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Dos navajas y tres puñaladas

Después de que dos de los detenidos por la muerte de Josep Maria
Isanta ingresaran en la madrugada de ayer en la cárcel Modelo de Barcelona, la
juez que lleva el caso continuó tomando declaración durante todo el día a los
nueve jóvenes que permanecían en la comisaría de Berga. Aunque la titular del
juzgado de Berga, Gabriela P. Sagrado, no tenía intención de informar sobre la
situación en la que quedan estos nueve detenidos hasta haberlos interrogado a
todos, las pesquisas parecen ir por buen camino.

Al cierre de esta edición siete de los nueve jóvenes ya habían
declarado y, según fuentes cercanas al caso, ya están identificadas al menos dos
personas como presuntas autoras materiales de la muerte de Isanta, pese a que
los arrestados no se lo están poniendo nada fácil a los investigadores, ya que
algunos se han acusado entre sí de los hechos. Las mismas fuentes indicaron que
la lista de personas acusadas de tentativa de homicidio o asesinato puede
aumentar al no descartarse que se hubiesen utilizado más navajas que no han sido
encontradas o que las dos intervenidas por los Mossos hubiesen podido cambiar de
manos mientras duró la pelea.

Por ahora, los sospechosos que han ingresado en la Modelo son Pablo
Enrique M. V., de 21 años y nacionalidad ecuatoriana, y Santiago S. P., vecino
de Berga natural de La Pobla de Lillet, de 33 años, acusados de asesinato y
tentativa de asesinato. La juez ha decretado prisión incondicional para ambos.

En Berga, el clima de tensión y nerviosismo general dejó paso ayer
por la mañana a reacciones más sosegadas. Las palabras del alcalde, Ramon Camps,
pidiendo calma a los vecinos, se hicieron notar ayer ante la comisaría de los
Mossos d´Esquadra. Sólo un grupo de unas 20 personas esperaban noticias ayer por
la mañana. Entre ellas estaba Isabel S. P., hermana de uno de los detenidos que
ha ingresado en la cárcel Modelo, que dijo no saber nada de su hermano y declaró
que "si él ha hecho algo que lo pague, pero mi hermano no es el asesino".

Por la tarde, sin embargo, cientos de vecinos de Berga se
manifestaron con una sonora cacerolada que recorrió el centro de la población.
Encabezaba la manifestación una pancarta que proclamaba Prou impunitat!,en
referencia a la incapacidad de las autoridades de cortar las acciones violentas
de una minoría de vecinos antes de la muerte de Josep Maria Isanta. A última
hora de la tarde de ayer, cerca de 2.000 personas se habían concentrado frente a
la comisaría de los Mossos d´Esquadra, donde la juez seguía tomando declaración
a los nueve detenidos,

Los comentarios de los congregados ante la comisaría continuaban
siendo de indignación a pesar de la noticia del encarcelamiento de dos de los
detenidos y las palabras del alcalde, asegurando que los culpables "pagarán con
la cárcel".

La contratación por parte del Consistorio de dos abogados, Climent
Fernández y Francesc Jufresa, también ha ayudado a calmar los ánimos de la
población. Cabe recordar que el Ayuntamiento de Berga ha decidido ejercer de
acusación particular tal como reclamaba gran parte de la población. Uno de los
presentes aseguraba que el deseo de todos es volver a la normalidad: "Llevamos
cuatros días de pesadilla y, la verdad, estamos todos un poco agotados". Al
preguntársele por qué seguía ante las puertas de la comisaría, la respuesta fue
tajante: "No queremos que dejen en libertad a asesinos o cómplices de un
asesinato y exigimos que les echen de Berga". El alcalde Camps reconoció ayer
que esta última demanda es complicada porque "el derecho de residencia está
contemplado en la Constitución y no es fácil expulsar a un colectivo de personas
de un municipio".

Aunque con más tranquilidad que el lunes, en Berga no se habla de
otra cosa. Siguen apareciendo testigos de los hechos que coinciden en que los
Mossos llegaron tarde, que "esto ya se veía venir" o que "hace años que suceden
demasiadas cosas en Berga". Muchos de ellos señalan a los Catoños,los quince
hermanos Bravo Ballesteros, protagonistas de conflictos de diversa índole en los
últimos años.

Sin embargo, sólo dos de los detenidos por la muerte de Josep Maria
Isanta son miembros de esta familia. Según un vecino que prefiere mantener el
anonimato, los Catoños "son tan conocidos como temidos en Berga, ya que siempre
protagonizan jaleo". La sargento jefe de la policía local confirmó que se trata
de un grupo "extremadamente violento, que ha participado en varios altercados y
peleas". Todos tienen antecedentes penales y la mayoría han conocido la cárcel.

LA VANGUARDIA DIGITAL
JORDI FINESTRES JAVIER RICOU - 01/06/2005
Berga

1 comentario

Rafael del Barco Carreras -

LA MODELO.



Por Rafael del Barco Carreras.



Este año es noticia, por fin la desmantelan, o eso dicen. Los vecinos ya no sufrirán su presencia. Mantendrán la estructura central como monumento y recuerdo a su tétrica historia. Pero lo tétrico no es historia, alcanza nuestros días, con el beneplácito ciudadano. ¡Que se lo pregunten a Xirinachs, que se suicidaría de puro asco, y tanto acallado denunciante!. “Asesinos, asesinos…”, gritaban por los 80 desde los balcones a las tres de la madrugada, cuando varios funcionarios apaleaban, después de consumir grandes raciones de alcohol, a los desgraciados engrilletados a las argollas que entonces colgaban de las paredes del semisótano de la QUINTA GALERÍA. El sistema para mantener el orden en aquella pocilga. Hasta NUEVE en una celda de nueve metros, con jergones encima del pestilente retrete. 2.600 presos, donde 1000 ya eran demasiados, con una galería destrozada en los motines de finales de los 70, sin comedores, asquerosas y frías duchas a menudo sin agua, y la comida pura bazofia, suplida por la exterior si se podía pagar. Igual o peor que el “Expreso de medianoche”.

Por desgracia he vivido las varias MODELOS de los últimos veinticinco años, y aun no sé cual es la peor, si la del 80, la de los 90, ya con la Generalitat, o los 2000. Si en una, las torturas, con el argumento de los torturadores de aplicar el único SISTEMA viable para mantener el orden con pocos carceleros (y afirmo que con placer por su parte), o la otra, donde flotan zombis drogados, vigilados por infinidad de funcionarios y “técnicos”, cuyos desastres cuando obtienen la libertad o permisos son más que evidentes. Cabría estudiar si el violador o asesino reincidente, siempre multiplicando su agresividad después de una larga estancia en prisión, añade a su inicial desviación biológica o psíquica un plus de venganza por el trato y “terapia” recibidos.

Si el primer día aun no me había repuesto de la sorpresa de la detención, cuando con mi abogado Pascual Estevill celebramos, la noche anterior, con cena en el Casino, la negativa del juez de instrucción al procesamiento, al segundo tomé conciencia que si el sumario reflejaba la Gran Corrupción de la clase política y financiera de Barcelona, a la que añadiría la judicial, allí cada palmo no solo era corrupto sino inhumano (con zonas muy parecidas a las descritas en los campos de concentración nazis). Ya antes de entrar, primera escena kafkiana, el policía “jefe de estafas”, Justo Aguilera (actual comisario jefe en Jaén), “para despistar a la prensa” nos lleva él SOLO, a Serena (de Automóviles Serena) y a mí, desde los juzgados al “Abrevadero”, excelente restaurante tras el “Teatro Victoria”. Mi última comida en libertad, y con un policía que los años me informarían de la cuerda de Piqué Vidal. La Policía no aplicó con nosotros el habitual “hábilmente interrogado”, que hacía de la Modelo el destino soñado de todo detenido… tenían el guión previamente estructurado. No recuerdo interrogatorios pesados, solo los asquerosos calabozos de Vía Layetana con olor a orines y de difícil distinguir entre la noche y el día. Tres días de pesadilla.

La sexta era la “mejor”, para primerizos, gente no conflictiva, o trabajando en talleres y “destinos”, y tres en una celda GRAN CONCESIÓN, si no fuera porque el compañero de litera bebía no menos de treinta cervezas diarias y se pasaba la noche meando, impidiendo conciliar el necesario sueño. Al tercer o cuarto día descubrí que la única ventaja del lugar era el obligado ajuste al medio olvidando el mundo exterior. Pero no se olvida, duele intensamente. Y premisa sin excepción, no tomar ni “aspirinas”. El “aguanta”, o de lo contrario “revientas”.

Hacia los cuarenta años con tres hijas menores y familia en los negocios (muy lejanos a la millonada denunciada y con problemas jurídicos agravados con la detención), si aquello duraba, el futuro se mostraba muy negro, ¡y duró TRES AÑOS! (de allí al juicio y condenado a los tres años), y con la prensa publicando millones a mansalva, que yo no había visto. Otro recuerdo imborrable, la diputada socialista ANA BALLETBÓ vociferando en el Congreso de los Diputados que los del gran desfalco del último franquismo el CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA estaban donde debían, LA CÁRCEL. Yo ni había estado nunca en el Consorcio ni era franquista ni tenía nada que ver con esos DIEZ MIL MILLONES que decían desaparecidos. Y La PRENSA, actor importantísimo en el tétrico drama, publicando que Bruna, el delegado del Estado ya encarcelado meses antes, vivía en prisión como un marajá. Sin embargo leyéndola a diario, entre líneas, completé lo deducido en el sumario, el gran engaño que entre los autores y descubridores “Serra y Maragall” se fraguó beneficiándose de los millones del BANCO GARRIGA NOGUÉS, o sea, Javier de la Rosa. Los cuervos a por su presa. Pero eso ya era el pasado, si pretendía la mínima comodidad, o simplemente huir lo más posible de la más sucia de las miserias y convivencia… ¡habría que pagar!. La expresión del Director Camacho, “a los del Consorcio no se les puede dar DESTINO porque la prensa se me echa encima”, solo se paliaba con las promesas de una libertad con fianza. El segundo y tétrico engaño de mis abogados, el primero, que ni me procesarían. Un primer año entre el patio, Pascual Estevill y Eduardo Soler Fisas. Y los enemigos no estaban en el patio, eran mis abogados. Ni allí ni en ningún lugar encontraría a nadie tan amoral como Pascual Estevill, y por desgracia tardaría en darme cuenta.

Y si el terror suplía a los pocos funcionarios, unos VEINTICINCO por guardia (ahora varios centenares para la mitad de individuos), un refinado sistema de beneficios mantenía el orden y todo el organigrama interno. Los antiguos “cabos de varas” (sin las varas en la ya Democracia), los “kíes” dominando el juego y las DROGAS, y un buen número de “destinos” (prácticamente la cárcel funcionaba con el trabajo de los presos) mantenían el orden en aquella anarquía total. Entre las concesiones, la compra de cervezas al precio de “economato”, catorce pesetas, para revenderse a cincuenta, y si el cupo por persona eran dos diarias, según el “destino” se podían comprar hasta varias cajas con lo que las ganancias o las borracheras eran seguras. Primera premisa, pagar por TODO, desde un “machaca” a la “red” que te permitiría comer con vino o “salir del patio” y alcanzar un buen “destino”. De entrada la prioridad, las chinches, el borracho Juan, las depresiones que me juré no aparecieran, y comer decentemente. El aguante humano es infinito, con un mínimo de voluntad e ingenio.

Desde el primer momento me pareció imposible no caer enfermo, todas las enfermedades infecciosas tenían cabida, y apareció la SIDA, que a mi entender pudo incubarse tan bien allí como en el África donde situaron su nacimiento. Otra incoherencia, culpa de mi obsesión por la ducha diaria, mis pies se llenaron de hongos provocándome la única herida o enfermedad de toda mi vida de adulto, y desde entonces el Panfungol es la solitaria medicina de mi botiquín. Quizá sea un caso especial pero desde las anginas de mis quince años, jamás he acudido a más médico que un dentista. Una suerte añadida, porque la atención médica, era más bien desatención, y en manos de un único y siniestro personaje.

Continuará…

ver www.lagrancorrupcion.com