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La juez decreta las primeras órdenes de prisión por el crimen del joven de Berga

Josep Maria Isanta pudo ser apuñalado por al menos dos personas. Esa
es la versión que mantienen algunos testigos de este crimen y a la que se habría
dado un alto grado de credibilidad, según fuentes cercanas al caso. Los
investigadores estarían, asimismo, cerca de identificar a los presuntos autores
materiales del asesinato. Uno podría estar entre los cuatro menores encerrados
ayer en dos centros de Barcelona y el otro o los otros entre el grupo de once
adultos que comenzó ayer a declarar ante la juez en la comisaría de Berga.

De hecho, al cierre de esta edición la instructora decretó las dos
primeras órdenes de prisión. Una iba dirigida contra el ecuatoriano P.E.M.V., de
21 años de edad. La otra, contra Santiago S.P., de 33, natural de la vecina
localidad de La Pobla de Lillet, con antecedentes.

Una de las órdenes, aunque no se sabe cuál de ellas, imputa un
delito de asesinato en grado de autoría. La otra, una presunta tentativa de
asesinato. Lo que sí se sabe es que la juez aludió para justificar su decisión a
la gravedad de los hechos y a la extraordinaria alarma social causada por el
crimen. Y es que ayer Berga seguía siendo una localidad conmocionada por lo
ocurrido. Pese a todo, conocer detalles sobre el estado de las pesquisas se hace
complicado por el hermetismo que mantienen tanto los Mossos como el juzgado
encargado del caso. En los últimos días, sin embargo, han pasado por la
comisaría de Berga muchas personas que fueron testigos de la pelea que acabó con
la vida de Josep Maria Isanta.

Estos testimonios son claves para la resolución del caso y, según
pudo saber ayer La Vanguardia, hay más de un testigo que habría manifestado que
entre las personas que agredieron al joven había, al menos, dos armadas con
navajas. Ahora falta por determinar si estos dos agresores son los que
apuñalaron al joven patumaire. En caso de probarse la versión de los testigos,
habría más de un autor material del asesinato, y no sólo uno, como se había
especulado en un primer momento. Las primeras actuaciones de la juez parecen ir
también en ese mismo sentido, a tenor las órdenes de prisión libradas esta
madrugada; de los nuevos mandamientos que eventualmente podrían sustanciarse a
partir de hoy, cuando se reanuden los interrogatorios del resto de acusados; y
de los fuertes indicios que apuntan a que uno de los menores internados por
orden de la fiscalía también pudo tener un papel relevante.

El auto de prisión incondicional por el presunto intento de
asesinato que pesa contra uno de los encarcelados, ya sea el español o el
ecuatoriano, podría revelar también que para la juez hubo otras personas,
algunos otros heridos, que estuvieron a punto de correr la misma suerte que la
víctima mortal. La colaboración ciudadana y las declaraciones de los testigos
han resultado de gran importancia para identificar a los agresores. Uno de ellos
podría encontrarse entre el grupo de cuatro adolescentes, de entre 16 y 17 años,
que ayer ingresaron en dos centros de Barcelona (Els Til·lers y L´Alzina) tras
prestar declaración ante el titular del juzgado de menores número 1 de
Barcelona. Además de los cuatro ingresos en régimen cerrado decretados por el
juzgado de menores (dos en cada uno de los citados centros), los Mossos
identificaron a una menor que aún no ha cumplido 14 años.

La jornada de ayer fue tensa en Berga. Por la mañana, centenares de
personas se concentraron ante los juzgados de la localidad para pedir justicia.
Allí se entregaron 9.000 firmas recogidas en las últimas 72 horas para exigir a
las autoridades judiciales que se prolongue la detención de los once detenidos
mayores de edad y se les expulse del municipio. Tampoco faltaron gritos y
pancartas contra la actuación de los Mossos d´Esquadra. La mayoría de la
población acusa la policía autonómica de no haber acudido al lugar de los hechos
con suficiente rapidez, lo que niega la Generalitat. Una pancarta delataba
claramente el sentimiento popular: ¿Mossos, dónde estabais?

Por la tarde, se celebraron los funerales de Josep Maria Isanta. Al
inicio de la ceremonia se leyó un manifiesto de los Nans Nous, de cuya colla era
miembro el joven asesinado. La iglesia parroquial de Santa Eulàlia estaba
repleta de vecinos que quisieron estar al lado de los familiares.Ala salida se
tributó un largo aplauso al paso del féretro. Banderas con crespones en los
balcones y pancartas de recuerdo al fallecido rememoraban lo sucedido.

A continuación, centenares de personas se volvieron a concentrar
ante las puertas de los juzgados de Berga. Ello obligó a que la juez se
desplazara hasta la comisaría para evitar incidentes en el traslado a los
juzgados. El interrogatorio de los detenidos mayores de edad que aún no han
prestado testimonio ante la juez continuará esta mañana. Sus abogados intentarán
que no sigan el mismo camino que los dos primeros en ser interrogados: la
prisión. Ambos fueron trasladados esta madrugada a la cárcel, mientras en los
alrededores de la comisaría de los Mossos aún permanecían concentrados algunos
grupos de manifestantes que pedían justicia. En los momentos de mayor ebullición
llegó a haber hasta un millar de manifestantes, lo que justifica que la juez
decidiera que las prácticas judiciales se hicieran en la propia comisaría para
garantizar la seguridad de los acusados.

Los vecinos recogieron en una campaña espontánea casi 9.000 firmas
para exigir el castigo de los culpables. La víctima mortal, un joven que formaba
parte de una de las comparsas de las fiestas, era muy conocida. Su padre fue
ovacionado por la multitud cuando entró en comisaría para declarar e interesarse
por la evolución de las pesquisas.

LA VANGUARDIA DIGITAL
JAVIER RICOU JORDI FINESTRES - 31/05/2005
BERGA

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