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El asesinato de otro magrebí dispara la tensión en Perpiñán

Un hombre de origen magrebí murió ayer por disparos efectuados desde
un turismo en la ciudad francesa de Perpiñán, en lo que representa un importante
salto cualitativo en la escalada de violencia y tensión que se vive en esta
localidad desde el pasado 22 de mayo, cuando un joven argelino fue asesinado a
golpes en plena calle por un grupo de gitanos. Un testigo afirmó ayer que la
víctima había recibido cuatro impactos de bala, uno de ellos en la cabeza.

Poco después, otros tres magrebíes resultaron heridos leves en la
plaza de Cassanyes, muy cerca del lugar donde fue asesinado a golpes el joven
argelino Mohamed Bey-Bachir, según informaron fuentes policiales, en lo que fue
el comienzo de violentos enfrentamientos entre magrebíes y gitanos que afectaron
a todo el centro de la ciudad.

Al cierre de esta edición, esa zona ofrecía un aspecto caótico con
coches quemados, contenedores volcados, mobiliario urbano destrozado, cristales
rotos. Mientras cientos de policías, gendarnes, antidisturbios y miembros de las
CRS intentaban controlar la situación. Los dos grupos enfrentados parecen estar
armados y se oían disparos mientras se lanzaban cócteles molotov. La zona estaba
completamente acordonada por más de 400 policías que practicaron un número
indeterminado de detenciones, mientras que otra compañía de gendarmes estaba en
camino desde Nîmes.

El prefecto de la ciudad, Thierry Lataste, convocó anoche un
gabinete de crisis con presencia del fiscal, de la alcaldía, de los cuerpos de
seguridad y de los bomberos.

Desde que el día 22 de mayo fue asesinado un argelino han sido
numerosos los incidentes producidos en la zona entre gitanos y magrebíes.
Parecen diluirse así los esfuerzos realizados por las autoridades para recuperar
el clima de convivencia en la ciudad, donde habitan unos 12.000 magrebíes y en
torno a 8.000 gitanos.

Las protestas y manifestaciones no han cesado desde el asesinato de
Bey-Bachir, a pesar de que la policía francesa ha detenido a tres gitanos a
quienes acusa de ser autores materiales del asesinato. Según la información
facilitada por la propia policía, los tres arrestados han confesado su
participación en la paliza brutal que acabó con la vida del joven magrebí.

El suceso provocó un verdadero clima de odio racial entre ambas
comunidades debido a las circunstancias en que se produjo el linchamiento y
asesinato del argelino. Los magrebíes acusan al alcalde, el conservador
Jean-Paul Alduy, de proteger a los gitanos porque cuenta con sus votos en las
municipales.

LA VANGUARDIA DIGITAL
TONI SANDOVAL - 30/05/2005
Enviado especial. PERPIÑÁN

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