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Dirigentes de 50 países claman en Córdoba contra el racismo y la xenofobia

La OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa)
advirtió ayer de que las decisiones de los Gobiernos nunca deben servir para
justificar el racismo, la xenofobia o la discriminación de grupos sociales o
religiosos y que los actos de terrorismo no deben ser identificados con ninguna
religión, cultura o grupo étnico.

Estas son dos de las principales recomendaciones acordadas en la
Conferencia de la OSCE que ha reunido en Córdoba a representantes de más de 50
países para analizar los avances en la lucha contra el antisemitismo, los
perjuicios contra las religiones y otras formas de intolerancia. La elección de
Córdoba -como advirtió el Rey Juan Carlos en el almuerzo de bienvenida- se debe
a su singular historia, «símbolo de coexistencia en armonía de las culturas
cristiana, judía y musulmana». La Declaración de Córdoba será ratificada hoy.

En esta ciudad, los representantes gubernamentales y numerosos
expertos en conflictos sociales han subrayado la importancia de afrontar esta
lucha de manera coordinada entre todos los países y, en especial, a través de la
educación, para reconocer y atajar el problema desde el momento de su aparición.
Todos ellos advirtieron sobre los peligros de una creciente falta de tolerancia
e incomprensión entre grupos de distintas religiones, un fenómeno que, si bien
no es nuevo, se ha visto incrementado a raíz de los atentados islamistas de
Nueva York y Madrid, y a causa de un aumento de los movimientos migratorios de
países musulmanes hacia Europa.

Planes específicos

Además, la conferencia, convocada con el objetivo de valorar los
avances puestos en práctica por los distintos países, encomendó a la Oficina de
Derechos Humanos de la OSCE la tarea de elaborar planes específicos para
orientar a los países en el desarrollo de medidas como recolección y manejo de
información, legislación e implementación, y diseño de programas educativos y de
capacitación de funcionarios públicos.

En la jornada de inauguración, el ministro de Asuntos Exteriores,
Miguel Ángel Moratinos, subrayó que en la lucha contra la intolerancia «no valen
las declaraciones» sino que hay que implantar «medidas concretas de carácter
obligatorio» para acabar con la discriminación y para «acomodar» el hecho
religioso en la sociedad. Así, Moratinos destacó la necesidad de implementar
medidas para facilitar la integración de los musulmanes y evitar que haya quien
«cae en la trampa de identificar al islam y a quienes lo practican con la
intolerancia cuando no con el terrorismo».

En el turno de intervenciones, el representante israelí Michael
Melchior advirtió sobre el resurgir del antisemitismo en el mundo y apostó por
impulsar un «diálogo de civilizaciones» que promueva la educación y el diálogo
para «vencer a la intolerancia».

Por su parte, el representante de Estados Unidos y gobernador del
estado de Nueva York, George Pataki, propuso imponer penas más severas por actos
de intolerancia religiosa, xenofobia o por discriminación sexual; fomentar la
formación de policías y otros funcionarios en materia de tolerancia, y potenciar
la creación de grupos comunitarios que «eduquen en la diversidad».

El viceministro marroquí de Exteriores, Taieb Fassi Fihri, expresó
su preocupación por la «islamofobia» y las discriminaciones que sufren los
inmigrantes musulmanes en los países europeos y apeló a la responsabilidad de
los Estados para que contribuyan a luchar contra los fenómenos de segregación.

Por su parte, y en nombre de la Santa Sede, el arzobispo de Toledo,
Antonio Cañizares, aseguró que «la intolerancia y la discriminación contra los
cristianos es un fenómeno preocupante al que hay que poner fin con la misma
determinación con que se combate el antisemitismo y la discriminación de los
musulmanes».

Por último, el ministro luxemburgués de Exteriores y presidente de
turno del Consejo de la UE, Jean Asselborn, expresó la determinación de la Unión
de movilizar a los Gobiernos y las sociedades europeas para «luchar sin respiro»
contra la «abominación» que supone «el resurgimiento del antisemitismo».

Diario SUR Digital
EFE/CÓRDOBA

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