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La calma perdida de Perpiñán

La ciudad francesa de Perpiñán busca la manera de recuperar la calma
que estos días ha perdido. Una tranquilidad que se quebró después de que el
pasado domingo a mediodía un grupo de gitanos apaleara a un joven de origen
argelino, Mohamed Bey Bachir, hasta causarle la muerte, tras una discusión que
se inició en un aparcamiento. Tras la muerte se han producido brotes de
violencia, desórdenes y un enfrentamiento latente entre ambas comunidades.

Ayer, a primera hora de la tarde, entre 4.000 y 5.000 personas, en
su gran mayoría de origen magrebí, se manifestaron por la calles de Perpiñán
reclamando justicia por el asesinato de Bey Bachir y lanzando gritos contra el
alcalde de la ciudad y senador por la coalición conservadora UMP, Jean Paul
Alduy, al que acusan de favorecer al colectivo gitano "porque le vota". Al final
de la manifestación, tanto el alcalde como el portavoz del colectivo magrebí,
Mohammed Mouley, se mostraron esperanzados en poder conseguir que Perpiñán
vuelva a ser una ciudad tranquila lo más pronto posible.

Durante la marcha, que fue controlada en todo momento por un
contingente de cerca de un centenar de personas de la comunidad magrebí -que
ejerció las funciones de servicio de seguridad de la manifestación- y vigilada
atentamente por numerosos efectivos de las fuerzas de seguridad, se vivieron
momentos de gran tensión. El primero se produjo sobre las dos de la tarde, al
inicio de la protesta, cuando los familiares del fallecido se acercaron hasta el
lugar donde murió el joven -en el barrio de Saint Jacques, que es precisamente
donde reside la comunidad gitana- para depositar allí una placa en su memoria y
leer unos versículos coránicos.

El linchamiento y la muerte de Bey Bachir tuvo su origen en una
discusión con un joven gitano al que la víctima habría visto intentando robar un
coche cuando él aparcaba el suyo en el centro de la ciudad, tras lo que le
recriminó su actitud. Parece ser que, al volver, comprobó que le habían roto los
cristales de su coche, por lo que buscó al joven gitano y discutió con él. Éste,
por su parte, fue en busca de un grupo numeroso de amigos y, entre todos, se
enfrentaron y persiguieron a Bey Bachir hasta un bar situado en la calle Llucia,
en pleno barrio de Saint Jacques, donde el joven intentó buscar refugio.

Sin embargo, los perseguidores consiguieron que Bey Bachir saliera
de allí y, ya en plena calle y ante numerosos testigos que en aquel momento se
encontraban en el lugar, le apalearon brutalmente con barras de hierro, palos de
golf y otros objetos contundentes hasta que le provocaron la muerte. Por estos
hechos, la policía ha identificado y detenido a tres jóvenes gitanos. El fiscal
acusa a dos de ellos, G.C., de 20 años, y a un menor de 17, de asesinato en
banda organizada (por lo que pueden ser condenados a perpetuidad) y a otro de 15
años, de tentativa de robo. Según las autoridades francesas, los tres detenidos
habrían reconocido ya su participación en los hechos.

Desde entonces, grupos de magrebíes han salido cada noche a las
calles reclamando venganza y provocado altercados y disturbios. Desde el martes,
más de una decena de coches y diverso mobiliario urbano han sido pasto de las
llamas.

LA VANGUARDIA DIGITAL
ANTONI F. SANDOVAL - 29/05/2005
Perpiñán

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