Blogia
noticias

Una cabeza vacía

La plaza más ruidosa de Catalunya fue la plaza más silenciosa. Allí
donde debían estallar los petardos y sonar los tambores y las grallas de la
Patum hubo un silencio que sólo quebraron las campanadas del reloj y los
aplausos finales de los manifestantes desconsolados. Berga era ayer un funeral
adelantado. Como lo será hoy, cuando se congreguen todos los grupos de
patumaires menos uno, el de los más jóvenes. Aquél donde falta para siempre
Josep Maria Isanta. La cabeza de la bestia a la que daba vida quedará en el
suelo, vacía, sin nadie que le dé alma.

Berga no era ayer aquel pueblo tranquilo y alegre que conocimos y
que con la construcción y la carretera se han convertido en una pequeña ciudad
de más de 15.000 habitantes. La bandera del Ayuntamiento estaba a media asta con
un crespón negro. En las paredes y en los escaparates otros lazos negros daban
fe de la tragedia. Toda la vida pendientes de las fiestas de la Patum y la
fiesta estaba suspendida. La gente, demudada, comentaba los detalles de una
reyerta que se llevó la vida de un joven de 22 años. Había mucho dolor en los
rostros.Ymás dolor que sorpresa cuando se supo quiénes eran algunos de los
detenidos. "Gente conflictiva, con antecedentes penales, que llegaron de fuera
expulsados de otro pueblo cercano donde nadie los quería", comentaban.

"La personas que cometieron las agresiones eran chicos que no se
pueden juzgar en función de su origen, sino en función de sus actos", afirmaba
un papel que se repartió durante la manifestación silenciosa. "No podemos caer
en provocaciones xenófobas que no harían más que enmascarar un problema social y
colectivo, porque todas y todos somos víctimas de esos extremismos", añadía. La
indignación contenida apuntaba hacia una crónica de una desgracia anunciada. "La
actuación de los mossos d´esquadra ha sido de una incompeten-cia considerable,
teniendo en cuenta que se les avisó bastante rato antes, como lo constata que
las ambulancias llegaron antes." Al parecer, la bronca estaba cantada. Algunos
testigos vieron relucir navajas, el alcohol y las drogas hacía tiempo que
manaban.

"Los protocolos de actuación de los mossos no funcionan", decía el
papel repartido en una villa donde todos conocen a los mossos y ellos los
conocen a todos. Lo que muchos desconocen es que los nuevos protocolos
policiales desaconsejan intervenir en multitudes para que no se considere una
provocación y sea peor el remedio que la enfermedad. "Parecido a lo que sucedió
en Barcelona durante los festejos del Barça", nos confirmó una fuente policial
disconforme con los nuevos protocolos policiales. Pero ayer la gente de Berga no
estaba para otros protocolos que no fuesen el de expresar el pésame y la
solidaridad a la familia de la víctima. Y con su compañera, que ya no le verá
jamás en la masía donde vivían. En el paseo donde tuvieron lugar el concierto y
los navajazos, grupos de jóvenes estaban tristes y rotos. De tarde, los
comercios cerraron. De noche, la feria abrió sus luces y los feriantes sus
tómbolas y sus tenderetes de comida. Pero acordaron no poner música. Nada tan
triste como una feria sin música, como una fiesta teñida de luto. Como la cabeza
de una fiera de la Patum, sola, vacía y sin aquel joven que le daba fuego, baile
y vida.

LA VANGUARDIA DIGITAL
JOAQUIM ROGLAN

0 comentarios