

Con motivo de su retirada, el más conocido
«cazanazis» de la historia afirmó ante la prensa que «a los asesinos de masas
que he perseguido, los he encontrado y les he sobrevivido a todos».

Superviviente de doce campos de concentración y
exterminio nazis, liberado por tropas norteamericanas en el campo de Mauthausen,
Wiesenthal consiguió a lo largo de su vida llevar ante la justicia a mas de
1.100 criminales de guerra y contra la humanidad del nazismo en todo el mundo.

Ya en 1947 fundó el Centro de Documentación Judío,
embrión del «Dokumentationszentrum» de Viena que lleva hoy su nombre y que
cuenta con delegaciones en varios países del mundo.

Entre los nazis mas célebres cuya captura se debe
a las investigaciones de Wiesenthal figuran el organizador del Holocausto Adolf
Eichmann, secuestrado en Argentina por el Mossad y luego juzgado y ejecutado en
Israel, o el oficial SS Karl Silberbauer, responsable de la deportación y muerte
de la niña judía Ana Frank.

Perfil

El implacable perseguidor de criminales de guerra
nazis nació el 31 de diciembre de 1908 en Buczacz, en la región de Galizia, que
entonces pertenecía a la monarquía de los Habsburgo y que hoy forma parte de
Ucrania.

Wiesenthal estudió y se instaló como arquitecto en
Praga en 1932 y ejerció su profesión hasta 1941 cuando, durante la ocupación
alemana de Checoslovaquia, fue detenido.

Logró sobrevivir a doce campos de concentración
hasta ser liberado por las tropas estadounidenses en el campo de exterminio de
Mauthausen.

Durante su permanencia en los campos de la muerte,
Wiesenthal consiguió tomar nota de los nombres de cada uno de los criminales
nazis que participaban en el genocidio y una vez liberado se dedicó
exclusivamente a buscarlos.

En 1947 fundó el Centro de Documentación Judío,
que fue cerrado en 1954 debido a los intereses creados en la «Guerra Fría» que
no eran muy favorables al esclarecimiento de todos los crímenes de la Segunda
Guerra Mundial.

Pero en 1954, Wiesenthal consiguió localizar en
Buenos Aires al destacado criminal nazi Adolf Eichmann e informó de ello al
Centro de Investigación del Holocausto Yad Vashem, en Israel, cuyas autoridades
eran inicialmente muy escépticas al respecto, pero finalmente el prófugo fue
capturado.

Eichmann, el hombre que planificó la deportación y
muerte en masa de millones de judíos en Europa, fue detenido en 1960 en la
capital argentina, trasladado clandestinamente a Israel y finalmente sentenciado
a muerte en 1961 tras la celebración de un juicio trasmitido por televisión.

Ese mismo año, Wiesenthal reabrió su Centro de
Documentación con el apoyo de donaciones de todo el mundo.

Uno de los casos descubiertos por Wiesenthal más
conocidos junto al de Eichmann es el de Karl Silberbauer, que llevó a un campo
de concentración a Ana Frank y que fue descubierto en 1963 cuando trabajaba como
inspector de policía en Viena.

Otros criminales prófugos corrieron la misma
suerte: el austríaco Franz Stangl, temido comandante del campo de la muerte de
Treblinka, capturado en 1967 en Brasil, y el alemán Josef Schwammberger,
comandante del «ghetto» de Przemysl, detenido en 1987 en Argentina.

En 1977 se fundó en la Universidad Jeshiva de Los
Angeles (EEUU) el «Simon Wiesenthal Holocaust Center», que luego tendría sedes
en Toronto, Buenos Aires, Jerusalén y París.

Más adelante, en 1979, la Oficina Especial de
Investigación en EEUU (OIS) compartió con Wiesenthal información sobre personas
sospechosas de haber participado en el genocidio.

En 1989 causó conmoción la declaración de la OIS
según la cual el presidente austríaco y ex secretario general de la ONU, Kurt
Waldheim, había colaborado con los nazis durante la guerra.

Wiesenthal reaccionó de acuerdo a sus principios y
estableció que el presidente austríaco siempre estuvo enterado de las
actividades de los criminales nazis, pero que no se le podía probar su directa
participación en sus crímenes.

Tras 58 años de trabajo, Wiesenthal anunció en
abril de 2003 su retirada de la vida activa con las siguientes palabras: «a los
asesinos de masas que he perseguido, los he encontrado y los he sobrevivido a
todos».

"Si hubiese algún criminal todavía no descubierto,
éste sería demasiado viejo para llevarle a los tribunales», dijo, con lo que dio
la labor de su vida por terminada.

Uno de los grandes problemas que tuvo Wiesenthal,
según dijo, fue explicar a la opinión pública los crímenes de los nazis, puesto
que sigue habiendo numerosas asociaciones y grupos que niegan la existencia del
Holocausto.

En los dos últimos años, Wiesenthal desapareció
paulatinamente de la vida pública en la capital austríaca.

Ni tras la muerte de su mujer Cyla, que falleció
el 10 de noviembre de 2003 a los 95 años tras estar casada con Simón durante 60
años, Wiesenthal salió de su apartamento en el centro de Viena para presenciar
su entierro.

Europa Sur
EFE
viena.

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