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Veinte muertos y 13 heridos graves en el incendio de un modesto hotel de París. La mayoría inmigrantes

París se despertó conmocionada por un "espantoso"
incendio que arrasó durante la madrugada un céntrico y modesto hotel habitado por
inmigrantes y que causó la muerte de al menos 20 personas, entre ellas diez
niños, y heridas graves a 13.

Este "drama espantoso" es "una de las catástrofes más dolorosas que
hayan enlutado París" en los últimos 35 años e inspira "un sentimiento de horror"
y "emoción", dijo el presidente francés, Jacques Chirac, que asiste hoy al
funeral por Rainiero de Mónaco.

También el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, expresó su
"gran emoción" y pidió que se abra "inmediatamente" una investigación para
determinar las causas del incendio que calcinó las seis plantas del hotel, con el
fin de "proponer, si hiciera falta, nuevas disposiciones destinadas a evitar
tales siniestros".

Un equipo de la policía científica judicial de París inició unas
pesquisas a primeras hora de hoy, una vez que los bomberos consiguieron apagar el
violento incendio, y cuyos resultados espera Chirac lo más rápido posible para
que se sepa "la verdad sobre esta catástrofe y se saquen las consecuencias"
oportunas. París, ciudad candidata para organizar los Juegos Olímpicos de 2012,
cuenta con más de dos mil hoteles similares al "París Opera".

Este establecimiento, con 76 plazas, de las que 75 estaban ocupadas,
según el Prefecto de Policía de París, Pierre Mutz, no presenta "a priori"
problemas de seguridad, pues estaba sujeto a controles regulares y, de hecho, la
alerta de humos funcionó.

La última inspección efectuada por expertos de la Prefectura de París
se remonta al mes pasado, según fuentes de los bomberos, que precisaron que la
existencia de una única salida en el edificio, clasificado como residencia de
quinta categoría (equiparable a una pensión), es conforme con la ley.

Todo apunta, por el momento, a que el foco de las llamas se situó en
la primera de las seis plantas del inmueble, al aparecer en la habitación donde
se preparan los desayunos, y que fue de tipo accidental, aunque indeterminado,
según fuentes policiales.

El hecho de contar con una única salida hizo que la escalera del
"París Opera", situado en una estrecha calle del distrito IX de la capital
francesa, se convirtiese en una "auténtica chimenea" que favoreció la fulminante
propagación de las llamas e impidió la rápida evacuación de sus ocupantes,
atrapados por el fuego y la humareda. Muchas de las víctimas mortales murieron
carbonizadas, otras fruto de la asfixia, y algunas al lanzarse desde las ventanas
del hotel presas del pánico, indicaron los servicios de rescate y los testigos
presenciales.

Tanto los agentes de seguridad de los almacenes Galeries Lafayette,
uno de cuyos laterales está frente al hotel siniestrado, como las prostitutas
instaladas en las calles aledañas, que fueron los primeros en acudir al escuchar
los gritos de socorro, describieron escenas de horror y espanto. Relataron,
horrorizados, cómo algunos residentes se lanzaban por las ventanas, algunos con
sus hijos, para escapar del fuego.

Según los bomberos, el número de víctimas habría sido inferior si se
hubieran quedado en sus habitaciones en lugar de tratar de huir. La planta baja
de Galeries Lafayette se convirtió en un improvisado hospital de campaña, y la
Cruz Roja prestó apoyo psicológico a las víctimas, de origen francés, senegalés,
portugués, ivorense, estadounidense, ucraniano y tunecino, entre otras
nacionalidades.

El ministro del Interior, Dominique de Villepin, y el alcalde de
París, Bertrand Delanoe -que ha prometido que todas las familias serán
realojadas-, acudieron inmediatamente a la zona, donde se desplazaron 250
bomberos, que tras apagar las llamas iniciaron la difícil tarea de inspeccionar
las dos últimas plantas del edificio que corrían el riesgo de desplomarse.

No se descarta, por ello, que puedan aparecer nuevas víctimas
mortales a medida que avancen las inspecciones.

"Hay que sacar inmediatamente las lecciones de este drama y dejar de
albergar a familias en estos hoteles turísticos, algo costoso para el erario
público, inadaptado, precario y peligroso", denunció la Asociación por el Derecho
al Alojamiento (DAL), que tildó esta práctica, bastante generalizada en Francia,
de "aberrante". Los ocupantes del "París Opera" estaban alojados por la Alcaldía
de París y varias asociaciones caritativas.

"Frente a este drama", el ministro de Empleo y de Cohesión Social,
Jean-Louis Borloo, que se desplazó también a la zona, insistió en que, "más que
nunca, la acción en favor del alojamiento de urgencia debe continuar". Borloo ha
recibido el encargo de Raffarin de "adoptar las medidas necesarias para albergar
y realojar a los habitantes del hotel". El fuego, que se declaró en la primera
planta del edificio, provocó además 11 heridos graves y 50 leves, en lo que se
considera como el incendio más grave ocurrido en la capital francesa en los
últimos 20 años. "Una de las catástrofes más dolorosas que ha enlutado" a
Francia, según ha considerado el presidente, Jacques Chirac. "Este drama
espantoso nos inspira a todos un sentimiento de horror y nos conmociona
profundamente", afirmó el presidente, que expresó en un comunicado difundido por
el Elíseo "su solidaridad personal y profunda compasión" así como la de los
franceses, a las familias de las víctimas.

Las autoridades no descartan que aparezcan nuevas víctimas mortales
en las habitaciones de las plantas quinta y sexta del edificio, que aún no han
podido ser inspeccionadas por los bomberos debido a que existe el riesgo de que
se derrumben, según la portavoz.

La mayoría de los inquilinos del hotel "París Opera" eran inmigrantes
alojados por los servicios sociales del Ayuntamiento de París. Tras una
identificación provisional, las autoridades indicaron que entre los fallecidos
hay varios africanos -senegaleses, marfileños y tunecinos-, y entre los heridos
portugueses, estadounidenses y ucranianos, entre otras nacionalidades.

Origen sin determinar
Chirac, que ha viajado a Mónaco para asistir a las exequias del
príncipe Rainiero, agradeció el trabajo de los bomberos y pidió que las causas
del incendio sean dilucidadas "en los plazos más breves posibles".

El origen del siniestro todavía no ha sido determinado aunque según
las primeras hipótesis se declaró en la primera planta del hotel, en el lugar
donde se preparaba el desayuno, y las hipótesis privilegian la pista accidental.

El hotel "París Opera", situado en una estrecha calle, sólo contaba
con una salida, lo que convirtió la escalera en una "auténtica chimenea" que
impidió la evacuación de las 75 personas que se encontraban en el interior,
relataron los bomberos.

Muchas de las víctimas mortales murieron carbonizadas, y otras fruto
de la asfixia, y algunas al lanzarse desde las ventanas del hotel presas del
pánico, indicaron los servicios de rescate.

Los bomberos precisaron que el número de víctimas habría sido
inferior si los residentes se hubieran quedado en su habitación en lugar de haber
tratado de huir.

El prefecto de policía de París, Pierre Mutz, indicó que el
establecimiento no tenía problemas de seguridad y señaló que el elevado balance
de víctimas se explica por la rapidez con la que se propagaron las llamas.

Afirmó que el hotel tenía una capacidad para albergar a 76 personas,
y que había 75 en el momento del incendio, saliendo así al paso de los rumores
que indicaban que había un centenar de residentes.

Un hospital de campaña fue levantado junto al hotel para atender a
los heridos, mientras que la Cruz Roja prestó apoyo psicológico a las víctimas.

El ministro francés del Interior, Dominique de Villepin, y el alcalde
de París, Bertrand Delanoe, acudieron inmediatamente a la zona. Delanoe precisó
que los supervivientes serán alojados en otros puntos de la capital.

LA VANGUARDIA DIGITAL
París. (EFE).

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