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Mediterráneo con fronteras

Visados para alcanzar la ribera barcelonesa: este es el gran escollo
con el que tropiezan los participantes del Foro Social del Mediterrani (FSMed)
procedentes del Magreb y la ribera este. De las 350 personas de Marruecos
inscritas, se calcula que sólo la mitad lograrán acudir a este encuentro de
movimientos sociales que empieza hoy y que espera reunir, hasta el sábado,
alrededor de 3.000 personas en el recinto ferial de Montjuïc. Los consulados
marroquíes obran de modo arbitrario ante la petición de entrar en España para
esta ocasión, mientras que de la vecina Argelia puede que alcancen esta orilla
sólo 50 del centenar inscrito.

Un ponente procedente de Siria, el profesor universitario Sadamah
Kaileh, cuya intervención estaba prevista el sábado en la conferencia sobre
derechos económicos, sociales y culturales, ha sido detenido por la policía de
su país, según informó la secretaría técnica del FSMed: "Existe una represión
política del movimiento antiglobalización por parte del gobierno sirio",
aseguran.

Uno de los 60 participantes de Palestina que esperan llegar a este
lado del Mediterráneo fue arrestado tres días antes de viajar a Barcelona. Sus
vecinos de Jordania, por su parte, verán reducida su delegación de 25 a 15
personas. Del Líbano se esperaban una veintena y de Siria unos diez. Las
autoridades tampoco parecen haber contribuido a facilitar visados en Turquía:
viajarán 25 personas. ¿Y Egipto? Al FSMed le consta que un ponente de una
entidad campesina no lo conseguirá.

"En ocasiones no deniegan el visado pero lo retrasan hasta tal punto
que es imposible encontrar pasaje asequible", asegura Luis Blanco, de la
secretaría técnica del FSMed. Blanco constata que cada vez es más difícil viajar
libremente al norte sin medios económicos ni avales políticos suficientes. "Se
está poniendo en evidencia el concepto de Europa fortaleza cerrada a la
inmigración -señala-, pues la negativa a conceder visados también ha partido de
países del tratado de Schengen, de los que esperábamos más sensibilidad hacia
los movimientos sociales y que al menos no limitaran el derecho a reunirnos, a
analizar la situación del Mediterráneo y proponer nuestras alternativas". Con
todo, concluye, llegarán los suficientes para que esto no sea un fórum
euromediterráneo.

LA VANGUARDIA DIGITAL
MARICEL CHAVARRÍA - 16/06/2005
Barcelona

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