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La pobreza y la falta de expectativas están empujando a muchos niños marroquís a viajar en patera a España

Las mafias que ofrecen a las familias más
desfavorecidas de Marruecos, previo pago, trasladar en pateras a sus hijos hasta
las costas andaluzas les enseñan vídeos de los centros de acogida de la región
para convencerles de que en ellos tendrán una vida mejor, según cuentan los
propios menores al llegar.
La pobreza y la falta de expectativas de futuro
para sus hijos lleva a muchas de estas familias a pagar por un arriesgado viaje
con la esperanza de que lleguen vivos al litoral andaluz y allí puedan optar a
una mejora de su calidad de vida.

Esta práctica mafiosa está en auge, como lo
demuestra la saturación de los centros de acogida de menores extranjeros de la
Junta, que están por lo general al doble de su capacidad, lo que ha llevado al
Gobierno andaluz a activar un plan de emergencia.

Las instalaciones de Granada, Málaga y Cádiz
soportan una mayor presión migratoria, y en el caso de la capital granadina se
ha tenido que recurrir a enviar a menores a otros centros de acogida andaluces,
explicó la delegada provincial para la Igualdad y Bienestar Social, Rosario
Quesada.

Esta saturación ha obligado a la Delegación
Provincial de Igualdad a buscar plazas en otros centros andaluces, por lo que
ayer salieron para Jaén y Córdoba seis menores, indicó su titular.

Cuando estos chicos llegan a España "su vida
cambia radicalmente", dijo Quesada, quien explicó que la mayoría trae números de
teléfono para contactar con sus padres e informarles de que el viaje ha ido bien
"y cuando no lo consiguen lloran desesperadamente".

Una muestra más de que esta nueva modalidad de
inmigración infantil está movida por la pobreza es que cada vez llegan más que
hablan dialectos como el bereber -lengua materna de los habitantes del Rif- "lo
que dificulta su entendimiento con los educadores", que por lo general hablan
árabe, dijo Quesada.

"Es muy lamentable lo que ocurre con ellos, que
tengan que ser sus propias familias las que, por cuestiones económicas, los
envíen en arriesgados viajes", apuntó.

Según los datos de Cruz Roja, desde enero hasta
mediados de junio habían llegado a la costa granadina 1.087 inmigrantes
indocumentados, 300 más que durante el mismo periodo de 2004, entre los que
viajaban 92 menores, frente a los 61 llegados en todo el año pasado, a los que
hay que añadir más de una veintena interceptados en la última quincena.

Esta tónica, que se repite en el resto del litoral
andaluz, ha hecho que se dupliquen los gastos destinados por la Junta.

Europa Sur
EFE
granada.

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