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Interior advierte sobre situaciones no deseadas si hay más asaltos en Melilla -

El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, advirtió ayer en el
Parlamento de que, si se repiten los asaltos de inmigrantes a la valla
fronteriza de Melilla, "es altamente probable que, a pesar de una diligente,
profesional y proporcionada actuación de los agentes policiales, puedan
sobrevenir situaciones no deseadas, no sólo en la integridad física de los
asaltantes, sino también de los agentes". Camacho compareció en el Congreso, a
petición propia, sólo 13 horas después del último asalto masivo de inmigrantes
al perímetro fronterizo de la ciudad, que se saldó con varias decenas de
heridos.

El secretario de Estado había solicitado inicialmente comparecer ante la
Comisión de Interior de la Cámara baja para explicar las muertes violentas de
inmigrantes que se han producido en los últimos dos meses en la zona de Melilla.
Pero como el martes se habían producido dos asaltos de 500 inmigrantes cada uno
a la doble valla de la ciudad autónoma, durante los que al menos 300
subsaharianos lograron entrar en el territorio español, su intervención acabó
centrándose en las medidas arbitradas por su departamento para frenar este tipo
de avalanchas.

Camacho calificó la situación en Melilla como una "delicada, grave y
compleja cuestión de Estado". A continuación, anunció que Interior ampliará a
todo el perímetro fronterizo los 130 sensores de rayos infrarrojos que permiten
a la Guardia Civil detectar los movimientos que se producen en algunas zonas de
la valla, y que estudia la implantación de "sensores de presencia", que
avisarían a los agentes cuando una persona se aproximara a la alambrada, lo que
les daría un margen de tiempo mayor para reaccionar ante los asaltos.

También serán implantadas "medidas físicas" para frenar a los inmigrantes
en zonas de la frontera que actualmente están poco protegidas. En concreto, se
refirió a los acantilados de Aguadú, al norte de la ciudad, donde varios
subsaharianos se han despeñado al intentar alcanzar la zona española, y los
cauces de río de Oro y del arroyo de Beni Enzar, en la zona sur, donde también
han muerto algunos inmigrantes.

A los 676 agentes de que dispone la comandancia de la Guardia Civil se les
sumaron ayer mismo otros 40, repartidos en dos Módulos de Intervención Rápida
(MIR).

Asaltos desde 1998

El secretario de Estado explicó que los rechazos de inmigrantes en la
frontera de la ciudad se han venido duplicando en los últimos años (12.337 en
2002; 26.368 en 2003; 55.645 en 2004) y que los asaltos a la valla comenzaron ya
en 1998.

El 8 de junio de aquel año, 30 subsaharianos ya intentaron saltar a
Melilla por la zona de Rostrogordo -la misma en la que ayer se produjeron las
avalanchas-, y poco tiempo después, otros 40 lo intentaron por la zona del
Barrio Chino. En 2002 se produjeron tres asaltos, y el año pasado, siete. Pero
esa práctica se ha disparado este año: sólo hasta el 5 de mayo se habían
producido 21 asaltos, y desde el verano su número puede haberse triplicado.

Respecto a las muertes de al menos cuatro inmigrantes en la zona de
Melilla en los dos últimos meses, Antonio Camacho se remitió a las
investigaciones internas realizadas por la Guardia Civil para afirmar que,
"hasta hoy, no existe ni un solo indicio" que relacione al instituto armado con
los fallecimientos.

Explicó que esas investigaciones incluyeron una entrevista de los mandos
de la Guardia Civil de Melilla con la Gendarmería Real de la vecina ciudad
marroquí de Nador; una revisión de las filmaciones de las cámaras de seguridad
del perímetro fronterizo; el interrogatorio de todos los guardias que
participaron en las operaciones de aquellos días y las comunicaciones verbales
sobre las conclusiones de las autopsias realizadas a uno de los fallecidos en
Nador y a otro en Melilla. El secretario de Estado ofreció a los diputados
realizar "cualquier otro tipo de investigación que propongan", pero ninguno de
los presentes recogió la oferta.

Hay que recordar, no obstante, que además de la investigación de la
Guardia Civil los jueces de Melilla y el fiscal de Nador han abierto sus propias
investigaciones, cuyo resultado aún se desconoce.

ELPAIS.es
TOMÁS BÁRBULO - Madrid

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