Blogia
noticias

Radiografía sobre los ultras en el fútbol

Barcelona, 1972
Licenciado por la UB
Hoy presenta 'El mundo ultra' (Temas de Hoy)

Carles Viñas, experto en subculturas juveniles, ha tenido la
valentía de analizar el fenómeno radical en el fútbol español, desmontando
tópicos que menudean en la prensa y entre las fuerzas policiales. El resultado:
El mundo ultra, un libro para entender a estos colectivos violentos.

--¡Hay cánticos de grada de juzgado de guardia!
--Recojo algunos en el libro. Hay uno que dice: "No queremos
jugadores,/ jugadores de color./ Preferimos a Tamudo,/ porque es blanco y
español".

--¿De las Brigadas Blanquiazules?
--Sí. Desde sus inicios tienen una marcada tendencia de
ultraderecha. Las conducen un grupo de cabezas rapadas que dicen ser el reducto
de españolidad de Catalunya. Tienen rasgos neonazis, exhiben banderas y
parafernalia en el estadio. Sacaron en el Calderón una efigie de Franco.

--Insultaron a Kameni, uno de los suyos. ¿Es normal?
--Priorizan su ideología por encima de los colores del equipo.
Esta temporada ha habido un estallido de racismo, con gritos contra Etoo y
Ronaldinho. Pero eso no es algo nuevo.

--¿No?
--Cuando, en los años 70, el madridista Cunningham marcó un
gol en Sevilla, le insultaron llamándole "inferior". También le ocurrió a Nkono
en el Espanyol... Sólo que ahora, gracias al flujo económico de las cadenas de
televisión, hay una mayor contratación de jugadores extracomunitarios. Y el
fenómeno ha tenido más eco mediático.

--Usted ha conocido por dentro a grupos radicales. ¿Qué ha
visto?
--Diversidad. Se los encasilla en la ultraderecha y los hay de
extrema izquierda. En Osasuna, por ejemplo, está Indar Gorri, uno de los grupos
más multados de la historia del fútbol español. Sólo que, al ser de extrema
izquierda aberzale y nacionalista, no encaja en el estereotipo de
skin, rapado y borracho...

--¿Es imposible trazar un retrato del vándalo?
--Quizá era posible en los años 80, cuando había gente muy
joven y de una misma extracción social. Pero ahora los hay de 13 a 35 años,
profesionales liberales y parados.

--¿Por qué existe el fenómeno?
--Por emulación de los modelos británico e italiano. Sobre
todo, a raíz del Mundial del 82.

--Los pioneros fueron los Ultras Sur y los Boixos Nois.
--Sí. Ultras Sur es uno de los grupos con más actos de
violencia. Aunque en sus inicios hubo diversidad ideológica y estética, con la
irrupción de la cultura skin se decantaron hacia la ultraderecha, hacia un
españolismo tardofranquista.

--El Frente Atlético no tiene nada que envidiarles, ¿no?
--De tendencia mayoritaria de ultraderecha, es el grupo más
fuerte del Estado y tiene una ubicación preferente. Tras el asesinato de
Zabaleta por un grupo del estilo del Frente, han tenido un mayor control.

--¿Y Boixos Nois?
--Nacieron en 1981 vinculados al independentismo. Algunos
incluso eran de extrema izquierda. Pero pasaron a ser neonazis pancatalanistas,
y luego nació un grupúsculo, los Casuals, formado por antiguos skins que
cambiaron de imagen por la presión policial. En algunos casos, por un trasvase,
son españolistas. Han llegado a sacar la bandera española en algún
desplazamiento.

--¿Viva Laporta y su tolerancia cero?
--La actitud de la junta es un hecho nuevo, pero es una
política de cara a la galería. Los violentos pueden entrar por otros accesos y
colar la cabeza de cerdo que le tiraron a Figo. A la hora de la verdad, continúa
habiendo contactos entre radicales y fuerzas de seguridad.

--Lástima.
--La violencia está muy enraizada en los clubs de fútbol. Lo
que quieren los clubs es evitar incidentes dentro del estadio, pero la violencia
se está trasladando a las inmediaciones del campo y a otros terrenos de juego,
en los desplazamientos.

--¿La cosa podría ir a más?
--Aquí el límite lo marca la presión policial, que aumentó en
1991 tras la primera muerte en Barcelona. Pero en Argentina han atacado sedes, y
en Italia, entrenamientos.

--¿Por eso un Roberto Carlos da su camiseta al ultra de turno?
--En Italia y en Argentina se contemporiza por temor a que
familia y negocios se vean afectados. Pero aquí, aunque hay miedo, también hay
jugadores, como Etoo, que se encaran directamente a la grada.

--El fútbol azuza las bajas pasiones.
--En determinados puntos del planeta puede incentivar
revoluciones culturales, como en Irán, o guerras, como ha ocurrido en conflictos
fronterizos en Suramérica. Pero, si las políticas preventivas son eficaces,
siempre habrá afición.

El Periódico
NÚRIA NAVARRO

0 comentarios