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El agricultor de Roquetas murió tras ser reducido violentamente por cuatro agentes

El agricultor Juan Martínez Galdeano falleció a las 17.50 del
24 de julio minutos después de que cuatro guardias civiles lo tirasen al suelo y
cayeran sobre su pecho para reducirlo a las puertas del cuartel de Roquetas de
Mar (Almería), según la primera versión oficial de la Guardia Civil. Fue
entonces cuando Martínez, que estaba esposado, empezó a sentir síntomas de
asfixia. La juez tomó ayer declaración a tres de los nueve agentes que han sido
citados como imputados, quienes han declarado que emplearon "la violencia
proporcional a las circunstancias".
Martínez llegó al puesto de Roquetas de Mar a las 16.30 del 24
de julio muy excitado. Les contó a los guardias que había tenido un incidente de
tráfico en el casco urbano de la localidad (con una población de 28.000
habitantes, que casi se triplica en verano) con un grupo de personas de etnia
gitana. Según fuentes oficiales de la Guardia Civil, Martínez, de 39 años, dijo
que sus perseguidores le querían matar y que su excitación se debía a que "había
consumido drogas desde el día anterior".

Minutos después llegaron al cuartel dos coches con varios de
los supuestos implicados en el altercado de tráfico. Martínez se quedó en el
interior de las dependencias, mientras los agentes conminaban a los
perseguidores a marcharse y a que presentaran denuncia ante la Policía Local, al
tratarse de un asunto circulatorio ocurrido en el interior del casco urbano. De
regreso, Martínez fue informado de que iba a ser llevado hasta las dependencias
de los agentes urbanos para ser sometido a una prueba de alcoholemia.

Según la citada versión, en ese momento el agricultor intentó
huir y mostró una actitud muy agresiva. Los guardias de servicio, incluido el
teniente que estaba al mando (José Manuel R.), lo redujeron y lo ataron de pies
y manos. "Era un hombre de gran corpulencia, de 1,90 de estatura y unos 100
kilos de peso", según las fuentes consultadas. Fue en ese momento cuando,
supuestamente, el teniente lo golpeó en varias ocasiones con una porra
eléctrica, que no es ilegal pero no forma parte de la dotación de defensas del
instituto armado desde 1991 y, por lo tanto, no es reglamentaria.

Sobre el pecho
El agricultor pasó a estar detenido bajo la acusación de
"atentado y resistencia a la autoridad". Poco antes de las 17.15, Martínez fue
conducido esposado al exterior del acuartelamiento por tres agentes que
pretendían introducirlo en un vehículo oficial para conducirlo a la Policía
Municipal. La versión oficial explica que mientras un guardia abría la puerta,
el agricultor se zafó, derribó a dos agentes e intentó huir. Los funcionarios
pidieron ayuda y acudieron dos compañeros más de los nueve que en ese momento
estaban en el puesto de Roquetas (la plantilla media de este acuartelamiento es
de 60 miembros del instituto armado).

Los cuatro funcionarios lo derribaron al suelo. Martínez cayó
de espaldas y sobre él se precipitaron los agentes. Los investigadores del
asunto sospechan que fue en ese momento, posiblemente debido a que uno de los
guardias cayó con la rodilla sobre el pecho del agricultor, cuando se produjo la
fractura del esternón de éste. De hecho, fue en ese instante en el que, según
esta versión, el detenido comenzó a sentir síntomas de asfixia.

Los informes del puesto de Roquetas de Mar aseguran que los
agentes llamaron entonces al centro de salud de la localidad y al 061 hasta en
cuatro ocasiones para pedir asistencia médica. Pero, indican, en ese momento no
había ambulancias disponibles, por lo que un agente fue a buscar a un médico en
un vehículo oficial. Finalmente, llegó la asistencia que, tras intentar reanimar
a Martínez, sólo pudo certificar, a las 17.50, el fallecimiento por parada
cardiorrespiratoria. Cuatro agentes fueron atendidos de mordeduras, fracturas de
dedos y otros traumatismos.

Toda la actuación en el exterior del acuartelamiento ha
quedado grabada en las cámaras de vídeo que vigilan el perímetro del
acuartelamiento de Roquetas. Su visionado corroborará o desmentirá esta versión.
La juez Estefanía López, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción
número 1 de la localidad, ha citado como imputados a los nueve agentes que
participaron o estaban presentes en el momento de la muerte en el
acuartelamiento; entre ellos, el teniente, quien ha sido apartado del servicio y
al que se le ha abierto una investigación interna.

Ayer ya declararon tres de los agentes, quienes según su
abogado, Gustavo Arduán, utilizaron contra el detenido "una violencia
proporcional a las circunstancias" y que "no hubo agresividad activa". La
autopsia al cadáver no ha establecido las causas exactas de la muerte, aunque sí
refleja que el fallecimiento estuvo relacionado con la detención.

Según Arduán, la autopsia ni ha determinado que hubo agresión
ni que el fallecimiento fuera directamente provocado por la actuación de los
agentes. "Hay otras concausas", aseguró. Por el contrario, el abogado de la
familia del fallecido, José Ramón Cantalejo, sostiene que hubo "una
extralimitación de la Guardia Civil" y que la autopsia revela "que la muerte se
debió a la paliza que le pegaron, porque el cuerpo presenta golpes en todos los
miembros y es un verdadero recital de lesiones".

El fallecido, casado y con un hijo, será enterrado hoy en
Roquetas de Mar, once días después del fallecimiento.

ELPAIS.es
JORGE A. RODRÍGUEZ / MARÍA JOSÉ LÓPEZ DÍAZ - Madrid / Almería

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