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Unos 1.500 inmigrantes subsaharianos acorrolados en la frontera con Ceuta.

La cacería comenzó el 7 de febrero. Aquel día, varias decenas
de gendarmes, policías y agentes antidisturbios bloquearon todas las entradas al
campamento que 1.500 inmigrantes subsaharianos tienen en los montes de Belyones
y de donde, desde hace años, parten en sus intentos para saltar la frontera que
separa Marruecos de Ceuta, situada a apenas 500 metros de allí. Por si el cerco
no bastara, las fuerzas de seguridad se han apostado en la fuente donde los
inmigrantes se aprovisionan de agua.
Se trata de una guerra por agotamiento basada en cerrar los
accesos al campo para evitar que los inmigrantes pudieran conseguir comida, agua
y medicamentos, y así ir arrestando sin problemas a aquellos que abandonan el
recinto agotados por el hambre y la sed.

Un invierno muy duro
"Nos están aplicando una estrategia de guerra pero nosotros no
somos más que civiles desarmados", explica en una conversación por teléfono
móvil un inmigrante congoleño que se encuentra en el campamento. "Antes
bajábamos a la ciudad a buscar comida o a mendigar, pero ahora estamos rodeados
de agentes", relata este joven, que pide socorro a la comunidad internacional:
"Ayúdennos. Esto es un drama humanitario. Ya no nos queda comida y entre
nosotros hay mujeres, algunas de ellas embarazadas, y niños, que ya están en muy
mal estado tras haber tenido que pasar un invierno muy duro".
"Preferimos morir rodeados a rendirnos", anuncia este
congoleño que asegura que hace unos días dos inmigrantes intentaron esquivar el
cerco para ir a buscar comida, pero que fueron arrestados por las autoridades.
Según Hicham Rachidi, vicepresidente de la Asociación de
Amigos y Familiares de las Víctimas de la Inmigración Clandestina, "las
autoridades están poniendo en práctica este cerco porque saben que no pueden
entrar a saco en el campamento". "Al haber tantos inmigrantes, muchos de los
cuales ya no tienen nada que perder, las fuerzas de seguridad temen encontrarse
con una fuerte resistencia", explica.
La AAFVIC y otras ONG, tanto marroquís como europeas, han
denunciado la terrible situación que se vive en el campo de Belyones desde que
ha sido sitiado por las autoridades y han pedido "el fin inmediato de ese
cerco". "Las autoridades impiden a las ONG llevar víveres y agua al campamento",
denuncia la AAFVIC, dos de cuyos miembros fueron detenidos por intentar llevar
alimentos al campamento.
Las ONG denuncian que un 45% de los 1.500 subsaharianos que
viven en el campamento son refugiados venidos de países en guerra (Congo y Costa
de Marfil) que han pedido asilo político en Marruecos, sin que las autoridades
de este país ni la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
atienda sus peticiones.
El cerco al campamento de Belyones se enmarca en la campaña de
redadas que desde hace meses está llevando a cabo el Gobierno de Marruecos por
todo el país y que persigue acabar con la presencia en su territorio de
inmigrantes subsaharianos. Presionado por los Gobiernos europeos, especialmente
el español, Rabat está practicando detenciones masivas en las que no siempre se
respetan los derechos humanos de los inmigrantes que, tras ser arrestados, son
expulsados a Argelia.

Despliegue de militares
La presión sobre los subsaharianos es tan fuerte que, sólo
desde el 19 de febrero, han sido detenidos 60 inmigrantes en redadas en Nador,
Taurirt, Tan Tan, Alhucemas, Chauen y El Aayún. En el 2004, la cifra de
subsaharianos detenidos ascendió a 14.000.
Además de esas redadas, las autoridades marroquís van a poner
en práctica una estrategia para intentar cerrar el país a la entrada de
subsaharianos. El primer paso será el despliegue de entre 2.000 y 3.000
militares que formarían un cordón humano en el tramo norte de la frontera con
Argelia, el principal punto por el que los subsaharianos entran en Marruecos.
Para poder blindar esa frontera, Rabat contará con el apoyo de
la Unión Europea que, asesorada por España, instalará en esa línea fronteriza el
Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), un complejo mecanismo de alta
tecnología integrado por radares, infrarrojos y cámaras térmicas.

El Periódico
lu.28 feb. 2005
ANTONIO BAQUERO
RABAT

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