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Catalunya, país sin fronteras

En el 2003 llegaron a Catalunya 182.000 inmigrantes y el año pasado
lo hicieron 153.000, unas cifras que en números absolutos superan a las de
países como Alemania, que con 82 millones de habitantes ha acogido una media de
150.000, o el Reino Unido, que con 59 millones ha aceptado a 100.000. Sólo
Italia y naturalmente España, en su conjunto, superan ese alud de inmigrantes
que está cambiando la realidad social del país.

El último padrón conocido, correspondiente al 1 de enero del 2005,
daba la cifra de 795.800 inmigrantes en Catalunya, lo que la situaba como la
primera comunidad española por delante de Madrid (766.700), Valencia (572.000) y
Andalucía (416.000). También era la que había otorgado más permisos de
residencia (462.000), si bien en el proceso de regularización ha sido superado
por Madrid. Actualmente quedan unas 195.000 personas indocumentadas, aunque casi
la mitad corresponde a personas inactivas, menores de edad o jubilados.

En pocos años Catalunya ha pasado de ser una de las regiones
europeas con menos extranjeros empadronados a situarse en el 11,3%, un
porcentaje más alto que el de la mayoría de países europeos y similar al de
Estados Unidos. En Europa, los países con una tasa más alta de extranjeros son
Luxemburgo (37,5%) y Suiza (19,7%), pero son dos casos especiales porque acogen
sobre todo a sus vecinos. A continuación se sitúan Austria, con un 9,4%,
Alemania, con un 9% y Bélgica, con un 8,2%. Esos serían los únicos países que
aún están por delante de España en cuanto al porcentaje de inmigrantes. Cabe
tener en cuenta que algunas comunidades como las islas Baleares oValencia
cuentan con importante contingentes de jubilados europeos, como sucede también
en alguna población costera catalana.

El flujo de extranjeros que llegaba en 1996 a Catalunya era de tan
sólo 9.000 personas; en el año 2001 sobrepasaba ya las 65.000 y desde entonces
no ha parado de crecer. Si a finales de los años noventa fue la llegada masiva
de marrqouíes, en los primeros años del nuevo siglo fue la avalancha de los
latinoamericanos (especialmente ecuatorianos, en los años previos a la exigencia
de visado, y en menor medida colombianos y argentinos) y en esos dos últimos
años el protagonismo lo tienen los rumanos. La elevada demanda de mano de obra
en sectores como la hostelería, la construcción y el cuidado doméstico es un
reclamo para la población de unos países que viven en situaciones muy precarias.
Las facilidades dadas por España en cuanto a educación y sanidad a los recién
llegados facilitan también esos movimientos.

Catalunya ha sido siempre tierra de acogida, pero nunca en su
historia más reciente se había producido un crecimiento tan acelerado. Incluso
la llegada de inmigrantes del sur de España en la décadas de los cincuenta y
sesenta se produjo de manera más escalonada. Como ya ha advertido la Fundació
Jaume Bofill en sus informes anuales y otras instituciones, esta llegada masiva
de nuevos residentes dificulta no solo el proceso de integración sino que puede
originar problemas concretos en aquellos puntos donde se crean guetos.

Los últimos datos de los padrones municipales, correspondientes al
28 de febrero del 2005, reflejan ya situaciones muy diversas, lo que confirma la
existencia de lo que los sociólogos denominan nichos.

Es el caso, por ejemplo, de las Terres de l´Ebre, donde el colectivo
más numeroso es el de Rumanía con 4.829 ciudadanos, a los que hay que sumar
otros 3.131 inmigrantes procedentes de países del Este, de los cuales hay 650
que son de Lituania y 601 de Ucrania. Eso significa que las dos terceras partes
proceden de países ex comunistas. De los 33.956 rumanos empadronados, la
provincia de Barcelona sólo congrega a una tercera parte, mientras que en Lleida
y Tarragona son ya el segundo colectivo en importancia.

En las comarcas de Girona se concentran 7.063 gambianos, que
representan el 60% de los que hay en toda Catalunya. En esa demarcación el
colectivo más numeroso es el marroquí y en cambio los latinoamericanos son en
proporción bastantes menos. En núcleos como Figueres, Castelló d´Empúries y
Salt, el porcentaje de inmigrantes supera ya el 15%.

La provincia de Barcelona aunque cuenta con mayoría de marroquíes
destaca por la gran presencia de latinoamericanos. El 90% de los bolivianos,
peruanos, dominicanos, uruguayos y chilenos viven en esas comarcas. Ahora bien
destaca aún más el caso de los 18.268 pakistaníes, que representan el 93% de
toda Catalunya. De los 15.069 solicitudes de ciudadanos pakistaníes presentadas
en toda España durante este último proceso de regularización, 7.923 corresponden
a la provincia de Barcelona.

LA VANGUARDIA DIGITAL
JOSEP PLAYÀ MASET - 15/05/2005
BARCELONA

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